TRIBUNALES

“Papá, el profe me ha pegado un arponazo en la pierna”: el insólito juicio a un profesor de secundaria de Valencia

Los hechos acontecieron en octubre de 2020, cuando el docente sacó a los niños del centro para que viesen lo que había pescado

El tutor no informó a los padres del menor de lo sucedido y les dio una versión falsa

Imagen de archivo de un aula de un colegio.

Imagen de archivo de un aula de un colegio. / EPE

David López Frías

David López Frías

Lo primero que sorprendió aquella tarde a los alumnos de la clase de 4º de ESO fue que su tutor entró en el aula vestido como el que va a pescar. De hecho, venía de pescar. Así se lo contó a los chavales, en bañador y chanclas, y les propuso salir a la calle a echarle un ojo a lo que había atrapado esa mañana.

Así empieza esta surrealista historia, que culminará este mes con la celebración de un juicio contra un profesor de un instituto valenciano. Una denuncia a la que ha tenido acceso

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

. Consultadas las partes, el artículo omitirá nombres y enclaves. Por ser un menor el protagonista y porque aún no se ha pronunciado un juez.

Lo que sí que está probado es que un alumno que contaba entonces con 14 años recibió un arponazo de su propio profesor, en pleno horario lectivo. Que fue el docente quien ordenó a los alumnos (incluida la víctima) que no hablasen de lo sucedido. Que inventó una versión por si tuviesen que explicar algo, y que él mismo ocultó lo sucedido a los padres del adolescente.

Jornada de pesca

Los hechos tuvieron lugar el 7 de octubre de 2020, en un instituto de secundaria de un municipio próximo a Valencia. Eran las 12 y empezaba la clase de Tutoría. Entró el tutor ataviado con chanclas y bermudas, dice la denuncia. ¿A qué se debía tan playero atuendo? A que había estado esa mañana practicando pesca submarina. Y les invitó a salir del cole para que viesen lo bien que se le había dado la jornada y los buenos ejemplares que había capturado.

La denuncia ya expresa que, con esta acción, el profesor habría vulnerado la normativa interna de Consellería y del centro, que prohíbe expresamente que los alumnos menores salgan del centro de estudios en horario lectivo. Sea como fuere, los chavales siguieron a su tutor hasta el parking, donde tenía aparcado el coche con el botín marinero de la mañana.

Prosigue la denuncia que “una vez fuera del recinto escolar, los alumnos formaron una especie de corrillo semicircular frente al vehículo del profesor, quien abrió el maletero mostrando a los alumnos el instrumental de pesca submarina. Al momento sacó un fusil “Cresi Sioux de 50 cm” (del cual no tenía ni seguro ni licencia), el cual se encontraba cargado y sin el seguro puesto”.

Pero los Cresi Sioux los carga el diablo. Nadie sabe cómo, ni en qué momento, el profe perdió el control del fusil. La cuestión es que se disparó y le clavó el arpón al alumno en la pierna: “Sosteniendo el fusil en las manos con la punta de la flecha hacia los alumnos, se dispara el mismo impactando en el muslo derecho del menor, cayendo al suelo el proyectil momentos después del impacto y causando una herida sangrante. Una compañera de clase que presenció los hechos, acompañó al chico de nuevo al centro de estudios junto con el resto de compañeros”, relata la denuncia.

"No te desmayes"

“Una vez en el centro, y al observar que la herida está sangrando en exceso, lo que asustó a los allí presentes, el profesor indica a los alumnos que acudan al aula, ya que va a llevar al menor al ambulatorio en su coche. Con esta actitud, el profesor ignora la normativa de Consellería y el protocolo del centro, que prohíben expresamente que se deje a los alumnos menores solos, y el llevar a un menor en su vehículo personal fuera del centro, existiendo unos protocolos de actuación para estos casos”, prosigue.

El trayecto en el coche del profe se le tuvo que hacer eterno al menor. El arponazo le había provocado una hemorragia en la pierna que no cesaba. Empezó el chico a marearse, a lo que el profesor le contestó, según denuncia, “intenta no desmayarte, que ya estamos a 650 metros del ambulatorio”.

Llegaron finalmente al centro de salud, momento en el que al tutor le tocó dar las pertinentes explicaciones sobre aquella herida que sangraba profusamente. Y tiró de ficción: “A preguntas del médico, el profesor indicó que estaban en clase de educación física que, el alumno se había tropezado y se había arañado con un hierro, ya que estaban en obras en el instituto. En algún momento el profesor le indicó a alumno que mantuviera la versión de que había sido un accidente fortuito producido por una caída haciendo deporte”, dice la denuncia.

Además de al médico, el profesor llamó al padre del herido para informarle de que estaba en el ambulatorio con su hijo, porque se había clavado un hierro en la pierna haciendo deporte. Pero que no hacía falta que se desplazase, que ya estaba todo controlado.

"No digáis nada"

La herida requirió para su cura la aplicación de dos grapas debido al tamaño de la herida causada, con las correspondientes curas. Finalmente, profesor y herido regresaron al aula, donde les esperaba el resto de la todavía atónita clase. El profesor les pidió a todos, según el testimonio de los chicos, que no dijeran nada sobre el episodio porque se jugaba su puesto de trabajo.

Incluso el propio herido le hizo caso al profe y ocultó a sus padres durante un mes y medio la verdad de lo que había sucedido. Hasta que, a finales de noviembre, el joven no aguantó más y le confesó a sus padres que la herida de la pierna no había sido por clavarse un hierro corriendo por el cole, sino por un arponazo que le pegó el profe en horas de clase.

Los padres fueron a pedir explicaciones al colegio y, al no obtenerlas, acabaron interponiendo una denuncia. El chico acabó teniendo secuelas, según los informes médicos posteriores. Tanto físicas como psicológicas: “Trastorno adaptativo con ansiedad ampliado por el Médico Forense, asimilable a un trastorno neurótico/ secuelas derivadas del estrés postraumático leve, pautando Diazepam y el seguimiento del paciente, que refiere sentirse afectado por el ambiente del instituto.”, concluye la denuncia.

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA se ha puesto en contacto con la Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana y con el centro. Desde la Consellería no se confirma si se ha abierto o no un expediente al profesor, y solo se limitan a aclarar que si así fuera quedaría en suspenso hasta que termine su judicialización. Entretanto, en contacto con este periódico, desde el centro se han negado a responder sobre el incidente.

El docente se enfrenta ahora al pago de una multa e indemnización, así como a una posible inhabilitación. De todos modos, la víctima por partida doble fue el alumno, que finalmente tuvo que cambiarse de centro. Los padres habían solicitado una orden de alejamiento para el profesor, pero el juez la denegó al no ver indicios de que el incidente del Cresi Sioux 50 cm se fuese a repetir. Por ello, al final fue el chico el que optó por irse del instituto. Ahora, la justicia decidirá cómo acaba la historia de una infortunada jornada de pesca submarina.