UNA EXPERIENCIA RELIGIOSA

'Panettones' y turrones para pecar hechos por monjas

Si lo que buscas son dulces artesanos para esta Navidad encarga ya polvorones, mazapanes y hasta roscón en estos conventos

El 'panettone' de las clarisas reparadoras de Ourense

El 'panettone' de las clarisas reparadoras de Ourense / Clarisas reparadoras

¿Dónde está la última frontera para el ‘foodie’ moderno? Y si, ¿tras peregrinar por tiendas 'delicatessen' de todo pelaje en cualquier parte del mundo, el objetivo de sus desvelos estuviera en la zona cero de la gula de occidente? Fue en los monasterios y conventos donde se originó la primera industria dulce con el fin de conservar y aprovechar lo que los animales y la huerta daban. Así, estos lugares de recogimiento y oración se convirtieron en auténticos centros de I+D del azúcar. En muchos casos, se consiguieron recetas de un perfeccionamiento que no ha podido superarse hasta la fecha. Aquí van cinco centros religiosos a los que llamar -pero no en plan “toc, toc” sino vía web- para aprovisionarse de dulces navideños.

Los mantecados "El Císter".

Los mantecados "El Císter". / El Císter

Los mantecados del monasterio de San Andrés de Arroyo (San Andrés de Arroyo, Palencia)

En un monasterio románico que data de 1181 y que ha sido declarado Bien de Interés Cultural se elaboran los mantecados “El Císter”. Las manos que los hacen son las de las monjas de la Orden Cisterciense de la Regular Observancia. ¿Qué tienen estos mantecados que los hacen tan especiales? Las hermanas lo dejan claro: “Poseen más sabor ya que están hechos con mantequilla y más frutos secos (avellana y almendra)”. Los polvorones ‘premium’ eran esto. Están montando tienda 'online', pero estos manjares pueden solicitarse por teléfono y por correo electrónico.

Los turrones de las jerónimas de Constantina (Sevilla).

Los turrones de las jerónimas de Constantina (Sevilla). / Jerónimas de Constantina

Los turrones de las monjas jerónimas de Constantina (Sevilla)

Entre la eterna discusión de si fue primero el turrón de Castuera (Badajoz) o de Jijona (Alicante), una buena opción puede ser tirar por la calle del medio y acabar en Constantina, un pueblo de la provincia de Sevilla en el que las monjas jerónimas elaboran versiones pluscuamperfectas de este dulce navideño. En el caso del turrón blando, un 64% del producto es almendra, con lo que entra dentro de la categoría de calidad “suprema”. Mucho ojo a su variado de turrones, con 12 declinaciones entre las que aparece el de yema o uno de coco. A la venta en su tienda 'online'.

Los mazapanes "El Convento".

Los mazapanes "El Convento". / El Convento

Los mazapanes del convento de Jesús y María (Toledo)

“Para disfrutar del paraíso, no hace falta ir al cielo”. Con esta frase, que hubiera dado más de un quebradero de cabeza en tiempos de la inquisición, se promocionan los dulces de El Convento, una curiosa marca que comercializa la producción azucarada que elaboran las monjas dominicas del convento de Jesús y María de Toledo. No solo hacen figuritas de mazapán sino también barras, piezas con diferente formas o las famosas anguilas. Pueden comprarse a través de su propia página web.

El roscón de Reyes de las monjas clarisas de Villacastín.

El roscón de Reyes de las monjas clarisas de Villacastín. / Clarisas de Villacastín

El roscón de Reyes del monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles (Villacastín, Segovia)

Lo bueno de encargar el roscón que hacen estas monjas clarisas es que podemos elegir si queremos recibirlo en los días inmediatamente previos a la llegada de los Reyes Magos (¡o incluso antes!). Puede presumir no solo de una buena masa, sino también de rayar a gran altura en dos de esos apartados en los que los roscones suelen patinar: la fruta escarchada es de primera y el aroma y sabor a azahar también son sobresalientes. Puede encargarse en formato de medio kilo o de kilo a través de su página web.

El 'panettone' ya se ha colado entre los dulces de convento español.

El 'panettone' ya se ha colado entre los dulces de convento español. / Clarisas reparadoras

El ‘panettone’ de las clarisas reparadoras del monasterio de San José (Vilar de Astres, Ourense)

En los conventos tampoco son ajenos a la actual fiebre del ‘panettone’. En este monasterio, es este dulce italiano el que ocupa un lugar de honor entre las elaboraciones de las clarisas reparadoras. Venden tres variedades distintas: de chocolate; de nuez, pasas y chocolate; y de naranja y pasas. Defienden que lo que hace único a su receta es un “toque secreto” y que es capaz de contentar “paladares tristes y almas alicaídas”. De precio muy asequible, se adquiere a través de su página web y puede recibirse en la semana que uno desee hasta la primera de enero.