5 sorprendentes regalos gurmets para unos Reyes de última hora

¿Qué se le regala al cocinillas que lo tiene todo? El año pasado la gran estrella de las navidades fue la freidora de aire, un prodigio capaz de hacer patatas fritas, torrijas e incluso ¡solomillos Wellington! (la calidad del resultado final ya es cuestión aparte). Este pequeño electrodoméstico es el que ocupa ahora un lugar privilegiado en la cocina, en la misma ubicación que antes ocuparon sandwicheras, yogurteras o robots de cocina de lo más variopinto... Lo malo es que el día de Reyes se aproxima, un año más, con paso inexorable, y las ideas se van agotando. Aquí van cinco propuestas pensadas para el que tiene hasta el último cacharro en su casa.

Tirador de cerveza

Aquí va uno de los regalos más 'cañeros' (risas enlatadas, sí) que podemos encontrar. Todos tenemos un amigo muy cervecero, que ha pasado de tener latas de cualquier marca imaginable en el frigorífico a fantasear con tener un dispensador para servirse sus propias cañas. Aunque antes los grifos de cerveza estaban solo al alcance de aquellos con buenos contactos en la industria cervecera (y una buena parcela, claro), ahora hay tiradores con tamaños de lo más variable. Desde los que albergan en su interior barriles de metal de varios litros hasta los que tienen capacidad para una sola lata. Ojo, porque no incluye tutorial para aprender a tirar la cerveza con los deseables dos dedos de cerveza. Desde 71 euros.

Vela con aroma a cereales de desayuno

Adiós, lavanda o incienso. El universo de los aromas se expande porque, al final, hay tantos gustos como personas. Desde los que alucinan con el olor a libro nuevo hasta los que pierden la cabeza aspirando la esencia de un cajón cerrado con ropa de hace más de 20 años. Y todo ello sin meternos en el mundo de las fragancias alimenticias. Pocos olores tan dulzones y reconocibles como los que despiden unos cereales azucarados al ser sumergidos en leche tibia. Por eso, un regalo curioso es el de la vela con aroma a cereales icónicos como los Lucky Charms, en los que se mezcla la avena tostada con los 'marshmallows'. Además, el kit es totalmente personalizable, pudiendo distribuirse los cereales en el bol a gusto del consumidor. Tan solo queda encender la mecha y disfrutar de un ambiente de lo más apetecible. La cuchara y el tazón no arden, eso sí. Desde 28 euros.

Chocolate ¡con premio! personalizable

Si mezclamos el regalo 'foodie' con el regalo 'friki' es posible que demos con el sueño dorado de esa persona que flipa tanto con las recetas de Ferran Adrià como con las películas de Star Wars. Y precisamente dorado es el ticket que se esconde en el interior de la famosa tableta de chocolates Wonka y que da acceso a conocer el interior de la fábrica más famosa de la literatura (gracias, Roald Dahl) y del cine (meh, Tim Burton). Esta icónica chocolatina salta ahora del mundo de la ficción a la realidad en formato gigante de un kilo con un 85% de cacao. Lo bueno es que todas vienen con ¡premio!, un ticket regalo totalmente personalizable en el que podemos poner desde "te quiero, cariño" a "acompáñame a Peñíscola este verano". Desde 29,90 euros.

Pelador de gambas

En las ferias de muestras se ocultan, a veces, algunos de los ingenios más sorprendentes del mundo. Otros, como las sartenes eternamente antiadherentes o los pulidores de metales milagrosos, no pasan de fraudes de charlatanes. El espíritu de esos inventos visionarios se respira en cacharros como los peladores de gambas. Nos encontramos ante una de esas ideas sencillas, pero efectivas, que hará las delicias de aquellos que siempre protestan por el olorcillo que se queda en los dedos después de quitarle la carcasa a un molusco. Lo hay disponible tanto en plástico como en el mucho más elegante acero inoxidable. Un regalo perfecto para todo aquel que esconde un 'senyoret' en su interior. Desde 6,99 euros.

Asador de kebab casero

Para todo aquel interesado en preparar los grandes éxitos de la cocina internacional ya hay electrodomésticos o enredos que permiten preparar en casa desde auténtico sushi a una pizza napolitana. Por tener, hay hasta una versión mini del horno vertical con grill en el que se asan las piezas de carne para preparar un kebab. La verdad es que es un pequeño electrodoméstico sin sorpresas: una resistencia en su interior permite cocinar todo aquello que decidamos clavar en un pincho, desde un pollo entero hasta una amalgama de carnes variadas: la imaginación es el límite. Tras encenderlo, comienza la magia del giro y un, eso sí, lento proceso hasta que la comida esta lista. ¿Lo mejor? Coger un cuchillo de grandes dimensiones y lonchear el rollo como un auténtico profesional. Desde, 79,99 euros.