PLAN DE SALUD

Masticar despacio o ir al cole a pie para combatir la obesidad del barrio más pobre de España

La Consejería de Salud de Andalucía se suma a un proyecto europeo contra la obesidad infantil en zonas desfavorecidas

Los menores en barrios con menos renta disparan sus posibilidades de padecer sobrepeso u obesidad

Un grupo de niñas juegan en la barriada de las Tres Mil Viviendas de Sevilla.

Un grupo de niñas juegan en la barriada de las Tres Mil Viviendas de Sevilla. / EPC/Jukebox

Isabel Morillo

Isabel Morillo

Enseñar a comer y tener un estilo de vida menos sedentario. No es ningún secreto cómo hay que combatir la obesidad, una epidemia que se ceba ya con los más pequeños. Pero no es tan fácil. Es ya sabido que lo que condiciona la salud no es el código genético sino el código postal. Por eso, el barrio del Polígono Sur de Sevilla, señalado de nuevo en los indicadores urbanos de 2021 del Instituto Nacional de Estadística (INE) como el más pobre de España, se ha elegido para desarrollar el programa europeo ‘Health4EUKids’. Una iniciativa que dirige la Comisión Europea y que en Andalucía capitanearán la Consejería de Salud, la Escuela Andaluza de Salud Pública y el Comisionado del Polígono Sur, donde conviven todas las administraciones para tratar de mejorar la vida en una de las zonas más desfavorecidas del país.

Un informe de la ONG ‘Save The Children’ apunta a que en la UE uno de cada ocho niños y niñas de entre 7 y 8 años sufre obesidad. En España es uno de cada cinco (18%). En los hogares andaluces con renta más baja hay un 34% más de posibilidades de que los menores sufran exceso de peso, según un estudio de 2.000 encuestas elaborado tras la pandemia de covid. Cuentan con menos posibilidades de acceder a una dieta con alimentos saludables, la inflación ahora lo hace todavía más difícil con precios disparados para fruta verduras, carne y pescado en la cesta de la compra. Además en esas familias hay menos posibilidades de que se pueda destinar dinero a las actividades extraescolares o de ocio no sedentario. En el 25% de los hogares andaluces más vulnerables, advierte ‘Save The Children’, hay patrones alimentarios inadecuados, un dato que es del 19% en el ámbito estatal.

Mirando a Alemania

El Subdirector de Ordenación Farmacéutica de la Junta de Andalucía, Antonio Marín, es responsable de este proyecto que la UE lanza para mejorar los hábitos de vida saludable y la salud pública tras la pandemia del coronavirus. Lo primero que se hizo desde la Comisión Europea fue identificar buenas prácticas que se realizan en países europeos para extenderlos al resto. El ‘Grünau Move’, dirigido a la infancia, mira a esta localidad de Alemania, que puso en marcha un proyecto de éxito para combatir la obesidad en las zonas más desfavorecidas.

En España se han sumado seis comunidades autónomas, entre ellas Andalucía, que ha elegido la barriada del Polígono Sur, donde la epidemia de la obesidad azota tres puntos por encima de otros barrios con renta media o alta. En los seis distritos del Polígono Sur hay 30.000 censados, unos 4.000 niños. En Sevilla Sur, donde se ubican las zonas más problemáticas, como las Tres Mil Viviendas, son 16.000 habitantes y unos 2.100 niños. El trabajo de campo preliminar certifica que las tasas de vacunación para la infancia son más bajas, hay más casos de VIH y tuberculosis, el absentismo escolar llega al 25%, los embarazos entre menores supera la media nacional y el consumo de drogas es más común. Un retrato robot donde enseñar a comer podría parecer el menor de los problemas pero nada más alejado de la realidad. Todo está interrelacionado como en el cesto de cerezas donde tiras de una y salen todas. Que los niños adquieran hábitos de vida saludable ayuda a todo lo demás.

Monitores en los parques

La receta sigue siendo la misma, buena alimentación y ejercicio física, pero en zonas como el Polígono Sur no sirve de nada dar una charla en un colegio o dar formación a los profesores. Se necesita más. El proyecto está aún en una primera fase y las medidas a implementar se están estudiando para adaptar lo que triunfó en Grünau (Alemania) porque no puede extrapolarse sin más ante realidades tan diferentes, explican los técnicos. El trabajo en red es importante, las entidades sociales que trabajan en la zona tienen un papel fundamental. Se contratará además personal de refuerzo. El Presupuesto de Salud y la Escuela de Salud Pública es de 120.000 euros. No basta comer bien y sentarse en el sofá a jugar a la ‘Play’, advierten los expertos. También va más allá de hacer deporte. Se trata de combatir el absentismo. Por ejemplo con rutas seguras a pie para ir al colegio o al instituto andando. En la localidad alemana se pintaron los suelos, se utilizó señalética atractiva para los niños y jóvenes, se implicó a la Policía Local, a urbanismo, a tráfico, a educación… Solo con ir caminando a la escuela se adquiere un hábito saludable que incide de forma directa en la salud.

Otro ejemplo son los parques de juego. No basta con colocar columpios atractivos, porterías o tirolinas. Hay que saber usar estos espacios para hacer deporte al aire libre. En Alemania se contrataron monitores, alumnos de Educación Física en la Universidad, que guían a los niños y los jóvenes en su ocio. Es una forma de ir al gimnasio o hacer deporte mientras pasa una hora en un parque público. Funcionó con éxito. Tampoco basta con implicar al profesorado o hacer a las plantillas docentes cómplices de los buenos hábitos en la alimentación. Si se sigue almorzando en un comedor ruidoso, con prisas y en veinte minutos para dar paso al siguiente turno de poco sirve. Hay que enseñar a comer, a masticar, a saborear la comida, con tiempo, disfrutando del momento.