CANARIAS

Una capilla del surf en La Laguna

El antiguo templo religioso de Bajamar se convierte en un museo de la cultura surfera

El nuevo espacio expositivo acoge una enorme colección de piezas vinculadas a la historia del surf en Canarias y en el resto del mundo.

El nuevo espacio expositivo acoge una enorme colección de piezas vinculadas a la historia del surf en Canarias y en el resto del mundo.

Domingo Ramos

La antigua capilla del Gran Poder de Bajamar se convierte en museo surfero. El inmueble, construido en 1881, ha sido en su etapa más reciente punto de reunión y espacio expositivo. Ahora inicia un nuevo camino de la mano del surf. El recinto fue abierto este jueves por el Ayuntamiento de La Laguna (Canarias) y el coleccionista Jesús Tato Dionis, y aseguraron "que reúne una de las mejores colecciones de la historia del surf en Europa". El nombre del lugar es La Capilla del Surf. "El nuevo espacio expositivo acoge una enorme colección de piezas vinculadas a la historia del surf en Canarias y en el resto del mundo: desde tablas construidas hace décadas, tablas modernas, accesorios que ayudaron a hacer evolucionar la forma de practicar surf, y películas, libros, postales y otras piezas gráficas", destacaron desde el Consistorio sobre el material de Tato Dionis.

¿Y quién es Tato? Se trata de un melillense que se enamoró de la costa lagunera y que ha encontrado allí su lugar. Ahora, con este proyecto realizado junto al Ayuntamiento de La Laguna trata de ofrecer un "recorrido didáctico, en el que descubrirá cómo desde las islas Hawaii en el siglo XVIII el surf comenzó a expandirse por todo el mundo". El recinto abrirá sus puertas de miércoles a domingo. Podrá ser visitado gratuitamente los miércoles de 10:00 a 14:00 horas; los jueves, de 16:00 a 20:00; viernes y sábados en horario de mañana y tarde, y los domingos de 9:00 a 15:00, avanzó el Ayuntamiento.

Fotografías y enseres

"A través del material fotográfico y audiovisual, y de las tablas y enseres conservados, se puede reconstruir la evolución y la historia de las últimas décadas de la zona de Bajamar y la Punta del Hidalgo", indicaron este jueves desde el Ayuntamiento, antes de poner de relieve que "estos rincones de la costa lagunera se convirtieron en un espacio de encuentro de la comunidad global del surf".

El primer registro conocido de la práctica del surf en Canarias llegó con Peter Troy en 1963, un australiano que recorría el mundo con su tabla. Este hecho se vivió como una pincelada aislada, mientras que las primeras comunidades de surfistas llegaron de la mano de estadounidenses, muchos de ellos desertores de la guerra de Vietnam, según los datos aportados por el Consistorio. La primera comuna surfera se estableció en Arguineguín, en Gran Canaria, y desde allí se extendió al resto de las islas. Pronto, la Punta del Hidalgo y Bajamar se convirtieron en uno de los núcleos donde más se arraigó el surf. "Cuatro americanos se integraron en la comunidad local y atrajeron las visitas de surfistas peninsulares, europeos y de cualquier rincón del globo. Posteriormente los jóvenes del pueblo se sumaron a la práctica del surf", contextualizó.