Volcán de La Palma

La lava del volcán de La Palma arrasa el cementerio de Las Manchas y la planta fotovoltaica tras 59 días de cerco

La efusividad y la explosividad volvieron al volcán de Cumbre Vieja después de varias jornadas de estabilidad

Una nueva colada amenaza el diseminado de viviendas de El Corazoncillo

Una nueva colada arrasa el cementerio de Las Manchas.

/ Agencia ATLAS | EFE

I. Durán

La efusividad y la explosividad volvieron al volcán de Cumbre Vieja después de varias jornadas de estabilidad. Ese repunte de actividad estuvo acompañado por el incremento en la emisión de lava, que en su caprichoso avance hacia la costa sepultó el cementerio de Las Manchas. El camposanto de Los Ángeles llevaba sitiado por las coladas 59 días, prácticamente desde la segunda semana de erupción. Un tiempo en el que los palmeros han estado preocupados por el futuro de las 5.000 tumbas que han vuelto a ser enterradas. La montaña del Cogote había actuado como dique de contención, pero la roca fundida logró rebasarla por el sur, hasta devastar el cementerio que, además, es el único de la isla que cuenta con crematorio. Esta nueva colada brota de un centro emisor que se abrió al sur del cono principal, según confirma el Involcan. En esta zona la lava recorre 600 metros a la hora y ha afectado también a la planta fotovoltáica, que ya llevaba más de un mes inutilizada porque los 2.000 paneles solares estaban cubiertos por una gruesa capa de ceniza volcánica.

A primera hora de la mañana una fuente de lava brotaba con tuerza desde la fisura de Cumbre Vieja, lo que provocó varios desbordamientos en la ladera del volcán. El trazado de la nueva lengua de material magmático preocupa especialmente a los técnicos porque discurre paralela a la colada diez –la situada más al sur– y se dirige hacia El Corazoncillo y Las Manchas de Abajo, donde hay un importante diseminado de viviendas y el terreno presenta un gran desnivel, con lo que la lava podría desplazarse a mayor velocidad. Si bien, Miguel Ángel Morcuende, director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), puntualizó que aunque el magma que brota desde la nueva boca es muy fluido, a medida que avanza gana viscosidad al choca con material sólido que frena su avance.

Las coladas que han estado más activas en las últimas horas son la siete, que desemboca en la fajana que crece sobre la playa de La Viña, y la cuatro, que discurre entre las montañas de Todoque y La Laguna. En estos puntos, la lava destrozó ayer 11,60 nuevas hectáreas, con las que la extensión de terreno devastado desde el inicio de la erupción se eleva hasta las 1.100,44 hectáreas, el 1,55% de la superficie de La Palma. El frente máximo de las lenguas de lava mide ya 3.350 metros de ancho.

El Pevolca estima que el terreno de cultivo afectado por las coladas alcanza las 340,59 hectáreas, 5,08 más que en el último registro. De ellas, 211,19 hectáreas corresponden a plantaciones de plataneras, 60,02 de viñedos y 26,4 de aguacateros. A esto hay que sumar 90 hectáreas de fincas que perderán las cosechas porque han quedado aisladas y otras 624 hectáreas (412 de plataneras, 128 de viñas y 84 de aguacate) cubiertas por la ceniza.

La última actualización de los datos del Catastro confirma que 1.484 edificaciones han sido devoradas por las lenguas de roca fundida. De estas, 1.195 son de uso residencial, 160 agrícola, 67 industrial, 34 hostelería y ocio, 123 son infraestructuras de uso público y 15 de otros usos.

El tremor volcánico y la sismicidad intermedia se mantienen estables y en niveles bajos. La sismicidad profunda (la que se registra a más de 30 metros) ha mostrado un ligero descenso después del repunte que había presentado en las últimas jornadas. El terremoto de mayor intensidad que se confirmó ayer fue de 3,9 y se produjo a las 7.53 horas, a 11 kilómetros de profundidad. Su epicentro se localizó en Fuencaliente y la población lo percibió ampliamente. La deformación del terreno no presenta novedades en ninguna de las estaciones de la isla.

La emisión de dióxido de azufre (SO2) asociada al penacho volcánico continúa siendo alta, entre 1.000 y 30.000 toneladas diarias, y según el análisis de imágenes satelitales se percibe una tendencia descendente desde el pasado 23 de septiembre, cuando se registró una emisión extremadamente alta. La emisión difusa de dióxido de carbono (CO2) registra valores por encima del promedio. Si bien, el comité científico del Pevolca insiste en que estas emanaciones no representan un peligro para las personas.

El aeropuerto de La Palma volvió ayer a estar operativo, pero con todos los vuelos cancelados. Ante la previsión de que las condiciones para operar con seguridad mejoren este domingo, Binter ha reforzado con ocho nuevos vuelos diarios las conexiones con la Isla Bonita, con tres frecuencias más con Tenerife Norte y una más con Gran Canaria.

El número de personas albergadas en hoteles se sitúa en 513, 8 más que ayer, de las cuales 72 se encuentran en Los Llanos de Aridane y 441 en Fuencaliente. Se mantiene en 43 el número de personas dependientes alojadas en centros sociosanitarios insulares.