CATALUÑA

Las cancelaciones de cenas de empresa golpean la euforia de la hostelería catalana

Las optimistas previsiones navideñas del sector se tambalean ante la decisión de grandes compañías de no correr riesgos con celebraciones corporativas, mientras que los grupos pequeños mantienen las citas pero no confirman hasta el último momento

Terraza del restaurante La Pepita en la calle Córcega, en Barcelona.

Terraza del restaurante La Pepita en la calle Córcega, en Barcelona. / Jordi Cotrina

Patricia Castán

Hace apenas un mes, sobre el sector de la hostelería catalana flotaba una sensación casi de euforia respecto a las tradicionales reservas tanto de grupos prenavideños, como en encuentros familiares para el día de Navidad o Sant Esteve. Tras meses de durísimas restricciones en el territorio, la situación sanitaria parecía tranquila, había un alud de reservas con gran anticipación, ganas de reencuentros y brindis, además de una ilusión que los empresarios no veían hace tiempo... Pero en apenas 10 días la situación ha dado un vuelco y el sector vive con el corazón en un puño lo que empezó como un goteo de cancelaciones, que ya se han intensificado en el caso de las grandes empresas, decididas a no correr riesgos con la socialización. Por contra, los grupos pequeños y que organizan los propios empleados o bien amigos, son los que menos están anulando. Eso sí, confirman "a última hora", se lamentan diversas fuentes de la restauración en Barcelona.

Una gran cantidad de restaurantes habían colgado el lleno hace semanas, sobre todo en fechas clave para los grupos este año, como son los viernes 10 y 17, y los jueves 9 y 16. Un pequeño sondeo realizado por el Gremi de Restauració de Barcelona había ratificado esa sensación de que se alcanzaría el 100% de ocupación durante no pocos días, explica un portavoz. Las reservas comenzaron antes, pero también las propias cenas "Hay muchas ganas por parte de la clientela, que el año pasado no pudo celebrarlas". Hasta el punto de que algunos ya las montaron en noviembre, curándose en salud.

Sin embargo, ha habido dos detonantes que han invertido esta tendencia. La patronal apunta al pasaporte covid en primera instancia, ya que es crítica con el hecho de que no se exija también en otros sectores. En el caso de las empresas, ante la tesitura de dejar fuera de las cenas a personal no vacunado, algunas han preferido dar marcha atrás. El teletrabajo también era difícil de casar, ya que no se entendía que algunas empresas que se organizan en semanas alternas presenciales de pronto juntasen a toda su plantilla para cenar. Y el repunte acelerado de contagios ha hecho el resto: las empresas de cierto volumen no se quieren exponer a ser responsables de contagios y a verse abocadas a potenciales confinamientos de personal en plena campaña navideña.

Diversos establecimientos consultados que siempre tienen una gran demanda en estas fechas, como los restaurantes de Xàtiva, el Grup Nomo, o Moncho's, han corroborado a la patronal esa ambivalente coyuntura, de las mejores expectativas a las incertidumbres. Más ejemplos: Una importante empresa automovilística canceló el otro día una importante reserva con el grupo Sagardi, al igual que está sucediendo con algunos laboratorios o grandes empresas. Cada mensaje de algún político --como la ministra Carolina Darias-- alertando de los riesgos de las celebraciones se traduce en reservas que se caen, señalan a este diario. "Sabemos que son decisiones corporativas, en cambio las que convocan los propios empleados o amigos más en pequeño formato en general se mantienen", añaden fuentes del grupo. "Hay que transmitir mensajes de precaución y de uso de la mascarilla, pero no generar miedo", opinan, "porque el sector ya no aguantaría otra marcha atrás" y siente que ofrece seguridad.

Miedo a restricciones

Desde Moncho's explican que acaban de atender la anulación de una reserva para 110 personas para este sábado. "Empezábamos a levantar cabeza y de nuevo sufrimos, pero hay que seguir adelante", sostienen. "Se veía todo con mucho optimismo, con muchas reservas, pero el certificado covid y los contagios se están notando", relatan. Y eso que la empresa se esfuerza en mantener menús muy ajustados, con peticiones de sobre todo unos 30 euros, para adaptarse a la mayoría de bolsillos. Su volumen de reservas sigue siendo alto, pero como el resto de establecimientos, hay conciencia de que la cambiante situación sanitaria puede hacer caer el negocio previsto como un castillo de naipes. Todos coinciden en que recortes de horarios o aforos serían fatales para la hostelería.

En otro importante grupo con presencia en el centro de Barcelona y que pide anonimato, expresan su preocupación por la suspensión de "casi todas las reservas para más de 40 o 50 personas", lo que les llevará a no realizar los fichajes de trabajadores extra previstos para la campaña, agregan.

"El sector contiene la respiración, pendiente de la presión asistencial", subrayan en la patronal, donde también ponen de manifiesto el esfuerzo realizado para no subir precios pese el encarecimiento de muchos productos. Además, cabe destacar que los menús de 30 a 35 euros suelen ser los más demandados en reservas 'autosufragadas', mientras que las empresas tienen presupuestos más altos para sus eventos, y son justamente las más canceladas.