ENTREVISTA

Carmen Calvo: "Las mujeres no somos un colectivo, somos más del 50 % de la población"

La presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso está convencida en que la abolición de la prostitución es el camino "para construir un mundo en donde la sexualidad nos pertenezca por libertad y por disfrute"

La ex vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo

La ex vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo / Europa Press/Cézaro De Luca

Jaime Ferrán

La exvicepresidenta del Gobierno de España, Carmen Calvo, acude a la llamada de Gloria Alarcón, diputada socialista en la Asamblea Regional de la Región de Murcia, para participar en el 'IX Workshop Políticas Públicas y Género' en la UMU. Feminista declarada, está convencida en que la abolición de la prostitución es el camino "para construir un mundo en donde la sexualidad nos pertenezca por libertad y por disfrute" y confía en que el Ejecutivo de Pedro Sánchez culmine una reforma laboral "con perspectiva de género".

¿Cómo están representadas las mujeres en la esfera política española?

Hemos dado una gran batalla democrática por los criterios de igualdad y de paridad, que han posibilitado que existan las listas cremallera. Alcanzado este objetivo, lo importante es en qué poderes estamos, para qué y ante quién respondemos. Estamos en política y en las instituciones, pero en los poderes económicos no estamos, ni en los mediáticos, que mueven muchas cosas en la sociedad. Las mujeres ya tenemos algo de poder formal, pero estamos muy lejos del poder real. En la foto del G20 había solo una mujer, el resto eran hombres. Dicho esto, hay que pensar en qué tipo de poder ejercemos cuando estamos en el poder, si sacamos adelante una agenda que nos represente a todas. Ahí hay un camino de cualidad que está por recorrer.

"Hay demasiado empleo vicario, entregado por un varón y tutelado por varones"

Y muchas de las que no están en el poder sufren una gran precariedad en sus trabajos. ¿Solucionará la reforma laboral en la que trabaja el Gobierno de España ese problema?

Esta reforma tiene que tener perspectiva de género y tiene que tener una dimensión muy importante para atajar el desempleo de la gente joven. Hablamos mucho de algunos criterios como el de la negociación colectiva y la precariedad laboral, pero yo creo que lo importante es, además de eso, tener la mirada sobre quiénes sufren la falta de trabajo, que son las mujeres, con contratos reducidos de media jornada, ya que atendemos las tareas tradicionales de una sociedad sexista. Esto nos impide cotizar lo suficiente a la Seguridad Social para tener pensiones iguales a las de los hombres y también dificulta que lleguemos a tener grandes currículum para llegar a los espacios de poder de las profesiones. Hay demasiado empleo vicario, entregado por un varón y tutelado por varones.

Y si se es mujer y joven, doble castigo.

No sé en qué momento en este país hemos decidido que a los jóvenes los teníamos que proteger de mala manera. La mejor forma de impulsar a la juventud es dejar que tengan sus espacios de trabajo, de independencia, de talento y creatividad que los prepare para coger los relevos. No lo hemos entendido durante mucho tiempo. Nuestro mercado laboral es radicalmente diferente al del resto de Europa, donde la gran mayoría de los contratos son indefinidos. Y tampoco hay que olvidar que impulsar la negociación colectiva es impulsar la democracia de la inmensa mayoría de los ciudadanos, que son los trabajadores, no los empleadores. Lo tiene que entender la patronal.

"Impulsar la negociación colectiva es impulsar la democracia de la inmensa mayoría de los ciudadanos, que son los trabajadores, no los empleadores"

Se habló mucho en el 40º Congreso Federal del PSOE de la abolición de la prostitución. Las trabajadoras sexuales critican que el feminismo no las escucha.

Cuando las estadísticas dicen que el 87% de las mujeres que ejercen la prostitución en nuestro país son extranjeras, muchas de ellas en situación de irregularidad y muchas otras víctimas de trata y de secuestro, no hablamos de una profesión, sino de la marginación de la pobreza, de la precariedad de las mujeres. Las personas ricas y formadas de los países desarrollados no se prostituyen, lo hacen las pobres. Es una tragedia. Hay que darles una salida con políticas sociales que les permitan tener el ingreso mínimo vital, vivienda y protección y educación para sus hijos. Al mismo tiempo tenemos que impedir el tráfico de mujeres y menores para la explotación sexual, que es un crimen organizado. Así se construye un mundo en donde la sexualidad nos pertenezca por libertad y por disfrute; pero no para que la utilice otro a cambio de dinero. Este es un trabajo complejo y lento, pero es una gran batalla ética de la democracia que tiene que ver con los derechos de las mujeres. La vamos a dar nos vendría muy bien que los hombres profundamente demócratas estuvieran de nuestro lado.

Durante su vicepresidencia en el Gobierno hubo un debate interno del feminismo que colisionó con el colectivo LGTBI. ¿Está superado ya?

El Partido Socialista ha adoptado decisiones muy importantes en la línea del feminismo, que se traducen en continuar con el avance en la agenda de las mujeres: iguales salarios, iguales trabajos. La batalla del PSOE por los derechos de las mujeres pasa por la abolición de la prostitución y estar en contra de los vientres de alquiler. No olvidamos que casi el 90% de las familias monoparentales son mujeres solas con sus hijos en donde, en los casos de las separaciones, muchas de ellas ni siquiera reciben la manutención alimenticia. El feminismo no tiene más obligaciones con el colectivo LGTBI que los que tiene con el resto de colectivos. El feminismo no es un añadido, las mujeres no somos un colectivo, somos más del 50% de la población del mundo. Todos los demás son un colectivo menos nosotras porque somos mayoría.