BALEARES

Las monjas desmienten ahora que vayan a vender el convento de Sant Jeroni de Palma de Mallorca

Tras anunciar en 2015 que querían enajenarlo, después de la sentencia que les reconoce la propiedad las Jerónimas niegan que se plantee su reconversión en hotel

El convento de Sant Jeroni de Palma.

El convento de Sant Jeroni de Palma. / B. Ramon

J. F. Mestre

Siete años después de iniciar el litigio en los tribunales, la congregación de las Jerónimas expresó el viernes en su primera rueda de prensa la posición frente a la disputa judicial que mantiene con el Obispado de Mallorca por la propiedad del monasterio de Santa Isabel de Palma (Baleares) -conocido popularmente como Sant Jeroni-, donde han residido a lo largo de seis siglos. Y lo hicieron para expresar su alegría por el resultado de la sentencia que les da la razón en primera instancia y determina que este antiguo convento de Palma es propiedad de las monjas.

La presidenta de la Federación de Monasterios de Monjas Jerónimas de Santa Paula y priora de Sant Jeroni, sor Natividad Sanz, recibió a los periodistas sentada detrás de las rejas del convento, donde nadie habita desde 2014. Y lo hizo acompañada por el religioso Enrique Trigueros, padre asistente de esta congregación de monjas, nombrado por la Santa Sede. También estaban presentes en esta comparecencia la abogada de las religiosas, Pilar Rosselló; el técnico que se encarga del mantenimiento del edificio histórico, Pere Terrasa; y el profesor de la universidad de Madrid, Faustino Martínez, que ha ayudado a las monjas a recopilar los documentos antiguos que han demostrado que el convento era de su propiedad.

Sor Natividad Sanz, ante la pregunta de este periódico, quiso dejar muy claro su compromiso de que Sant Jeroni "no se va a vender", asegurando que no existe el proyecto de convertir el convento en un hotel. Es más, calificó de "especulación" todas las afirmaciones que indicaban la intención de las monjas de vender el inmueble a una cadena hotelera, un argumento que también fue utilizado por el antiguo obispo de Mallorca, Javier Salinas, para justificar que la Iglesia registrara la propiedad a su nombre.

La versión ahora de Sanz contrasta con la de su predecesora sor Maria Trinitat Cabrero, quien en mayo de 2015, tras ser sorprendidas las monjas vaciando Sant Jeroni de cientos de obras de arte, desveló que la intención de las Jerónimas era venderlo. Recalcó que "la mayor parte del beneficio que se pueda sacar irá para Cáritas de Mallorca", amén de anunciar un museo con los cuadros más valiosos.

En otro cambio de postura, la actual portavoz de las Jerónimas también señaló que la congregación que representa no se opondría a que, en un futuro, Sant Jeroni sea ocupado por otra orden religiosa y se continúe con la tarea contemplativa de la clausura, tal y como dice pretender el Obispado de Mallorca. Esta es la solución que ha planteado el actual prelado Sebastià Taltavull, si bien todavía no les ha puesto ninguna propuesta sobre la mesa. "Hace cuatro años que el obispo nos habla de que cedamos el convento a otra congregación, pero aún no ha presentado ninguna oferta", dijo Sanz.

Ni las monjas ni el monje que las asiste religiosamente guardan muy buen recuerdo del entonces obispo Javier Salinas, con quien iniciaron esta disputa que ha tenido que resolverse en los tribunales. Enrique Trigueros llegó incluso a insinuar, si bien reconoció que no tenía pruebas, que quien realmente pretendía hacer "negocio con el convento para convertirlo en un hotel" era Salinas.

Los dos religiosos expresaron el sentimiento contradictorio que ha representado esta demanda judicial contra el Obispado. Por una parte, la satisfacción por haber ganado el pleito y demostrar que el convento es de las Jerónimas, pero por otra parte tristeza por enfrentarse en los tribunales a otra institución religiosa. "No es un triunfo, es la verdad", señaló sor Natividad, que insistió en que su congregación "ha sufrido mucho por esta polémica".

La religiosa quiso incluso salvar la figura de Salinas, pero criticó a sus asesores, que le convencieron para inmatricular el inmueble a nombre de la Iglesia. Explicó la monja de clausura que llegaron a reunirse con el obispo de Mallorca en el Vaticano, para hablar sobre Sant Jeroni, "y Salinas se comprometió a entregarnos el convento porque también creía que era nuestro. Después nos dijo que no podía hacerlo", insistió la religiosa, que afirmó que "la verdad siempre aflora". En esta reunión en Roma no se alcanzó ningún acuerdo, ya que ninguna de las dos partes quiso renunciar a sus intereses. Por ello, el conflicto se ha tenido que resolver en los juzgados ordinarios.

Congregación extranjera

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La abogada Pilar Rosselló incidió en que las monjas han podido demostrar en el juzgado, a través de antiguos documentos oficiales, que en los últimos cinco siglos las Jerónimas "nunca abandonaron" el convento, y recordó que sobre esta edificación cayeron varias bombas durante la Guerra Civil "en la que murieron dos monjas". La letrada quiso recordar la figura de dos de las monjas que iniciaron este enfrentamiento con el Obispado, que han fallecido hace poco. Rosselló se mostró muy dura con el prelado, al que acusó de haber utilizado documentos que no eran ciertos para justificar que inmatriculara el convento a nombre de la Iglesia. También insistió en que no es cierto que las Jerónimas hayan abandonado el mantenimiento del edificio religioso, sino todo lo contrario, financian las reformas y pagan los correspondientes impuestos municipales.

Precisamente, sobre el mantenimiento y la conservación del patrimonio de las Jerónimas, el técnico Pere Terrasa aseguró que el trabajo es continuo y se informa a las instituciones de todas las actuaciones que se realizan.

Por otra parte, el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, volvió a señalar que su deseo es que en este convento de Palma se continúe con la vida contemplativa, justificando que la Iglesia haya decidido recurrir la sentencia porque dos fallos anteriores le dieron la razón frente a las monjas en este litigio por la propiedad.