SANIDAD PÚBLICA

Esperando al médico especialista: "No me dan cita para la clínica del dolor hasta 2026"

De izquierda a derecha, Eva Ruiz, Andreu Sánchez y Herminia Fernández, afectados por las listas de espera.

De izquierda a derecha, Eva Ruiz, Andreu Sánchez y Herminia Fernández, afectados por las listas de espera.

Beatriz Pérez

Eva Ruiz lleva tres meses malviviendo con una muela rota y no tiene hora hasta marzo para que la visite el especialista maxilofacial. Andreu Sánchez, con dolores fortísimos en las cervicales, accederá a la clínica del dolor en 2026. Y Herminia Fernández, de 76 años, espera desde noviembre a que el traumatólogo le comunique si finalmente le opera de la rodilla y puede dejar atrás los fuertes dolores que sufre.

El atasco de las listas de espera, sobre todo las del acceso al especialista (en las que hay un gran volumen de pacientes que ni siquiera constan en el sistema), afecta principalmente a aquellas personas que no tienen mutua. Esto es, a las clases más populares que no pueden ir a la privada. El sistema sanitario público da siempre salida a los casos más urgentes y graves (infartos, ictus, cáncer), pero por debajo de estos hay muchos pacientes que, sin ver peligrar su vida, no obtienen respuesta para dolores y dolencias que les impiden vivir de manera confortable.

Esta es la historia de tres personas que cuentan a este diario su espera para ser visitados por algún especialista de los hospitales catalanes. La atención primaria denuncia que muchos especialistas rechazan las derivaciones que el médico de cabecera demanda. De ahí, denuncian, que los datos de la lista de espera del Servei Català de la Salut (CatSalut) no representan toda la realidad.

Eva Ruiz: "Llevo más de tres meses con la muela rota"

Eva Ruiz, de 51 años, lleva desde noviembre a ser vista por el cirujano maxilofacial.

Eva Ruiz, de 51 años, lleva desde noviembre a ser vista por el cirujano maxilofacial.

Eva Ruiz, de 51 años y vecina de Badalona, ha tenido recientemente varios desencuentros con la sanidad pública. El último de ellos ocurrió el noviembre pasado, cuando se le rompió una muela. Como no era algo urgente, no le dieron visita hasta marzo para que la viera el especialista maxilofacial. "Desde hace tres meses tengo dolor en la encía y no puedo morder ni masticar bien", cuenta Eva, quien subsiste a base de ibuprofeno y paracetamol cuando le duele mucho. Dice que no tiene mutua privada.

"Ya me he tomado antibióticos dos veces, pero no puedo estar siempre con antibióticos. Y, a todo esto, solo me ha visitado una vez la médica de cabecera", dice. La muela, asegura, se la tienen que quitar porque se le ha quedado "la raíz dentro" y Eva sufre problemas de coagulación. En marzo la verá el especialista, pero sabe que tendrá "otro año de espera" para la cirugía. "Depende de qué coma y por qué lado de la boca, veo las estrellas. A veces ni hasta un bocadillo puedo comer", cuenta Eva.

Pero, además, esta mujer tiene una hernia epigástrica que le diagnosticaron a finales de 2018. Entonces la pusieron en lista de espera para operar. Tenía para un año y luego vino la pandemia. A día de hoy aún no la han operado. "En septiembre del 2021, me fui al médico porque la hernia cada vez era más grande. Y me volvieron a mandar al cirujano porque me habían borrado de la lista de espera", cuenta Eva.

Aunque Salut mantiene que el máximo de espera es un año y, según Can Ruti (el hospital que la operará), 288 días, lo cierto es que esta mujer sigue esperando un año y medio después. "Ya he reclamado a atención a la ciudadanía porque cada vez esto me da más problemas", cuenta.

Andreu Sánchez: "Mientras no me atienden, vivo aguantando el dolor"

Andreu Sánchez, recién jubilado, tiene que esperar tres años para ir a la clínica del dolor.

Andreu Sánchez, recién jubilado, tiene que esperar tres años para ir a la clínica del dolor.

Hace tiempo que Andreu Sánchez, que sufre artrosis entre otras enfermedades, sufría dolores fortísimos en las cervicales. El médico le dijo que tenían que hacerle una infiltración en la unidad del dolor en el Hospital de Terrassa, ya que lo suyo no era operable. "Fue subir a la segunda planta y nos dijeron que había una lista de espera de tres años", relata este hombre recién jubilado. Es decir, hasta 2026 no podrá ser atendido por un especialista de esta unidad.

Junto a su compañera, Rosa Camí, pidió explicaciones y les dijeron que no programaban directamente infiltraciones, sino que primero tenía que visitarse con un médico de la unidad y que ahora mismo estaban programando derivaciones a la unidad del dolor del año 2018. "Pedimos que nos lo dieran por escrito y nos dijeron que no, que me lo explicaban con confianza para que yo viese cómo están las cosas", explica Rosa. Esto ocurrió la primera semana de febrero.

La pareja, que no tiene mutua y reside en Sabadell, asegura que irá a poner una queja al Síndic de Greuges. "Decir que te dan hora para de aquí a tres años es como decir 'no te lo hago, búscate la vida'", se quejan. Mientras tanto, Andreu lleva todo el día puesto un pañuelo alrededor del cuello y hasta duerme con bufanda para tener calor en el área dolorida. "Vivo aguantando el dolor", concluye.

Laura Lucas: "Mi madre lleva tres meses esperando que le digan si la operan de la rodilla"

Herminia Fernández, madre de Laura Lucas, aún no sabe cuándo la verá el traumatólogo.

Herminia Fernández, madre de Laura Lucas, aún no sabe cuándo la verá el traumatólogo. / MANU MITRU

Laura Lucas es quien cuenta la historia de su madre, Herminia Fernández, de 76 años. Tras una caída, a la mujer le dolía mucho la rodilla, por lo que le hicieron una resonancia. "Fuimos al médico para quitarle un poco el dolor y nos dijeron que, por edad, lo mejor era ponerle una prótesis en la rodilla", cuenta Lucas. La madre no tiene mutua.

Pero, como la madre hasta entonces se había mantenido "bien", el médico le recomendó volver a su vida "normal", a ver si "cogía fuerza en la rodilla". "Pero, al mes, pese a la infiltración, seguía con más dolor. E incluso se tuvo que comprar un bastón. Le dolía muchísimo", relata la hija.

Así juntas volvieron al CAP, donde el médico le hizo una interconsulta al traumatólogo para ver si había que operar o volver a hacer una infiltración a Herminia. "De esta interconsulta hace ya tres meses. La médica de cabecera le dijo al especialista que los calmantes no le hacían nada y que valorara si la derivaban ya para operar... Y lleva tres meses esperando la respuesta", explica Laura.

Mientras tanto Herminia sigue caminando con dolor y con bastón. Han puesto una queja por escrito. La mujer, según ha hija, "ha dado un bajón tremendo, físico y psicológico" en este tiempo. "Antes caminaba, salía sola... Ahora no puede ni hacerse la cama", concluye Laura.