CATALUÑA

Un alcalde catalán intenta echar a okupas de su propiedad con un hacha

La oposición de Caldes de Malavella pide la dimisión de Salvador Balliu, de Junts, estupefacta ante unas imágenes que han corrido como la pólvora en el municipio de la comarca de La Selva

El edil admite que se equivocó pero asegura que se asustó porque creía que la casa estaba vacía y salieron a recibirle “con palos”

Un alcalde catalán intenta echar a okupas de su propiedad con un hacha.

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Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

El alcalde de Caldes de Malavella, Salvador Balliu, intentó durante la pasada Semana Santa tratar de echar a unos okupas que se instalaron en una vivienda de su propiedad, ubicada en una urbanización del municipio. Quiso expulsarlos esgrimiendo un hacha e incluso haciendo ademán de atacar cuando se dio cuenta de que habían sacado un teléfono móvil para grabarlo.

En esa secuencia, que ha corrido como la pólvora por el pueblo, se escucha a Balliu repetir a los okupas “¡A las dos!” -supuestamente para indicar la hora límite que tenían para irse de su propiedad- y también ocultar que es el dueño de la casa: “A mí me han pagado para que os eche”, les suelta. 

En el vídeo se aprecia a uno de los okupas, sentado frente a él, en el suelo. Y se oye a otro, el que graba, que le pide que se detenga. La reacción de Balliu, que también es el 'president' del Consell Comarcal de La Selva -gobierna tanto en el consistorio como en el consejo con el apoyo del PSC-, ha dejado estupefacta a la oposición, que pide su dimisión.

Y ha consensuado este texto: “Creemos que es inadmisible la actuación del alcalde, nadie puede tomarse la justicia por su mano y menos siendo un cargo público, esta tarde nos reuniremos los grupos que ejercemos la oposición en el Ayuntamiento (SomCaldes, ERC y En Comú Podem) para discutir las acciones a emprender. Creemos que no hay justificación posible y que el señor Balliu debe dimitir inmediatamente. No podemos entender que Junts no se haya posicionado claramente en contra de esta actuación y lamentamos haber conocido hechos tan graves a través de las redes sociales”.

Caldes tiene como otras localidades de la zona problemas con las ocupaciones. Sobre todo, en sus urbanizaciones. Balliu se había mostrado combativo contra la proliferación de plantaciones de marihuana, que se esconden detrás de algunas de estas ocupaciones. Y en la población impulsó un protocolo, no exento de polémica, para actuar en contra de estas. Un protocolo que ahora, subraya la oposición, se ha saltado cuando una de sus propiedades se ha visto afectada.

La versión del edil

En declaraciones a este diario, Balliu ha explicado que supo de la ocupación por la policía municipal mientras se encontraba fuera de viaje. Que al regresar, el día 17, acudió en compañía de los agentes y vio la propiedad vacía pero detectó que habían cambiado las cerraduras. “Volví el lunes 18 solo, con candados para cerrar la casa, creyendo que no había nadie”, asegura. “Pero salió una mujer con un perro de grandes dimensiones y después dos jóvenes con palos”, prosigue. “Me asusté y fui a la furgoneta donde tengo herramientas de campo y cogí el hacha. Actué mal pero fue porque actué en caliente”, admite. 

Balliu ha convocado mañana a los portavoces del resto de partidos para explicar lo ocurrido.