Problemática en la España vaciada

La Administración paga ya a cazadores para frenar la "invasión" de jabalíes, ciervos y conejos: "Nos obligan a hacer 200 batidas al año; es increíble"

Cataluña abona entre 12,5 y 25 euros por ejemplar abatido mientras ayuntamientos como el de Oliva (Valencia) dan 3.000 euros a los cazadores para compensar los gastos

La despoblación rural, el descenso de los cazadores, y las restricciones de movilidad por la pandemia, disparan el número de animales salvajes: "Es una barbaridad los que hay"

Una cazadora, durante una batida en el sur de España.

Una cazadora, durante una batida en el sur de España. / Real Federación Española de Caza.

Roberto Bécares

En enero de 2020, poco antes del inicio de la pandemia, un jabalí fue grabado sorteando coches en la conexión de la A-1 y la M-30 de Madrid. No era algo extraordinario en la capital, sobre todo en la zona norte de la región -desde San Sebastián de los Reyes a Las Rozas-, donde es habitual verlos bajando a por comida a núcleos urbanos, principalmente por la noche. 

En marzo de 2021, la Guardia Civil salvó a un jabalí que había caído al Mediterráneo desde el Club Náutico de la Marina de Valencia tras recorrerse tan pancho la playa de Alboraia. En Barcelona, los vecinos de Horta o Nou Barris, entre otros, tampoco se sorprenden al verlos merodear por las calles del barrio como Pedro por su casa. 

Que los cerdos salvajes entren a núcleos urbanos es algo generalizado en toda la Península desde hace años. Pero es solo la punta del iceberg de los efectos de su superpoblación, que está causando verdaderos quebraderos de cabeza en muchas partes de la España vaciada

Jabalís buscan comida en la calle Amèrica del barrio de Guinardò de Barcelona. 

Jabalís buscan comida en la calle Amèrica del barrio de Guinardò de Barcelona.  / EPC

Esta invasión animal, que se extiende también a corzos, ciervos y conejos, está espoleada por la continua despoblación de las zonas rurales, pero se ha visto acentuada en tiempos de pandemia, al restringirse la movilidad y suspenderse durante meses la caza. 

Las últimas cifras aportadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), de 2018, cifraban en 373.225 las capturas de jabalíes, pero se desconocen cuántos ejemplares existen en la actualidad en España. 

Dos millones

Según estimaciones del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), en 2025 su población podría superar los dos millones de ejemplares.

Los jabalíes no solo causan daños en cosechas y masas forestales, sino que son un riesgo porque provocan accidentes de tráfico, sobre todo en carreteras convencionales, además de poder transmitir enfermedades como la tuberculosis o la peste porcina africana.  

Ante esta situación algunas administraciones han comenzado a subvencionar a los

cazadores

para controlar estas poblaciones, además de ampliar los periodos de caza. Se están dando situaciones tan paradójicas como que los cazadores tienen que salir a hacer batidas incluso aunque no quieran.

"La nueva Orden que regula la caza del jabalí en la comunidad valenciana dice que te pueden llegar a suspender un aprovechamiento si no se hacen 200 ganchos (pequeñas batidas) al año. Lo que hace mucha gente es hacer dos ganchos al día. Es increíble. Tenemos que cazar por obligación", lamenta Raúl Esteban, presidente de la Federación de Caza de Valencia. 

Un 55% de las localidades de la comunidad valenciana sufre sobrepoblación de jabalí

La Orden a la que se refiere fue emitida por la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica del Gobierno valenciano en noviembre de 2021. En ella se ampliaban los días de caza y se establecían normativas más flexibles para el cazador para frenar "la explosión demográfica" del jabalí, que ha hecho que el 55% de las localidades de la comunidad sufran "superpoblación". 

"Es que es una barbaridad la cantidad de jabalíes que hay. No se sabe qué hacer con ellos, pero hay que mantenerles a raya. Tenemos unos índices de siniestralidad en las carreteras atroces por la fauna salvaje", destaca Esteban.  

Un ciervo cruza una carretera cerca de Mombuey, en Zamora.

Un ciervo cruza una carretera cerca de Mombuey, en Zamora. / ARACELI SAAVEDRA

Según datos de la DGT publicados en 2020, los accidentes por jabalíes habían aumentado un 47% en los dos años anteriores. En 2018, por ejemplo, se produjeron 701 accidentes por atropello de animales, donde fallecieron 10 personas, 58 resultaron heridas graves y 877 sufrieron lesiones que no requirieron ingreso hospitalario.

Las comunidades más afectadas son Castilla y León (9.772 accidentes con animales implicados en 2020) y Galicia (5.047 en ese mismo año). En esta comunidad, los animales, principalmente jabalíes, son los causantes de la mitad de los accidentes. De todos. 

"Plaga"

"Es un problema muy serio, estamos esperando a ver si se declara como una plaga", señala Miquel Domenech, concejal de Agricultura de Oliva (Valencia), que se ha convertido en el primer ayuntamiento del país que da subvenciones directas a los cazadores para frenar la oleada de cerdos salvajes que asola la zona de cultivos del municipio. 

El importe total de la subvención es 3.000 euros, que se destinarán íntegramente a labores de "preparación, ejecución y trabajos posteriores". "Es una cantidad aceptable, que podría ir subiendo. Se trata de ayudar a los cazadores en todo lo que podamos. Tendrán que justificar los gastos. Si es para la comida de los perros, para pagar el uso de miembros de Protección Civil o para los análisis del propio animal", asegura el concejal, de Compromís.

Cataluña, por su parte, en concreto la consejería de Acción Climática y Alimentaria de la Generalitat, aprobó el año pasado una subvención para los cazadores de entre 12,50 y 25 euros por cada ejemplar de jabalí abatido.  El montante total de las ayudas era de 600.000 euros. 

Según la convocatoria de la ayuda, con ella se trata de "disminuir la densidad del animal en el medio y contribuir a la prevención y lucha contra las patologías del jabalí que pueden afectar a las especies ganaderas, especialmente la peste porcina africana, PPA, y la tuberculosis bovina, TB, mediante la caza".

Un cazador con sus perros en una batida en la Comunidad valenciana. 

Un cazador con sus perros en una batida en la Comunidad valenciana.  / JAVIER SOLSANA

Lo cierto es que cazar jabalís cada vez es mas caro, sobre todo desde hace poco más de un año, cuando Bruselas aprobó una normativa que endureció los análisis para determinar si las piezas tienen triquinosis antes de poder consumir la carne del animal

"Antes cualquier veterinario te miraba al microscopio una muestra, pero ahora el proceso es mucho más farragoso. No todos los veterinarios, además, tienen esa capacidad. Si antes el análisis te valía cinco o 10 euros ahora está entre 25 y 30", señala el presidente de la Federación de caza valenciana. 

Un 30% menos de cazadores

Hay otras circunstancias, que están propiciando esta superpoblación. Una es la reducida población de su depredador natural, el lobo. Otra razón importante es que cada vez hay menos cazadores, un sector que acusa un fuerte envejecimiento sin que tenga un relevo acorde con las bajas que se producen.

Según las últimas cifras oficiales disponibles, el número de licencias de caza ha bajado cerca de un 30% desde 2005: de 1.069.800 permisos a 743.600 en 2019 -último año con cifras-.

Desde el sector insisten en su importancia no sólo para controlar la invasión animal, sino para la propia economía, ya que la caza mueve -aseguran- 6.500 millones de euros al año -cerca del 0,3% del PIB- y genera 200.000 empleos, entre directos e indirectos. 

"Matanzas"

"Para muchas poblaciones rurales la caza es una de las grandes herramientas de generación de empleo", aprecia el presidente de la Federación Española de Caza, Manuel Gallardo, que denuncia que tras decretarse la prohibición de cazar en los parques nacionales se están haciendo "matanzas" de animales "por parte de empresas privadas" para controlar la población en algunos de ellos, como Monfragüe o Cabañeros, sin ningún tipo de criterio.  

"El control de este tipo de especie es mucho más económico y eficiente si se realiza por el sector cinegético. Nosotros conocemos el terreno y las costumbres", señala Gallardo, que cree "razonable" que las administraciones hayan entendido que hay que hacer un control cinegético y se dé una aportación al cazador, pero para que se "haga un estudio, seguimiento y control" de las especies. 

Jabalís abatidos en una montería en el Alto Ampurdán

Jabalís abatidos en una montería en el Alto Ampurdán / JOAN CASTRO/CLICK ART FOTO

"El control poblacional exige mucha dedicación, hay que hacer control exhaustivo de la población que se quiere analizar, valorar qué exceso hay, su impacto sobre la ganadería y agricultura, y determinar cuántos animales hay que abatir y en qué momento," aprecia.  

Los ecologistas discrepan de esta visión, ya que la "caza no sirve para controlar poblaciones porque no puede realizar la labor de los depredadores", explica Teo Berjuver, portavoz de Ecologistas en Acción, que asegura que estas superpoblaciones "no son tan genéricas" y se limitan a "momentos concretos". 

"La caza ha provocado la desaparición del ciervo en muchas zonas donde luego se ha tenido que reintroducir", aprecia la portavoz, que culpa a los cazadores de "ayudar a que se incrementen las poblaciones al eliminar a los grandes depredadores, como los lobos o las águilas". 

Según añade, la caza de cría en cautividad y suelta también ha generado excesiva población en muchas zonas, como en Cabañeros, donde los dueños vallaron las fincas para tener mayor población y poder vender "más caros los ciervos y jabalíes porque eran más grandes", lo que provocó un desequilibrio con el hábitat, ya que su importante número provocaba un "daño importante" a la vegetación. 

Al prohibirse la caza, el problema se incrementó. "En ese caso, si hay que hacer una gestión de la población, algo que no nos gusta, y tienes que recurrir a su captura y su caza, es mejor que lo haga personal técnico, que saben si lo que sobra son machos jóvenes, hembras...", asegura sobre los técnicos de Tragsa, la empresa pública a la que se encarga desde Parques Nacionales estas labores de gestión.  

Los conejos

Aparte de los jabalíes y los ciervos, los conejos también están suponiendo un enorme daño para la agricultura. 

En Navarra, el sindicato Euskal Herriko Nekazarien Elkartasuna (EHNE) -Nafarroa ha pedido al Gobierno foral una ayuda de 150.000 euros a los cazadores para controlar la fauna salvaje, entre ellos a los conejos, que inundan, entre otras, la zona de la ribera, "donde campan a sus anchas" entre los cultivos de cereales.

"Hay campesinos que ni siembran ya, porque no te dejan ni asegurar el cultivo al segundo año que denuncias daños", afirma Felipe Etxetikia, coordinador del sindicato, que añade que aquí también los jabalíes están extendidos por toda la comuni

dad. "Antes ibas al monte y era extraño ver uno; ahora lo difícil es no verles", sostiene.

Para el coordinador, el problema se va a gravar en los próximos años ya que el relevo generacional de los cazadores no está garantizado. "Cada vez hay menos gente joven en los cotos", señala Etxeitikia, que señala que la nueva ley de caza que prepara el Gobierno navarro va a flexibilizar las condiciones y ampliar los días de captura de fauna. "Es que el problema es muy grave, queremos que sean cazadores profesionales de la zona, pero igual tiene que implicarse también la Policía foral de Navarra".