MIGRACIÓN

Uno de cada diez migrantes pierde la vida en la ruta canaria

1.611 personas han muerto este año en su intento por llegar a las Islas | Sube el porcentaje de mujeres y niños entre los fallecidos

Familiares de los migrantes desaparecidos en una patera que naufragó el 27 de marzo

Familiares de los migrantes desaparecidos en una patera que naufragó el 27 de marzo / EFE

Isabel Durán / EFE

El Atlántico es un océano de tumbas anónimas. A dos semanas de que termine el año, 1.611 personas han perdido la vida tratando de llegar a 

Canarias 

a bordo de embarcaciones precarias y sobrecargadas que apenas resisten los embates de las olas. Uno de cada diez migrantes que zarpan de las costas africanas para alcanzar el bienestar europeo se queda por el camino y engrosa la tragedia humanitaria que se vive en la ruta canaria, que este año engulló cada día la vida de 4,5 personas. El colectivo Caminando Fronteras advierte en su informe Víctimas de la necrofrontera 2018-2022 de que cada vez es más alto el porcentaje de mujeres y niños entre las vidas perdidas en el Atlántico y que, en esta ruta, un tercio de las tragedias se han producido en lanchas neumáticas. En los últimos cinco años, 7.692 personas han muerto en el mar rumbo a las Islas, lo que supone un promedio de 4,2 muertes diarias. La progresión de las muertes cerca de las costas del Archipiélago ha sido: siete en 2018, 303 en 2019 1.832 en 2020, 3.939 en 2021 y 1.611 en este ejercicio.

La ruta canaria, catalogada como una de las más peligrosas del mundo, es responsable de dos de cada tres muertes de inmigrantes de camino a España. El estudio de la oenegé detalla que de las 11.286 personas fallecidas o desaparecidas de camino a

España

1.272 fueron mujeres y 377 niños, además de la desaparición de 241 embarcaciones con todos sus tripulantes a bordo en le periodo analizado. A estas cifras hay que sumar los naufragios silenciosos, en los que no quedan supervivientes que puedan relatar lo ocurrido y de los que nadie da parte para poder registrarlos.

Durante la presentación del informe, la portavoz de Caminando Fronteras, Helena Maleno, apuntó que ha subrayado que el trabajo de recuento de víctimas que lleva a cabo la ONG «deberían hacerlo las administraciones públicas» para «informar a las familias de los migrantes fallecidos» ya que esto «es un acto de reparación», mientras que los Estados se limitan a contar a las personas que consiguen llegar.

«Las poblaciones que transitan las fronteras son grupos a los que los Estados les permite transitar en un sistema donde pueden morir y en el que las mujeres son víctimas sexuales», destacó Maleno, quien denunció un «sesgo racista en la defensa del derecho a la vida con las personas migrantes». Entre las «prácticas recurrentes» y los «factores estructurales» que «están afectando a la vida de los migrantes», la coordinadora citó la «inactivación de métodos de búsqueda y rescate», la «falta de colaboración entre países en la defensa del derecho a la vida», las malas condiciones de las embarcaciones y que las rutas «cada vez son más largas y difíciles». Según el informe, las personas que perdieron la vida en estos cinco años provenían de 31 países y habían participado en rutas migratorias muy diferentes.

Del periodo estudiado, 2021 «fue una catástrofe» ya que «murieron 4.639 personas, doce cada día, en las fronteras del Estado español, doblando las víctimas del año anterior». Tras el pico de fallecimientos, los migrantes «pusieron medios como el uso de teléfonos y la mejora de las embarcaciones», lo que «unido a la difusión de los datos a nivel internacional», provocó «que se activaran los rescates» y que el numero de

víctimas

haya bajado, ha añadido la coordinadora.

En «ausencia de un protocolo estandarizado» de actuación con los cuerpos de los fallecidos, «en cada territorio se sigue un orden diferente y hay mucha arbitrariedad», por lo que «vemos cuerpos que se quedan porque las repatriaciones son muy caras», denunció la responsable de la línea de trabajo de derecho a la vida del informe, María González Rollán. «Se debería escuchar mas a las familias y estamos trabajando con ellas para conseguir el acto de reparación mínimo y que se identifique la persona fallecida», concluyó González.

Un ejemplo de estos naufragios es el que se produjo el 27 de marzo tras salir en una patera hacia las Islas. Al menos 55 marroquíes de entre 16 y 45 años viajaban en esa barca neumática, de la que aparecieron 14 cadáveres. Otros 41 siguen desaparecidos, casi todos de Beni Melal, una ciudad del empobrecido centro del país vértice del llamado «triángulo de la muerte», el espacio entre tres ciudades donde se concentran muchos marroquíes tragados por el mar. Sus madres, tías, hermanas y abuelas, que se han organizado en un movimiento inédito en Marruecos, la llaman «la patera enigma», porque nadie sobrevivió y no se sabe cómo naufragó.

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Casa África ratificó ayer sus cuentas para 2023 y aprobó su Plan Anual de Actuación de cara al próximo año. Estos trámites se validaron ayer en el trigésimo consejo rector de la institución, en una reunión que contó con la presencia de los representantes de sus patronos: Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Gobierno de Canarias y Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. El presupuesto del año que viene, que supera los dos millones de euros, incluye un incremento de 76.884 euros. El principal gasto de la institución es el de personal, con 1,4 millones de euros; seguido del de programación y actividad, con 431.600 euros. Además, el Plan Anual de Actuación de la Casa para 2023 recibió el visto bueno. Este documento incluye las actividades planificadas para el ejercicio venidero, que están agrupadas en 43 programas en los ámbitos de diplomacia pública, cultural, económica y digital, además del ámbito institucional y la gestión interna de la institución. Finalmente, se ratificó la gestión de la Casa en el presente año, con un 85% de cumplimiento y la organización de 863 actividades. Alicia Rico, quien participó de manera telemática en el encuentro en representación del Ministerio, destacó la importante labor que realiza Casa África como instrumento de diplomacia pública del Estado español.