¿Eres universitario y buscas piso en alquiler? Consejos para conseguir el mejor resultado en este proceso

Se recomienda tener en cuenta toda una serie de aspectos para que la operación llegue a buen término

Vivienda en alquiler para estudiantes universitarios.

Vivienda en alquiler para estudiantes universitarios. / SHUTTERSTOCK

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VERÓNICA SEDEÑO

Tras las vacaciones estivales llega un momento decisivo para muchos jóvenes universitarios: la búsqueda de un piso en alquiler. Aunque las residencias de estudiantes o los colegios mayores son una alternativa más que viable, muchos huyen de estas opciones al considerarlas algo parecido a un hotel, decantándose por una vivienda convencional para tener más libertad e independencia. Sin embargo, el alto precio de las habitaciones en alquiler y la escasa oferta disponible hacen que la tarea no sea fácil. 

Según pisos.com, la renta media nacional se situó en 405 euros al mes el pasado junio, lo que supuso un crecimiento del 0,75% en términos interanuales y del 5,59% respecto al trimestre anterior, cuando se situaba en 383 €/mes. La capital de provincia en la que los inquilinos deben hacer un mayor esfuerzo para compartir piso es Barcelona, con una renta media de 631 euros al mes, un 8,97% más que en el primer trimestre. Le siguen en esta lista otras zonas habituales como Madrid (477 €/mes), Palma (473 €/mes) o Vitoria-Gasteiz (448 €/mes). 

Más allá de unos precios algo prohibitivos, en las capitales con vida universitaria se compite con un nutrido grupo de inquilinos de larga estancia que dan más seguridad a los propietarios. En primer lugar, no dependen de ingresos ajenos, mientras que los jóvenes que vienen a estudiar a una gran ciudad suelen depender de sus padres. Asimismo, hay arrendadores que han salido escarmentados de experiencias anteriores alquilando a estudiantes que se han comportado de forma incívica: quejas de los vecinos, fiestas todos los fines de semana, música hasta altas horas de la madrugada… No obstante, existen trucos para seducir a los caseros y que apuesten por dar una oportunidad a los inquilinos más jóvenes.

Responsabilidad económica

Muchos jóvenes compatibilizan sus estudios con algún trabajo a tiempo parcial. Se trata de un aspecto que, ante un futuro casero, demuestra una alta responsabilidad. El no depender exclusivamente de la ayuda de los padres para emanciparse es un punto a favor. No siempre es posible contar con un contrato indefinido cuando se está estudiando, pero contar con ingresos estables es, sin duda, un punto a favor. Es esencial que se acuda a la visita con el contrato de trabajo y las nóminas.

Buenos modales

La educación es esencial. Si durante la entrevista que se realiza cuando se visita la casa en alquiler se ponen de manifiesto cualidades como la amabilidad y el respeto, la persona que nos va a alquilar la casa percibirá que vamos a comportarnos conforme a lo que se espera de alguien comprometido con la vida en armonía en la comunidad. Es comprensible que se haga alguna fiesta de vez en cuando, pero hay que ser consciente de los horarios de descanso

Imagen impecable

Al igual que las formas, hay que cuidar la apariencia. La brecha generacional entre un propietario y un inquilino universitario salta a la vista, y aunque es fundamental que nuestra identidad se manifiesta a través de nuestro atuendo, no está de más que en las visitas a viviendas en alquiler se opte por ropa más neutra, de colores sólidos o con estampados discretos, sin roturas. Esta pulcritud dará a entender que nos preocupamos por la limpieza y por el mantenimiento correcto del inmueble y su contenido.

Excelentes referencias

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Si no es la primera vez que se busca una habitación en un piso de alquiler, nada mejor que recopilar cartas de antiguos caseros en las que se deje claro que está delante de un inquilino cumplidor con los pagos y consciente de los límites respecto a los ruidos a deshora. Si no es el caso, podemos servirnos de cartas de jefes que hayamos tenido, e incluso, de profesores con los que tengamos confianza. Esto funcionará tanto con caseros como con otros compañeros de piso desconocidos.

Compartir piso

Un pequeño estudio es, por una cuestión de precio, lo único a lo que pueden aspirar muchos universitarios. En las ciudades con mayor densidad de población incluso habría que conformarse con algo alejado del centro, en la periferia. Sin embargo, la opción de compartir piso permite encontrar viviendas más grandes que pagar entre dos o más amigos. Las recomendaciones anteriores se aplicarían a todos en caso de entrar de nuevas en una casa. Si vas a sustituir a alguien que se ha ido, siempre ayuda tener contactos y gustos comunes.