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Los audios del exorcismo de la joven Rosarito salen a la luz tras más de 40 años

"¡La voy a matar y me la llevaré conmigo al infierno!", son algunas de las palabras que dijo la joven Rosarito durante uno de sus exorcismos realizados en la parroquia de San Blas, en Alicante

Exorcismo en Alicante: Rosarito y el sacerdote que practicó el ritual en San Blas.

Exorcismo en Alicante: Rosarito y el sacerdote que practicó el ritual en San Blas. / Información

La voy a matar y me la llevaré conmigo al infierno!", son algunas de las palabras que dijo la joven Rosarito durante uno de sus exorcismos llevados a cabo en la iglesia de San Blas en Alicante allá por los años 80. Un audio de media hora de duración que ha salido a la luz tres décadas después en el programa 'Cuarto Milenio'.

En él se puede escuchar las palabras del sacerdote Agustín Pérez Segura oficiando el exorcismo, quien llegó a realizar hasta cinco para que la fuerza demoniaca abandonase el cuerpo de la joven alicantina.

En la grabación también se escuchan los gritos de Rosario, de la que emanan numerosas voces que maldicen al sacerdote y amenazan con llevarse la vida de la joven. "¡No la dejaré!" pronuncia con una voz de ultratumba durante los primeros minutos de la cinta.

Un audio difícil de escuchar, donde también suenan alaridos y parece que la están quemando o pegando: "¡Me quema!" chilla repetidas veces. Rosarito llega a hablar en lenguas desconocidas que ni siquiera el sacerdote reconoce, mientras la joven se retuerce y vocifera insultos.

Un ritual romano usado por los católicos

Según cuentan en el programa de misterio, el sacerdote Agustín Pérez siguió los pasos escritos en los libros religiosos más antiguos que explican cómo llevar a cabo un exorcismo. Hablan de un ritual romano usado por los católicos cientos de años atrás que, a día de hoy, continúa siendo la guía para los sacerdotes que llevan a cabo este tipo de rituales.

En el momento en el que se llevó a cabo el exorcismo de Rosarito, tenía 20 años y tuvo que soportar cinco sesiones dentro de la iglesia de San Blas para que el mal saliese de su cuerpo. Lo poco que se sabe de ella, es que una vez consiguió curarse ha seguido acudiendo cada domingo a la misa de 12 de la misma parroquia donde supuestamente, le expulsaron el ser maligno que la había poseído.