Maite Casademunt, presidenta de Lola Casademunt

Diseñadora de ilusiones

  • Su próximo reto es consolidar su expansión y desfilar en una pasarela internacional

Maite Casademunt

Maite Casademunt / Activos

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Observadora, disfrutona, vital y extremadamente social. Es Maite Casademunt, presidenta y directora creativa de Lola Casademunt -una de las empresas líder en España en diseño, fabricación y comercialización de ropa y accesorios-, que acaba de ser galardonada con el premio Mujer Empresaria Caixabank 2022. Un Golf descapotable blanco y su madre, Lola, que da nombre a la compañía, fueron el inicio de una «gran aventura» en la que, según asegura, «queda mucho por hacer».

Nació en Barcelona en 1970 y es la pequeña de cuatro hermanos. Su madre enviudó con 51 años y heredó un negocio de piensos que no se veía liderando. Así que decidió dejar la empresa familiar a su primogénito y comprar una mercería «para empezar de cero». «Era una gran emprendedora. Al poco tiempo de abrir la tienda, empezó a viajar a Italia para comprar producto inédito», recuerda la diseñadora.

Con 19 años, Maite quería comprarse un coche y su madre solo le puso un requisito, debía pagarlo ella. Decidió empezar a trabajar en la mercería y comprarse el que era el coche de sus sueños, un Golf blanco: «Tener que hacer frente a recibos mensuales es la mejor motivación laboral que uno puede tener».

Nada más empezar, su madre le dio una maleta y le dijo que cogiera el coche y se fuera a vender. «Por esa época todo el mundo hablaba de Marbella y quería saber qué pasaba por allí. Me fue muy bien. Descubrí que si queríamos ser alguien debíamos estar presentes en la feria de Madrid, y a raíz de tener presencia en la capital española empezó nuestra expansión nacional».

Entonces, Maite, a la que siempre le había gustado la moda, decidió retomar los estudios. «Ponerse a trabajar -asegura- te hace valorar de otra manera la enseñanza, se multiplican las ganas de aprender todo aquello que te falta para mejorar». Estudió diseño y también hizo cursos de captación de tendencias, marketing digital, estrategias para pymes y un máster para directivos en Esade.

Profesionalización

En 2016, se puso al frente de la compañía que había empezado como una mercería, y empezó a diseñar colecciones de ropa además de los habituales complementos. A partir de ahí impulsó la profesionalización de la empresa, con la incorporación de nuevos perfiles en el equipo directivo, al que también se sumó su marido, Fernando Espona, en 2018, comprando las acciones de la hermana de Maite. «Uno puede ser bueno en algo pero no en todo. Hay que saber rodearse de talento que sume al proyecto», indica.

La diseñadora catalana empezó así a sembrar las bases de un ADN creativo que tiene como fundamento colores intensos, energéticos, y el animal print, que cada temporada intenta reversionar. En palabras de Maite Casademunt, «prendas especiales que provoquen ilusión para generar las ganas de comprarlas. La moda es emocional».

En 2021, el volumen de negocio de Lola Casademunt se situó en los 15 millones de euros. La previsión para este año es de 25 millones de euros. Actualmente, cuenta con 10 tiendas propias, más de 800 puntos de venta en todo el mundo y 170 personas en plantilla. El año pasado multiplicaron por cinco la facturación que proviene del negocio online.

La garra

Reconoce que ha tenido momentos de venirse abajo, pero ni su madre ni su marido le permitieron abandonar su «gran pasión». «Mi madre me decía: ‘Maite, déjate de tonterías y para adelante’, quizá porque ella también tuvo que hacerlo. No sabes cómo pero sale una garra de dentro y te entregas», reflexiona. Quizá por eso defiende que todas las compañías de éxito tienen mucho esfuerzo y muchas horas de trabajo detrás. Maite Casademunt está absolutamente convencida que, «cuando haces cosas, pasan cosas, y algunas pueden salir mal, pero si sigues, rectificas y reconduces también estás buscando tu suerte». A su entender, la repetición es lo que te hace excelente.

En 2017 empezó a tener presencia en la 080 Barcelona Fashion y el año pasado alcanzó el hito de desfilar por primera vez en la pasarela Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. «Nadie me ha regalado nada. Mi gran ilusión era desfilar en una pasarela de moda. Lo hemos conseguido, pero nos ha costado mucho llegar a hasta aquí».

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Su próximo reto es desarrollar su apuesta por la expansión mundial -la venta en el exterior supone el 13% del total- con la búsqueda de nuevos mercados. También desea poder desfilar en una pasarela internacional. De hecho, ya ha visitado Nueva York para «ver qué era». «Cuando sales al exterior también te das cuenta que en España hay mucho talento. Tenemos unas pasarelas de gran nivel».

Madre de tres hijos, de 27, 24 y 12 años, desconecta del trabajo con su familia y sus amigos: «Estar con gente me relaja». Y aunque ya suma más de 30 años de trabajo en el sector, considera que está en el inicio de su crecimiento empresarial: «Tenemos mucho por hacer todavía. Tenemos todo el mundo para crecer».