ASTURIAS

Asturias lanzará un nanosatélite para dar un impulso al 5G y mejorar las telecomunicaciones de la región

Impulsar la tecnología 5G, el internet de las cosas y la ciberseguridad hasta crear redes de emergencia en alta montaña y mar –allí donde hoy no hay cobertura– o hacer mapeos geográficos de la región son algunos de los objetivos

Nanosatélite en Asturias.

Nanosatélite en Asturias. / Sateliot

Mónica G. Salas

La Consejería de Ciencia quiere desplegar en Asturias la industria aeroespacial y poner en órbita un nanosatélite para mejorar las telecomunicaciones de la región. El Principado puso este lunes la primera piedra en el camino con la licitación de una compra pública innovadora, que tendrá como retos crear un banco de pruebas de nanosatélites y otro de ensayos para motores de cohetes. En palabras del titular de Ciencia, Borja Sánchez, el proyecto abrirá varias “oportunidades”: desde impulsar la tecnología 5G, el internet de las cosas y la ciberseguridad hasta crear redes de emergencia en alta montaña y mar –allí donde hoy no hay cobertura– y hacer mapeos geográficos de la región.

El objetivo del Gobierno autonómico es colocar a Asturias en el grupo de comunidades más pujantes en el sector aeroespacial –son Galicia, Cataluña, Andalucía y Madrid–, pudiendo así captar más fondos europeos y abrir nuevas líneas de investigación. En este camino, la región “no empieza de cero”, como destacó Borja Sánchez, pues tiene un instituto universitario (el ICTEA) ligado a la ciencia aeroespacial “que lleva a cabo investigación de primer nivel”. No obstante, al Principado sí que le falta dar el salto desde el lado empresarial.

Para ello, la Consejería de Ciencia aspira a crear un banco de pruebas para nanosatélites, que servirá, entre otras cosas, para desarrollar tecnología vinculada a la 5G y al internet de las cosas. El equipo encabezado por Borja Sánchez también abrirá un banco de ensayos para motores de cohete, en el que se pretende que empresas y grupos de investigación puedan dar soluciones a problemas propuestos por pequeños lanzadores de la industria espacial. El paso final será la puesta en órbita a corto plazo de un nanosatélite –de menos de 10 kilos de peso– que facilite mediciones, imágenes y cobertura de alta calidad. Por ejemplo, Cataluña lanzó el suyo propio el pasado mes de marzo desde Kazajistán para desarrollar la tecnología 5G.