EN RESTAURANTES DE MADRID

¡Atención, golosos! Tartas por las que merece la pena guardar sitio para el postre

De manzana, de chocolate, de limón... genialidades reposteras para cerrar un menú por todo lo alto

Una de las tartas más deseadas de Madrid, la Choco Choco Boom de Villa Capri.

Una de las tartas más deseadas de Madrid, la Choco Choco Boom de Villa Capri. / Villa Capri

Hay veces en las que no conviene decir muy alto aquello de "no, yo nunca tomo postre" en un restaurante porque hay tartas y pasteles espectaculares esperándonos en la parte final del menú. Son maravillas a las que cuesta resistirse, auténticas tentaciones incluso para aquellos que pasan del azúcar con elegancia y sin demasiado esfuerzo. Aquí va una selección de 7 tartas de restaurantes de Madrid a las que conviene hacer hueco...

La tarta di Rose de Dani García, que se puede probar en sus restaurantes Leña y Smoked Room (Madrid).

La tarta di Rose de Dani García, que se puede probar en sus restaurantes Leña y Smoked Room (Madrid). / Grupo Dani García

Tarta di Rose (Leña, Madrid)

A Dani García se le reconoce por platos tan icónicos como el tomate 'nitro' y también por el 'brioche' de rabo de toro, aunque cada vez más incondicionales de su cocina reivindican la Tarta di Rose entre sus creaciones favoritas del chef malagueño. Puede probarse en Leña y Smoked Room (ambos en Castellana 57) y también en versión mini a través del servicio a domicilio La Gran Familia Mediterránea. Una delicia a base de una adictiva masa de hojaldre que se suele acompañar de una generosa porción de helado de mantequilla tostada para conseguir un bocado delicioso.

El Kouign Amman de Poncio (Madrid).

El Kouign Amman de Poncio (Madrid). / Restaurante Poncio

Kouign Amman (Poncio, Madrid)

El chef Willy Moya sirve en su coqueto restaurante Poncio (Plaza del niño Jesús, 3) una particular versión del Kouign Amman bretón, un pastel que él prepara con una mezcla de 'brioche' y de croissant, enriquecida con manzana. Se sirve templado, acompañado de helado de nata. Una tremebunda bomba, nacida de una receta de aprovechamiento que busca dar una nueva vida al sobrante de masa, en la que la mantequilla y el azúcar juegan un papel fundamental y que él enriquece introduciendo manzana. Pura seducción.

La tarta de limón de La Maruca (Madrid).

La tarta de limón de La Maruca (Madrid). / Restaurante La Maruca

Tarta de limón (La Maruca, Madrid)

En el grupo Cañadío no hay tarta que se les resista. Además de la de queso, uno de sus clásicos es la de limón que sirven en La Maruca (Velázquez, 54 y Castellana, 212), una receta del restaurante original de Santander -¡desde su apertura en 1981!-. Montan el merengue siempre a máquina para alcanzar la textura adecuada y siempre la preparan con limones de Novales (Cantabria). La elaboran a diario y una de las claves de su éxito es el contraste entre las dos cremas que le dan forma. Perfecta para poner el colofón a una comida de 10 o para darse un homenaje a la hora del desayuno.

La tarta Choco Choco Boom de Villa Capri.

La tarta Choco Choco Boom de Villa Capri (Madrid). / Restaurante Villa Capri

Choco Boom Boom (Villa Capri, Madrid)

Una de las tartas más deseadas del panorama madrileño es la de chocolate que sirven en el restaurante italiano Villa Capri (Hortaleza, 118), uno de los locales más de moda de la capital. Su irresistible Choco Boom Boom, creación original del chef pastelero Daniele Tasso, es, como su propio nombre indica, una bomba de chocolate (que se utiliza en la masa y en forma de 'ganache'), que también cuenta con dos texturas de caramelo. Uno de esos postres que entra por los ojos gracias a su cobertura brillante. Para los muy chocolateros.

La tarta de queso de Fismuler (Madrid).

La tarta de queso de Fismuler (Madrid). / Restaurante Fismuler

Tarta de queso (Fismuler, Madrid)

Es tan alto el nivel de las tartas de queso en Madrid que cuesta destacar una por encima de las otras. Una de las que tienen más personalidad es la que preparan Nino Redruello y Patxi Zumárraga en Fismuler (Sagasta 29). La clave es mezclar queso crema, Idiazábal y un poco de queso azul. Se asientan sobre una masa 'sablé' artesanal que le da estructura. El resultado es un bocado en el que se entremezclan texturas y con una potencia poco común en este tipo de tartas.

El Baumkuchen del restaurante Horcher (Madrid).

El Baumkuchen del restaurante Horcher (Madrid). / Restaurante Horcher

Baumkuchen (Horcher, Madrid)

Hay pocos pasteles tan legendarios como el Baumkuchen de Horcher (Alfonso XII, 6). Llamado también "pastel de árbol" por su curiosa forma que alcanza hasta un metro de altura, es un bizcocho por capas tan esponjoso como llamativo que lleva siendo un mito de esta casa desde su apertura, en 1943. Es uno de esos postres más grandes que la vida, al estilo del Croquembouche de Paco Torreblanca, otro clásico de la arquitectura pastelera. A la hora de servirlo, se acompaña de helado de vainilla y chocolate, el contrapunto cremoso para esta obra de arte repostera.

La tarta Tatin de manzana de Saddle (Madrid).

La tarta Tatin de manzana de Saddle (Madrid). / Restaurante Saddle

Tarta Tatin de manzana (Saddle, Madrid)

El estrella Michelin Saddle (Amador de los Ríos, 6) es uno de esos refugios de la tradición en Madrid, un restaurante en el que se salvaguardan como si fueran objetos preciosos, el mejor servicio de sala y los grandes clásicos del recetario internacional. Entre estos últimos, hay que destacar tartas como la Tatin, la favorita de cualquier apasionado de los pasteles elaborados a partir de manzana. Su versión, con un fino hojaldre, se acompaña de helado de Calvados y de un 'crumble' de especias. Para los fanáticos de esas recetas que nunca pasan de moda.