Asociación Bubisher

Bibliotecas para el Sáhara

Gonzalo Moure y Mónica Rodríguez, grandes referentes de la literatura infantil y juvenil, impulsan una red de centros culturales para los refugiados saharauis

Una de las bibliotecas construidas por la asociación Bubisher.

Una de las bibliotecas construidas por la asociación Bubisher. / G. M.

E. L. Fernández

Los escritores asturianos Mónica Rodríguez y Gonzalo Moure, dos de los grandes referentes españoles de la literatura infantil y juvenil, quieren alentar al pueblo saharaui dotándolo de mayores oportunidades en el campo de la cultura y, en concreto, de la lectura. Ambos son integrantes de la asociación Bubisher, que, desde 2008, impulsa la creación de bibliotecas y bibliobuses para los refugiados saharauis. Con lo obtenido con la venta algunos libros de los dos autores, el proyecto sigue adelante. Y hace un mes comenzó la construcción de la quinta biblioteca de la red, en El Aaiún.

La asociación se llama Bubisher por el pequeño pájaro del desierto cuya llegada anuncia las buenas noticias. Moure es su vicepresidente, el segundo al mando después del poeta saharaui Liman Boisha.

El escritor, que publicó en 1996 'El beso del Sáhara', la primera de sus novelas ambientada en la antigua colonia española, explica el grado actual de expansión del proyecto. "Los otros cuatro campamentos saharauis ya tienen cada uno su biblioteca, su bibliobús y su equipo de chicos y chicas saharauis que trabajan yendo a los colegios a leer cuentos y a hacer actividades. O, por las tardes, hay bibliobuses que van a los barrios más alejados", explica.

Su partici­pación en la asociación Bubisher surge cuando se dio cuenta de que, "políticamente, no se podía hacer nada por el tema del Sáhara, pues es un asunto bloqueado internacionalmente por Francia, Estados Unidos, España y Marruecos".

"En ese momento, cuando vimos que la vía política no llevaba a nada, decidimos por lo menos intervenir culturalmente, para que no se pueda tampoco borrar la memoria del Sáhara. Ellos viven en campamentos de refugiados, pero hace dos generaciones sus abuelos eran nómadas y vivían en el desierto. Y en los campamentos se estaba perdiendo también eso que estamos intentando recuperar, o mantener por lo menos. Mantener viva esa memoria a través de las bibliotecas".

Moure explica que estas bibliotecas "no solamente son para los niños y para leer cuentos allí y dibujar. Se hacen muchísimas actividades culturales, y aunque el tejido cultural y académico es cada vez más débil en los campamentos, por lo menos las bibliotecas están manteniendo esa vida cultural".

Nacido en Valencia, pero radicado desde hace años en Figueras, en el municipio asturiano de Castropol, Moure ha visto recientemente reeditada una de sus obras más conocidas y leídas, 'Palabras de caramelo', que cumple veinte años. Es la historia de Kobi, un niño sordo, habitante de los campamentos de refugiados, que acude a la escuela, pero no acaba de entender "para qué sirve leer y escribir". Un camello de color caramelo del que se hace amigo le ayudará a entenderlo.

El escritor afincado en Figueras, como Mónica Rodríguez, nacida en Oviedo pero residente en Madrid, participa por vía telemática en talleres de lectura y creando cuentos cooperativos con los niños saharauis. Para Moure, el cambio de postura del Gobierno de Pedro Sánchez sobre el Sáhara, favoreciendo las tesis autonomistas de Marruecos y descartando la solución del referéndum de autodeterminación, apenas afecta al pueblo saharaui. "Mantengo contacto diario con las bibliotecas y monitores y creo que ellos siguen exactamente igual. Se han dicho: bah, más de lo mismo", afirma.

Es más, el escritor cree que "nada ha cambiado legalmente, pues lo único que ha hecho el Gobierno español es recomendar que se conviertan en una autonomía dentro de Marruecos como solución al problema. Pero no es más que una recomendación, como podrían recomendarles también que hicieran palafitos”. Y es que, como recuerda el autor, "la ONU sigue teniendo un mandato inequívoco ratificado por 60 resoluciones, más la fundacional, que dice que el pueblo saharaui tiene derecho a un referéndum de autodeterminación para decidir si quiere ser parte de Marruecos, independiente o autónomo. Eso no ha cambiado ni puede cambiar. El Sáhara no puede ser el único territorio de África que no tenga derecho a la autodetermi­nación".