ENTREVISTA

Emma Colao, candidata de Reunir Canarias el 28-M: "Decidir no hormonarme me ha puesto piedras en el camino"

La cabeza de lista de la formación es la primera persona transgénero que opta a presidir el Gobierno de las islas y que se presenta a unas elecciones en España tras la aprobación de la ley trans

Emma Colao.

Emma Colao.

Andrea Saavedra

La primera candidata transgénero a la Presidencia del Gobierno de Canarias, Emma Colao (Agüimes, 1995), busca "romper barreras" desde el partido que representa, Reunir Canarias. Un nuevo proyecto progresista que registró la exdiputada de Podemos, Carmen Valido, en febrero del pasado año.

Es la primera candidata transgénero a la Presidencia del Gobierno de Canarias y la primera que se presenta a unas elecciones en España tras la aprobación de la ley trans. ¿Siente que rompe barreras?

No he notado estar rompiendo con algo porque hay mucho que romper. Se nos ponen limitaciones por todo. Existe un perfil muy concreto de personas que sí pueden entrar y otros perfiles que siempre nos quedamos en los márgenes. Lo que me impacta es que a los que están dentro les sorprenda que yo quiera representar algo más que al colectivo trans o la comunidad LGTBI, como si los que estamos en los márgenes no tuviéramos la posibilidad de representar a todo el mundo, pero ellos sí pueden representarnos a nosotras. Es un sentimiento agridulce, por una parte estoy contenta pero con esto de que la ley trans es muy noticia, estos temas siempre se someten mucho a escarnio público.

Usted ha decidido no hormonarse y no someterse a la transición física. ¿Qué le llevó a tomar este camino?

Los políticos de siempre se creen que los discursos se apoyan solos, y eso es un error. Los discursos se apoyan con la coherencia. Lo que dices tiene sentido cuando se ve reflejado en tu vida. Defiendo la autodeterminación de los cuerpos y que la gente pueda desarrollarse como quieran. Mi proyecto de vida ha ido variando, cuando empecé la transición también tuve la tentación de entrar en ese circuito de hormonarme para que mi cuerpo fuera un escaparate, para que el mundo pudiera identificarme sin hacerse preguntas. Mi labor como activista es que la gente se haga preguntas. Mi identidad es mía, es personal y creo que mi cuerpo merece el mismo respeto que mis principios. Con esto no digo que no haya personas que deban hormonarse, creo que debe ser una libre elección.

En su momento, ¿se vio obligada a cumplir con el ideal de feminidad?

Se nos obliga a ser hiperfemeninas e hipersexualizadas. A tener un peso concreto, una voz de una determinada manera y que el pelo sea largo. A mí el endocrino me hizo una pregunta que me cambió la vida. ¿Con qué jugabas cuando eras pequeño? Y yo respondí que yo leía y que dónde entraba eso. Entonces ahí me quedó clarísimo que no estábamos hablando de mi identidad, estábamos hablando de facilitarle a los demás la manera de identificarme. A los 12 años comencé a tener conversaciones con mi familia y fue a los 21 cuando decidí no hormonarme.

¿Fue duro dar ese paso?

Sabía que iba a ser complicado, pero todas las decisiones que tienen que ver con no seguir la corriente lo son. Y tienen una respuesta social contundente. A veces preguntan y a veces simplemente rechazan por desconocimiento. Sabía que iba a ser difícil, pero de verdad que la coherencia conmigo misma me hace llevarlo como una balsa de aceite.

¿Cómo se tomó su entorno la decisión?

Cuando una persona trans transita, transita todo su entorno. Mi familia ha sido muy generosa porque escuchó e intentó entender. Por supuesto que ha habido momento de tensión, pero ha sido generosa incluso en esa tensión porque lo primero que teníamos claro era cuanto nos importábamos.

Decidir no hormonarse, ¿le ha puesto más piedras en el camino?

En muchas ocasiones sí. Ha habido comentarios del tipo; ¿pero tú en realidad qué eres? O incluso cuando intuyen que quiero que me traten en femenino y empieza a haber cierta disonancia, te dicen que no eres el perfil adecuado. Y hay dos opciones, o das un paso atrás y respiras o entiendes que ese no es el espacio adecuado y ya habrá otros. Los que están cerrados hay que abrirlos y ahí es donde tu identidad empieza a convertirse en una forma de activismo porque empiezas a tener que romper con cosas. Mi trabajo personal ha sido abrir esos espacios donde la gente pueda sentirse cómoda preguntando e informándose.

Antes de meterse en política su vida siempre ha estado vinculada al activismo. ¿Cómo empieza esa etapa?

Se inicia en el momento en el que desahucian a mi familia. Empiezo a entender que algo no va bien y encima nadie interviene. Con 16 años empecé a informarme y a involucrarme en plataformas educativas y con 19 empecé a actuar. Aprendí el arte de escuchar y que todo el mundo tiene algo que decir aunque muchos tenían miedo a hablar y se querían proteger precisamente de los que prometían protegerles.

A pesar de ser tan crítica con la clase política, ahora encabeza la lista del proyecto Reunir Canarias. ¿Qué le lleva a dar este paso?

Nos han forzado a dar este paso y me cabrea profundamente porque no queríamos estar allí, no queríamos abandonar los espacios que tanto nos gustar para hacer el trabajo que ellos no quieren hacer. Están totalmente ebrios de poder y son tan hipócritas que piensan que la realidad la marcan ellos y que el resto solo somos capaces de seguirles. Y nos hemos cansado de seguirles el paso. Pedían asesoramiento a los movimientos sociales y nos robaban los discursos. Nos cansamos y decidimos que era necesario crear un espacio donde encontrarnos. Y eso es lo importante, el resto nos importa un carajo.

¿Qué ideas incluirá el programa de Reunir Canarias? ¿Cuáles son los principios del partido?

Lo primero es obediencia a nuestra tierra. Canarias es mayor de edad, tiene toda la posibilidad de autorepresentarse y de definir sus necesidades desde aquí. Además, es importante que la economía se ponga al servicio de la mayoría. No negamos el turismo, negamos el modelo porque se está cargando nuestra tierra. Hay que blindar nuestra costa y sol porque el turismo de calidad viene cuando existe una dignidad de calidad. Reclamamos más servicios públicos, más atención de calidad y proximidad.

Se ha mostrado especialmente crítica con Podemos. ¿Se siente decepcionada con el partido?

Podemos era el lugar desde donde se pretendía cambiar cosas y fracasaron estrepitosamente. Echamos de menos que lo reconozcan. Pretendían asaltar los cielos y han pasado a pertenecer a ellos y no estamos dispuestas a que eso vuelva a ocurrir porque ya nos defraudaron una vez.

¿Y estaría dispuesta a pactar de cara a las elecciones autonómicas con Podemos o cualquier otra fuerza?

Nos interesan los espacios comunes y los pactos, pero no los que tienen que ver con siglas. No nos interesa hablar de cómo se va a llamar la coalición, queremos pactar proyectos y propuestas. Y eso no se está haciendo. Hay un tiroteo en el espacio donde cada uno intenta ser el primero de la carrera y eso no funciona, eso no es lo importante.

¿Le interesaría una alianza con Proyecto Drago, partido que lidera Alberto Rodríguez?

Hemos hablado con Alberto y al parecer estamos en la misma sintonía, pero yo pierdo el interés cuando se empiezan a hablar de lo que no es importante. Unos diciendo que si son irrevocables, otros que si su sigla es la importante, etc. Espero que abandonen la lucha de egos. No he oído a nadie hablar de propuestas y proyectos, por lo que se hace complicado entender un espacio conjunto a día de hoy, pero estamos abiertas.

El pasado jueves el Congreso aprobó la ley trans. ¿Supone esto un logro para el colectivo? ¿Entiende la polémica que rodea a la norma?

Es un paso muy importante. Solo un fascista podría determinar que la dota ción de derechos es coartar la libertad. La ley trans no ha venido a arrebatar derechos a nadie, se trata de cubrir una deuda histórica con gente que también vive en el mundo, trabaja, tributa e intenta desarrollarse. Si las personas trans pagamos impuestos y hacemos la declaración de la renta, también podemos decidir nuestra identidad. Y esto no confronta a nadie.

La ley trans canaria se aprobó antes que la nacional. ¿Considera que las Islas son más tolerantes con la diversidad que otras comunidades?

Los canarios nos paramos por la calle cuando vemos s alguien tirado por la calle y yo que he vivido en Madrid esto no pasaba. En las Islas la gente es capaz de abrazar todo lo que sea diferente, o al menos intentar entenderlo. Estamos más acostumbrados a ser solidarios porque somos fruto de la migración y la multiculturalidad.