DEBATE INTERNO

¿Seguirá Laura Borràs siendo presidenta de Junts pase lo que pase en el juicio?

El partido cierra filas públicamente con su líder y defienden que solo cabe una absolución, pero voces críticas plantean que, si hay condena, deberá ser apartada del cargo

Laura Borràs, con Francesc de Dalmases y Aurora Madaula, a las puertas del Parlament.

Laura Borràs, con Francesc de Dalmases y Aurora Madaula, a las puertas del Parlament. / FERRAN NADEU

Sara González

El juicio que a partir de este viernes afronta la presidenta de Junts, Laura Borràs, por prevaricación y falsedad documental sacude el debate interno en su partido. Ante los micrófonos, la dirección cierra filas con su líder, remarca que ante un caso de "persecución política" solo cabe la absolución y que, si se produce, esto debe suponer que recupere de forma inmediata la presidencia del Parlament, de la que fue suspendida el pasado mes de julio. Si hubiera condena, la cosa cambia. A nivel institucional, se da por asegurada la intervención de la Junta Electoral para retirarle el escaño, pero en manos de Junts estará decidir si continuará siendo o no la presidenta de la formación.

"Esperamos una sentencia absolutoria y que se respete la presunción de inocencia", ha afirmado el portavoz de Junts, Josep Rius, que ha añadido que considera que no tendrá "un juicio justo" y que si no fuera independentista el presunto fraccionamiento de contratos no hubiera acabado en los tribunales. Pero preguntado por si, pase lo que pase, el partido puede garantizar que mantendrá el cargo de presidenta del partido, Rius se ha limitado a responder que no contempla el escenario de la condena.

Borràs tiene en los estatutos de la formación posconvergente una salvaguarda. En el congreso del pasado verano logró que los estatutos incluyeran que, ante el caso de una condena con sentencia firme que responda a un proceso de "lawfare" será la comisión de garantías la que valore si puede continuar o no desempeñando su función. Tanto ella como sus adeptos sostienen que se encuentran ante este supuesto. Y también el secretario general de Junts, Jordi Turull, ha suscrito públicamente que esta es una causa de "persecución política". Fuentes de la dirección afirman que Borràs tiene un mandato de dos años y ponen en duda que una sentencia condenatoria suponga que sea apartada.

Pero la posición en la cúpula no es unánime. Voces críticas con la línea política de la presidenta del partido, que ya pidieron en julio que dimitiera antes de ser suspendida por el Parlament, argumentan que el juicio que afronta "no responde" a un caso de "lawfare" y dan por sentado que, si hay condena, tendrá que ser apartada. Más allá de este posicionamiento discrepante con las tesis de Borràs, la comisión de garantías, el órgano que deberá decidir su futuro, está presidido por la abogada Magda Oranich, con quien la relación se enturbió a raíz de la gestión de la polémica del diputado Francesc de Dalmases por haber intimidado a una periodista del FAQs.

Oranich reveló públicamente que había sufrido "presiones inaceptables" de Borràs para intentar influir en las conclusiones de la investigación interna que se abrió por este caso y por la que finalmente Dalmases fue apartado de la vicepresidencia de Junts, una consecuencia que se sumó a la reprobación y la multa de 600 euros que le impuso el Parlament por considerar que, con su comportamiento, vulneró el código de conducta de los diputados.

La trifulca con ERC

"Lo que venga después se hablará a nivel de partido, con la presidenta. Pero en este momento tiene todo el apoyo para afrontar este juicio con todas las garantías posibles", ha insistido Rius evitando valorar las pantallas que pueden estar por venir. Por ahora, Junts se concentra en afear al resto del independentismo, especialmente a ERC y a la CUP, su falta de "solidaridad" con Borràs por no acompañarla este viernes a las puertas del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya. Tanto republicanos como 'cupaires' han rechazado apoyarla ante un juicio que entienden que debe dirimir si hubo o no "mala praxis" en la gestión que hizo en su etapa al frente de la Institució de les Lletres Catalanes.

Lo que también ven a venir los dos partidos independentistas es qué pasará si, ante una condena, Borràs acaba definitivamente sin escaño y hay que escoger una nueva presidencia del Parlament, una labor que en estos momentos está ejerciendo en funciones la vicepresidenta primera, la republicana Alba Vergés. "Ni ERC tendrá garantizado el apoyo de Junts ni Junts el de ERC para elegir un nuevo representante", sostienen fuentes republicanas. El juicio de este viernes mantiene en vilo a propios y ajenos de Borràs.