CHO-CO-LA-TE: 7 tartas maestras para perder la cabeza

Es curioso pero 9 de cada 10 golosos asocian inmediatamente el complemento “de chocolate” a la palabra “tarta”. Podríamos decir que este es el pastel por antonomasia: ese que se convierte en objeto de deseo desde la más tierna infancia. Y sin embargo, hoy no resulta tan fácil encontrarlo en restaurantes de cierto nivel. Podríamos decirle que la tarta de queso le ha comido la tostada en los últimos tiempos. Sin embargo, quedan direcciones en las que la tarta de chocolate es la estrella del apartado de postres y no queda más remedio que pedirla (qué sacrificio, ¿verdad?). En estos 7 locales siempre se acierta.

Gresca restaurant (Barcelona)

Lo que hace Rafa Peña en su restaurante barcelonés es una versión -evolucionada y mejorada- de la mítica tarta de chocolate del restaurante L’ Ambroisie del chef Bernard Pacaud en París. Con una delgada base de masa quebrada azucarada, el interior es un sabayón de chocolate que convierte el bocado en cremoso y aéreo. Una sutil costra superior redondea el conjunto. Sin duda, una de esas tartas que invita a meter la cuchara una y otra vez.

Pomme Sucre (Gijón)

El pastelero Julio Blanco, embajador de Cocina de Paisaje, sello de calidad gastronómico de Asturias, es un maestro de las masas y sus cruasanes y panettones tienen justa fama. Pero también es capaz de clavar tartas como la Azabache, que encierra en su interior una ‘mousse’ de chocolate negro cremosa y adictiva. Su exterior, a base de una crujiente capa de chocolate, y un pequeño ‘topping’ a base de frutos rojos, aportan contrastes de textura y de sabores.

Leña (Madrid y Marbella)

Si hay un chef que suele apostar por las tartas en sus restaurantes ese es Dani García. En las cartas de los locales del grupo suele haber opciones variadas para los que buscan terminar la comida a lo grande. Un ejemplo es la tarta de chocolate cremosa con avellanas garrapiñadas que ofrece en su asador Leña. En ocasiones, se acompaña de un helado para ofrecer, además, un contraste de temperatura: festival en las pupilas gustativas.

Ascaso (Huesca, Zaragoza y Madrid)

La magia del pastel ruso, receta por la que esta confitería oscense ha pasado a la historia, puede hacer que pasen desapercibidas otras creaciones que rayan a un gran nivel. Un ejemplo es la tarta Guayaquil, elaborada a partir de una capa exterior de chocolate negro crujiente, bizcocho de cacao con crema pastelera y trufa. Una obra de arte de las que da pena comerse.

La Duquesita (Madrid)

Un pequeño clásico de la pastelería que dirige Oriol Balaguer en Madrid es su tarta de chocolate en texturas. En el pastel encontramos desde una ‘mousse’ hasta un bizcocho, pasando por un cremoso y un crujiente. Todo de chocolate, claro está. Una auténtica fiesta para los verdaderos creyentes de la religión del cacao.

Fismuler (Barcelona y Madrid)

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De textura esponjosa y sabor suave y delicado, la tarta de Nino Redruello no solo puede encontrarse en sus ‘fismulers’ sino también en Molino de Pez (Barcelona) y en el recién abierto The Omar (Madrid). Para elaborarla, mezcla chocolate al 70%, ‘gianduja’, leche, azúcar y mantequilla fundida al baño María. Harina, huevo y horno a 16 minutos para conseguir una joyita. 

Estimar (Barcelona y Madrid)

La que hace Rafa Zafra en sus restaurantes también tiene justa fama. Es una tarta de gran finura con un corazón a base de una ‘mousse’ hecha con un 75% de cacao. Por debajo, una base de galleta apenas perceptible y, por encima, una mezcla de cacao, turrón y sal. Difícil decidirse entre esta virguería o el flan que preparan en esta casa.