Medio ambiente

El rastro de abonos y fertilizantes contamina el agua de la mitad de Mallorca

El Gobierno de las islas elabora un decreto para delimitar las zonas que superen los 37,5 miligramos por litro de nitratos

Las zonas señaladas superan los niveles permitidos por la Unión Europea.

Las zonas señaladas superan los niveles permitidos por la Unión Europea.

Miquel Adrover

La consejería de Medio Ambiente de las Islas Baleares está preparando un decreto para declarar 26 masas de agua o acuíferos de agua subterránea vulnerables a la contaminación por nitratos agrícolas en Balears. Veintiún de estos acuíferos contaminados están en Mallorca y suponen declarar la contaminación de más del 50% del subsuelo de la isla.

Todas estas zonas superan los 37,5 miligramos de nitratos por litro de agua, el máximo permitido por la Unión Europea, en su mayoría procedentes de abonos y fertilizantes que se han utilizado para los cultivos a lo largo de los años.

Este decreto ha creado revuelo en el sector agrario, presentando alegaciones por parte de las organizaciones agrarias al asegurar que no toda la contaminación procede de los abonos agrarios y ponen de ejemplo los vertidos de las depuradoras del Govern. Asimismo, temen restricciones en el tipo de cultivo, en actividades ganaderas y en el uso de abonos una vez se haya aprobado el decreto.

El Consell Consultiu ha emitido un dictamen que exige al Govern de las islas que revise el borrador de decreto por la falta de análisis del impacto económico que ello supondrá para el sector agrario, la falta de adaptación a nueva normativa de ámbito estatal y que demuestre con claridad el origen agrícola de la contaminación de los acuíferos.

La directora general de Recursos Hídricos, Joana María Garau, explicó a este periódico que se trata de una normativa que ordena la Unión Europea y la "contaminación se debe al uso de fertilizantes agrícolas orgánicos durante décadas que provoca que las plantas absorban el nitrógeno y ello pase a los acuíferos que albergan el agua subterránea".

También apuntó que es cierto que hay otras fuentes de contaminación, además de la actividad agraria, y ello lo determina otro decreto sobre zonas difusas que delimita las contaminaciones de las aguas subterráneas. Garau, respecto a las consideraciones del Consultiu de que se vuelva a revisar el borrador de decreto, indicó: "Estamos preparando un escrito para contestar el dictamen donde especificamos que nuestro cometido es la delimitación de las zonas vulnerables y el grado de contaminación de las masas de agua. El impacto económico y sus posibles restricciones debe ser Agricultura quien redacte un plan específico".

La directora general de Recursos Hídricos aseguró también que el decreto se ha elaborado de la mano de Agricultura y que se han sacado algunas zonas de la propuesta inicial al considerar que el riesgo de contaminación por nitratos es bajo. Respecto a la normativa estatal aseguró que en 2020 "el Estado sacó un nuevo decreto mientras el nuestra estaba en tramitación y será necesario que nos adaptemos".

El decreto que prepara el Govern declaraba vulnerables de contaminación 29 de las 87 masas de agua o acuíferos de las islas. Ello supone una extensión subterránea de 2.470 kilómetros cuadrados, el 49,8% del territorio de todo el archipiélago.

En el caso de Mallorca se acercaba al 54% de la isla, especialmente casi toda la zona sur, el Llevant, el Plan de Mallorca, además del Raiguer y la zona de sa Pobla, Muro y Santa Margalida. La nueva propuesta excluye algunas zonas pequeñas, pero sigue incluyendo la mitad de Mallorca. Asimismo, tal y como se puede observar en el mapa de arriba, declara contaminantes las zonas de Ciutadella, Maó y el centro de Menorca, toda la isla de Formentera y una zona pequeña del centro de Ibiza.

Estudio de Recursos Hídricos

El estudio que ha elaborado Recursos Hídricos para avalar la tramitación del decreto para declarar Zona Vulnerable de Contaminación por Nitratos (ZVCN) apunta: "Una posible explicación al incremento de nitratos es la proliferación de viviendas aisladas en suelo rústico, con deficiente sistema de tratamiento de aguas residuales, así como las pérdidas de las redes urbanas de alcantarillado".

Por ello incide en la necesidad de mejorar el tratamiento de las aguas residuales y acometer acciones, como es el caso de exigir en viviendas ubicadas en suelo rústico fosas sépticas estancas para evitar que las aguas fecales se evacuen a través del subsuelo.

El nitrógeno es un nutriente esencial para el crecimiento de las plantas terrestres, clasificándose como macronutriente debido a que las plantas lo requieren y acumulan en sus tejidos en altas cantidades.

Por ello la mayoría de abonos y fertilizantes contienen nitrógeno en su variante de nitratos. Su gran importancia para las plantas se debe a que "forma parte de moléculas como las proteínas, ácidos nucleicos, clorofilas, coenzimas, entre otras", explica el investigador del Centro de Investigaciones Científicas (CESIF) Miguel Ángel Rosales.

De las más de 20 masas de agua subterránea que el Govern ha analizado, existen seis que doblan y hasta triplican el límite permitido de los 37,5 miligramos de nitratos por litro. Es el caso de los acuíferos de sa Pobla y Muro que el Govern ha fijado en 159,3 mililitros de nitratos por litro de agua. Le sigue Son Talent (Manacor) con 114,3, el Plan de Sant Jordi (Palma) llega a los 92,6, los acuíferos de Ariany y Petra, con 75,3 miligramos de nitratos por litro de agua; Son Servera con 73,3 y el Pla de Campos con 70,1.

El informe de Recursos Hídricos apunta a que el volumen de nitratos en las aguas subterráneas de Mallorca se ha reducido prácticamente a la mitad en los últimos 10 años. Prueba de ello es que recuerda que en el caso de los acuíferos de sa Pobla y Muro se llegó hace unos años a los 700 miligramos de nitrógeno por litro de agua y en Campos a los 500.

En otros niveles menos contaminantes podemos observar los acuíferos de Inca y Llubí que están en torno a los 60 miligramos de nitratos por litro, así como los de Santa Cirga, Portocristo y Justaní en Manacor que se sitúan entre los 45 y los 55 miligramos por litro de agua, superando por poco los límites máximos.