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El 'boom' de los oficiales de albañil: "Los buenos cobran ya 150 euros al día"

  • La falta de obreros expertos dispara el retraso en las reformas del hogar a cuatro meses

  • "Hay mucha demanda, y tampoco hay profesionales cualificados para tanta obra", advierten en el sector

  • Desde la Confederación Nacional de la Construcción apuntan que harían falta 800.000 profesionales más

  • El 65% de las empresas ven muy "difícil" contratar nuevo personal tanto cualificado como no cualificado

Dos albañiles, durante la reforma de una casa. 

Dos albañiles, durante la reforma de una casa.  / CARLOS MONTAÑES

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“Se habla mucho de la crisis de los materiales, pero aquí el problema es la falta de profesionales, no hay oficiales libres. Yo tengo una pequeña empresa y había dejado de trabajar, pero ante esta situación he tenido que volver”. Javier no llega a los 65 años, tiene una pequeña S.L. desde que la que dedicó su vida a realizar reformas en pisos, y su caso es paradigmático de lo que ocurre en el sector de la construcción. Falta mano de obra. Ya lo advirtió la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) el pasado abril: el 65% de las empresas del sector ve difícil encontrar personal tanto cualificado como no cualificado. Y eso no solo afecta a los nuevos desarrollos urbanísticos.

Si usted quiere hacer una reforma en su casa, ya sea pequeña o integral, las esperas oscilan entre tres y cuatro meses entre la solicitud del presupuesto y el comienzo de los trabajos, según numerosas fuentes del sector consultadas.

“Mira, nosotros estamos dando fecha para finales de marzo o principios de abril. Tenemos mucho volumen de trabajo. Desde la pandemia el ritmo no ha bajado”, asegura Jon, responsable de la empresa de reformas Adyan, que con sus 20 empleados realiza reformas integrales en Madrid. En Jav, otra pequeña empresa de reformas, te remiten a febrero para cualquier obra. “Es verdad que no hay gente especializada. No hay oficiales y los que tenemos no queremos que se jubilen. Nosotros somos una empresa pequeña para coger más trabajo, pero es cierto que lo hay. Pensábamos que con la guerra de Ucrania y con los bancos dando menos hipotecas lo íbamos a tener más difícil, pero no”, asegura Estela, administrativa de la empresa, que tiene ocho empleados, entre ellos cuatro oficiales.

El puesto tradicionalmente conocido como oficial de albañilería (de primera o de segunda) es vital en cualquier obra. Suelen ser el personal más experimentado, que se encarga de trabajos especializados, como colocar azulejos en los baños, encofrados o impermeabilizaciones, además de levantar todo tipo de mampostería. Su función también pasa por coordinar a los peones.

Páginas de anuncios de internet están llenas de puestos vacantes para obreros con experiencia, en algunos casos sin la necesaria Tarjeta Profesional de la Construcción, el documento que acredita estar formado en prevención de riesgos laborales y acredita la categoría y experiencia del trabajador.

La demanda es tanta que su salario se ha disparado. “Los buenos pueden llegar a cobrar 150 euros al día”, comentan en Jav. “Antes de la pandemia, en 2019, se estaban pagando a 70 o 75 euros, ahora pueden estar fácilmente en 110”, comenta Carlos Medina, responsable de la empresa de reformas Reformark, que asegura que durante la pandemia el nivel de trabajo se disparó porque la gente quería reformar su casa al estar más tiempo en ella, y ahora, “aunque haya bajado un poco, como un 15%”, la demanda sigue siendo alta. “Nosotros estamos dando para febrero”, asegura el responsable de Reformark, que tiene alrededor de 50 albañiles y realiza entre 12 y 14 obras al mismo tiempo [lleva a cabo unas 200 al año].

Medina incide en que hay varios factores que influyen en el retraso de las obras. El primero, que “no hay mano de obra cualificada. Peones, pintores, gente polifacética hay, pero gente que ponga azulejos no hay muchos y los que hay son caros. Faltan oficiales y si es difícil encontrarlos más aún lo es conseguir encargados”. El segundo, los plazos con algunos materiales, que si antes podían traerse en tres semanas ahora tardan dos meses. “Cosas que se piden fuera de lo normal, como las ventana bicolor, por ejemplo, tardan más ahora”, aprecia el experto, que señala, al igual que otros empresarios, que las mayores demandas son de reformas integrales, más que de pequeñas obras.

En una importante empresa mediadora de internet especializada en reformas, que pone en contacto a potenciales clientes con más de mil compañías, confirman que “hay un atasco de dos o tres meses”. Además, muchas empresas redujeron mucho la plantilla con la pandemia”, apunta un portavoz, que asegura que muchos albañiles extranjeros, como polacos o rumanos, se fueron a trabajar a otros países.

En el sector se alerta de que falta formación a los jóvenes para que entre sangre nueva al oficio. “No puede ser que el año pasado se quedaran en Madrid más de 30.000 personas sin plaza en los estudios de la Formación Profesional que habían elegido”, afirma Pedro Parra, coordinador de la Asociación Nacional de Empresas de Rehabilitación y Reforma (Anerr), en referencia a un estudio publicado por CCOO.

A la alta demanda de obras desde la pandemia y la falta de mano de mano de obra, Parra añade que durante la pandemia muchas empresas dejaron su actividad. Su asociación, por ejemplo, representaba a 300 empresas antes de la pandemia, y ahora el número ha bajado a unas 210. Además, muchos oficiales de albañilería aprovecharon el parón del Covid para prejubilarse. “Si bien es es cierto que ahora cada vez se están creando más empresas”, apunta aun así Parra.

Estos retrasos generalizados en las obras están causando, además, un problema añadido, que los presupuestos, si no son cerrados, pueden variar muchos miles de euros por la subida de los materiales, lo que puede generar problemas. “Por ejemplo, el aislante ha subido un 30% en solo 15 días. Hay que organizarse bien, porque si no es un presupuesto cerrado a lo mejor cuando pasen los tres meses el cliente no acepta el presupuesto”, alertan desde Anerr. 

"Faltan profesionales de todas las categorías, pero a que estamos hablando de un sector que crea empleo estable y de calidad", añade Pedro Fernández Alén, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), que insiste en que la clave es que los menores de 30 años no llegan "ni al 10% del sector". "La edad media del sector supera los 45 años y el porcentaje de mayores de 55 años ha aumentado 10 puntos desde 2008", apunta. 

"En abril lanzamos un informe que arrojaba que el 65% de las constructoras ven “extremadamente difícil” contratar encargados de obra. A continuación vendrían, por este orden, capataces, albañiles, encofradores y operarios de puesta en obra de hormigón. Así como los carpinteros, instaladores de fachadas técnicas, montadores de prefabricados estructurales, especialistas en trabajos verticales u operadores de grúas, montacargas y de maquinaria similar de movimiento de materiales", añade sobre el estudio.

Otro dato del Observatorio Industrial de la Construcción del pasado octubre tampoco invita al optimismo, porque las profesiones que más caen entre octubre de 2021 y de 2022 en función del número de trabajadores contratados son pintores (-18,7%), albañiles (-9,8%) y encofradores (-7,9%). 

De acuerdo a la Confederación, en el sector de la construcción se necesitarían 700.000 trabajadores nuevos. Sin embargo, apunta Pedro Fernández, los sobrecostes de los precios de los materiales debido a la inflación, sumados a los sobrecostes energéticos, y a la "falta de un mecanismo eficaz de revisión de precios" han hecho que el número de licitaciones desiertas no deje de crecer: casi 2.000 en toda España entre octubre de 2021 y septiembre de 2022 valoradas en 890 millones de euros. "Eso sumado al hecho de que los fondos europeos no terminan de llegar a la economía real debido a que no se están transfiriendo desde las comunidades autónomas y entidades locales a las empresas puede afectar a los ritmos de creación de empleo", apostilla.

Otro dato da cuenta del mal estado de salud de este sector, ya que se ha pasado de los 2,7 millones de trabajadores de 2007 a los 1,3 millones de la actualidad.

Para la Confederación la solución pasa por "prestigiar la imagen de nuestro sector". "Es realmente preocupante que, en estos momentos, la tasa de paro juvenil en España haya repuntado hasta el 31% en el tercer trimestre del año y que, simultáneamente, sólo el 9,1% de los trabajadores del sector tengan 29 o menos años", subraya Fernández, que dice que el resto debe hacerse "atractivo" para atraer, sobre todo, "jóvenes y mujeres". En ese sentido, destaca que la firma del VII Convenio General del Sector de la Construcción supondría la creación del primer plan de pensiones colectivo sectorial en España y una subida salarial razonable para los próximos tres años. 

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"España necesita incorporar a cientos de miles de jóvenes, y mujeres, imprescindibles para afrontar con garantías la ejecución de los fondos NextGenerationEU. Y para ello puede resultar fundamental la Fundación Laboral de la Construcción, la cual ya forma a 80.000 alumnos en su medio centenar de centros repartidos por toda España, pero podría alcanzar la cifra de 200.000 alumnos anuales", concluye. 

 

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