COMUNIDAD VALENCIANA

El talento joven que se queda pese a todo

Los investigadores acusan la dificultad para consolidarse: "Hay gente que consigue acceder a un contrato estable a los 40 años y esto no facilita permanecer en ciencia"

Un empleado de una inmobiliaria cambia precios tras la subida de tipos.

Un empleado de una inmobiliaria cambia precios tras la subida de tipos. / J.M. López

Candela García

Retener el talento joven no es tarea fácil cuando el horizonte más próximo es la precariedad, mientras que en países de la Unión Europa como Suecia o Bélgica se abre un abanico de posibilidades para desarrollar una carrera científica en condiciones. "Acabé el doctorado, pero estoy muy lejos de la estabilidad. El atasco es tan grande que hay gente que consigue acceder a un contrato estable con cuarenta años y esto no facilita permanecer en ciencia", comparte Álvaro Martínez Camarena, de 30 años, graduado en Química e investigador postdoctoral en el Instituto de Ciencia Molecular de la Universitat de València (Icmol-UV) con un contrato de la Generalitat Apostd. Una sensación que comparte Joaquín Soriano López, de 35 años, licenciado en Química e investigador contratado en el Icmol con el plan GenT impulsado por el Consell. "No puedes hacer planes de vida a largo plazo. No sabes en qué país vivirás el año que viene. No puedes tener una hipoteca ni pensar en formar una familia. Esto genera bastante ansiedad, muchos dolores de cabeza y, a menudo, depresión", subraya.

Por su parte, Carla Boix Constant, de 28 años, graduada en Química y estudiante predoctoral en el Icmol dentro del Programa VAL I+D de la Generalitat, reconoce que sí hay oportunidades para dar los primeros pasos en el mundo académico. Pero lo que espera después es "muy precario". "La financiación que recibes a lo largo de tu contrato es bastante baja", señala. Y esta es una de las dificultades más importantes que acusan los investigadores.

"No solamente estamos infrafinanciados, lo que se destina a investigación en este país no llega ni al 2%, el problema es que no se llega a ejecutar ni lo que se ha presupuestado", asegura Soriano.

Según los datos del INE correspondientes a 2020, en España el gasto público y privado en I+D fue de 15.768 millones, un 1,41% del PIB. Muy lejos de los estados europeos que más invierten como Bélgica y Suecia (3,5%), y de la media de la UE (2,3%), según Eurostat.

"No se invierte lo suficiente"

algunas becas nacionales contemplan una dotación de 150.000 euros para tres años diez veces menos de lo que tienen en el resto de Europa

Los jóvenes sienten que la burocracia también los asfixia. Cuanto más importante es tu grupo de investigación, más trámites y papeleos te exigen. Menos tiempo para investigar. "Existe una figura que aquí no está muy implantada, el project manager, y también las personas que se dedican a hacer science policy en las universidades. Se dedican a leer los boletines donde se publican las convocatorias para ayudar a cada grupo a encontrar las ayudas que pueden pedir", explica Soriano.

Y como si la sociedad valenciana y española no hubiera aprendido la gran lección de la pandemia, la importancia de la ciencia para salvar vidas y como palanca para el estado del bienestar, los investigadores perciben que su trabajo sigue infravalorado: no son becarios ni estudiantes, trabajan para los mejores centros de investigación produciendo conocimiento en beneficio de la ciudadanía. "No se tiene en consideración el título de doctor", afirma Martínez.

En este sentido, Boix insta a mirar hacia Europa. "Tenemos que preguntarnos por qué esos países son tan potentes. Realmente están invirtiendo mucho en la investigación de la gente joven porque son los que tienen ganas. Si no motivas a esta población con contratos buenos, financiación y proyectos, se irá fuera muy formados desde España", comparte.

Entonces, ¿por qué se quedan?

vínculos familiares y de pareja,estancias temporales en el extranjero,

"El problema viene cuando quieres volver y no puedes", declara Soriano. Aunque, apunta Martínez, lo más normal es que muchos científicos y científicas abandonen su carrera al acabar el doctorado.

Para intentar revertir esta realidad, desde el Consell se impulsan proyectos como el Plan GenT que persiguen atraer y retener el talento. Desde que se puso en marcha la iniciativa en 2018 se han integrado 165 personas de excelencia internacional. Esta misma semana se anunció la convocatoria de 38 nuevas plazas. La asignación asciende a 15,4 millones en 2023, que se suman a los 1.285 presupuestados para la Conselleria de Innovación (un 4,5 % del total). Además, 51,4 millones van destinados a financiar 14 tipos de subvenciones. "Se están haciendo las cosas bien, pero no son suficientes todavía", indica Soriano. Los investigadores reclaman una apuesta decidida en ciencia.

Y para que la sociedad haga suya también esta reivindicación la divulgación científica es pieza clave. "Es importante que el trabajo de un centro de investigación llegue al público. Esa transferencia de conocimiento tiene que existir", defiende Martínez, que ganó el Premio Europeo de Divulgación Científica "Estudi General" con su libro 'El oxígeno, historia íntima de una molécula corriente'. Soriano concluye: "Necesitamos que la gente entienda lo que hacemos para que sean ellos quienes exijan al Gobierno que invierta en ciencia".