CRÍTICA DE DISCOS

'Friends that brake your heart', de James Blake: con el corazón en la mano

El músico británico consolida su giro hacia una sonoridad más abierta y cálida en su nuevo disco

Los nuevos álbumes de Sufjan Stevens & Angelo de Augustine, Brandi Carlile, Andy Shauf y Pat Metheny, también reseñados

James Blake en una imagen promocional.

James Blake en una imagen promocional. / EPE

J. Bianciotto | R. Roca | R. Tapounet | J. de Arce

Hace ya una década que James Blake deslizó sus artes neo-soul, con su voz de barítono, sus tempos apaisados y su ciencia electrónica, en aquel primer álbum homónimo tan generador de elogios. Música de mínimos expresivos, tendente a las atmósferas con suspense, a los ambientes flotantes y portador de una discreta pero penetrante emotividad, que poco a poco ha ido abriendo el encuadre, sin perder su alma, hasta llegar a este quinto disco llamado Friends that break your heart.

Álbum salpicado por claves encriptadas sobre las pérdidas y las traiciones en el ámbito de las amistades, en el que Blake, londinense afincado en Los Ángeles, confirma su evolución hacia un mayor juego cromático, más proclive a las colaboraciones, ya advertida en su anterior álbum, Assume form (2019). Un sigiloso camino hecho de microelectrónica, graves herederos del dubstep y aditivos coloristas, en un formato de canción relativamente manejable, marca el rumbo de este trabajo portador de calidez a través del distanciamiento. Disco que ha visto la luz un mes más tarde de lo previsto a causa del retraso en la producción de su versión en vinilo.

Que Blake se ha movido desde la espartana estética de claroscuros de sus inicios se insinúa en la primera pieza, Famous last words, donde su voz se va multiplicando en bucles armónicos mientras la envuelven cuerdas sintetizadas en un sentido 'crescendo'. Su identidad sigue ahí, en esas cadencias recogidas y en su entonación sentimental (como en Life is not the same), pero se abren espacios a para otros modos expresivos: el pellizco r’n’b sincopado de Coming back (con la voz carnosa de la estadounidense SZA), el canónico interiorismo con falsete de Funeral, miniaturista, pero con ecos de soul blanco tradicional, o ese 'Show me' de trayecto peliculero al que se adhiere Monica Martin, cantante y compositora de Chicago. Ahí está también 'Say that you will', hospitalario tema elaborado con la implicación de Finneas (el hermano de Billie Eilish), que concluye con una purificadora secuencia a cappella.

Si en su primer disco, en la música de Blake se podía advertir la tensión entre el trazo de humanidad que trataba de abrirse paso entre las rendijas de la máquina, ahora es como si la foto se hubiera movido a favor del corazón y de una expresividad más llana y cálida. Con extremos hipersensibles como la canción titular, donde aúlla en protesta por las reglas seculares ("todo en el amor es justo / pero no es justo") dejándose arropar por la guitarra acústica como un señor cantautor. Sus composiciones preservan el cuidado por la arquitectura sinuosa con giros disruptivos, un vocabulario puro Blake, pero es ahora cuando el artista más se acerca al ideal al que decía aspirar hace diez años, el de hacer canciones normales. - Jordi Bianciotto.

'A beginner's mind', de Sufjan Stevens & Augustine ★★★★

Tras el esquivo y quíntuple Convocations, Stevens recupera su alma de cancionista en un mano a mano con el californiano Angelo de Augustine, proyecto surgido del encierro en una cabaña donde ambos se atiborraron de películas de ayer y hoy. Partiendo así de Mankiewicz, Demme o Wenders, y atendiendo a cierta mística zen, nos envuelven en sus voces tenues y sus dulces ambientaciones, tan solo acariciadas por la neblina forestal. Feliz regreso al Sufjan de fibra acústica y tonada encantada. - J. B.

'In these silent days', de Brandi Carlile ★★★★


Después de un muy exitoso sexto elepé, By the way, I forgive you (2018), con el que conquistó nuevos públicos más allá de la parcela de la música norteamericana de raíz en la que su estupenda voz reina con toda justicia, Carlile entrega ahora una colección de canciones algo más contenidas, oscuras y reflexivas que las de su predecesor en las que airea sin reparo su obsesión juvenil por Joni Mitchell (You and me on the rock), Carole King (Letter to the past) y Elton John (la magnífica Right on time). - Rafael Tapounet 

'Wilds', de Andy Shauf ★★★★


Aprovechando el tiempo regalado por el confinamiento y algunos esbozos de canciones que quedaron fuera del ambicioso The neon skyline (2019), el cantautor canadiense estira el concepto desarrollado en aquel álbum y compone un elepé más conciso y austero que se eleva muy por encima de su condición de colección de descartes. Pop-folk de sutiles acentos retro e inspiración cinematográfica, brillantemente escrito, que se mueve entre la calidez y la melancolía y alcanza su cima en la deliciosa Spanish on the beach. - R. T.

‘I’ll Be Your Mirror: A Tribute...’, de VV.AA. ★★★★

El documental de Todd Haynes sobre The Velvet Undergound fue la excusa de Hal Wilner, íntimo de Lou Reed, para convocar a un puñado de estrellas indies y versionar su álbum más emblemático, el del plátano de Warhol. Cosa difícil, casi todo aquí mantiene el tipo, especialmente la Femme Fatale ralentizada de Sharon Van Etten y Angel Olsen, una The Black Angels’s Death Song que Fountains D. C. declinan en versión industrial/militar o esa Run Run Run más psicodélica y ruidosa de Kurt Vile. - J. de A.

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