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Inversión

Las bolsas: pendientes de los tipos (y la inflación)

  • Los analistas apuntan que los mercados de valores seguirán bajando mientras la reserva federal no afloje en las subidas de tipos

La Reserva Federal estadounidense marca el paso a Wall Street

La Reserva Federal estadounidense marca el paso a Wall Street

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El viejo proverbio de los mercados que aconseja a los inversores no enfrentarse a la Reserva Federal ('Don't fight the FED') pocas veces ha sido más actual. Las bolsas mundiales han caído a plomo en lo que va de año por el temor al daño que van a causar a la actividad económica las aceleradas y contundentes subidas de tipos de interés con las que el banco central estadounidense trata de combatir la brutal escalada de la inflacion _ Los mercados no tocarán suelo, coinciden los analistas, hasta que la autoridad monetaria del dólar dé muestras de que va a suavizar el encarecimiento del dinero.

"Cuando los mercados lleguen a la conclusión de que la FED va a levantar el pie del acelerador, se establecerá el fondo del mercado", acierta a resumir Víctor Alvargonzález , director de estrategia y fundador de la firma de asesoramiento independiente Nextep Finance.

La Reserva Federal, así, ha encarecido el dinero a un ritmo de tres puntos porcentuales este año, hasta un intervalo del 3%-3,25%. Paralelamente, el Standard & Poor's 500 (que recoge al medio millar de mayores cotizadas del país) ha perdido en torno al 20% de su valor desde los máximos históricos de enero, mientras que el Dow Jones (que incluye a las 30 mayores cotizadas) ha bajado cerca de un 17%.

Como es habitual, la Reserva Federal ha marcado el paso a Wall Street, y este a su vez al resto de bolsas del mundo. El índice MSCI World (que recoge los mercados de valores de los 23 países más desarrollados) acumula un retroceso de torno al 22% en el año, mientras que la caída del MSCI ACWI (que añade al anterior las 27 bolsas mayores emergentes, incluidas la china) ronda el 23%.

La situación de la economía estadounidense ha dado hasta ahora margen a la FED para subir los tipos de forma agresiva. Su PIB ha registrado ya dos trimestres de caída (0,4% en el primero y 0,1% en el segundo), lo que técnicamente suele considerarse una recesión. Pero en la práctica no puede concluirse que la actividad se haya contraído aún, ya que el país lleva en una situación de pleno empleo (paro por debajo del 4%) todo 2022. Sin embargo, los efectos de las subidas de tipos van llegando. Desde Generali, se prevé que el PIB de EEUU "se desacelerará notablemente" en los últimos meses del año y que el crecimiento del 2023 será de apenas el 0,4%, lo que en la práctica no hace descartable una recesión.

La gran duda es, por tanto, cuándo la primera economía del mundo dará señales contundentes de un frenazo que desinfle la inflación (en el 8,3% en agosto) y permita a la FED suavizar su endurecimiento monetario. Sus consejeros siguen insistiendo en que todavía les queda trabajo por hacer y los analistas prevén que eleven los tipos hasta llegar a un nivel de entorno al 4% o 4,5%.

Algunos indicadores adelantados, sin embargo, han hecho pensar a los inversores en los últimos días que el fin de la escalada de los tipos podría estar más cerca de lo previsto. Así, las ofertas de empleo en el país han bajado, los índices de actividad manufacturera han resultado peores de lo esperado, y el mercado de venta de viviendas se está enfriando (los tipos de las hipotecas rondan el 7%, si bien los alquileres siguen tirando al alza de la inflación).

"Al contrario de lo que sucedió en verano, empieza a haber evidencias", afirma Alvargonzález. De mediados de junio a mediados de agosto, hubo un rebote transitorio de las bolsas provocado por la expectativa de que la FED relajase las subidas de tipos, algo posteriormente desmentido por su presidente, Jerome Powell.

Cuestión de expectativas

Ahora parece que podría ser distinto. En AXA, se estima que se están sentando las bases "para el debate de finales del año: una vez que se presenten las señales de una desaceleración económica adecuada, ¿debería continuar el endurecimiento?".

Como siempre sucede con los mercados, hay que tener en cuenta que los inversores no toman decisiones en función de la situación actual, sino anticipándose a la que esperan que se produzca a medio plazo. "Las bolsas ya han corregido con fuerza y mucha de las posibles noticias negativas ya están recogidas por los precios. El posicionamiento y sentimiento habían alcanzado unos niveles de depresión que justifican un posible rebote de corto plazo. Para poder ver una recuperación más sostenida, tenemos que ver unos bancos centrales menos restrictivos, y para eso es necesario ver el pico de inflación. Hay muchas señales que indican que ese momento podría estar cerca, pero cerca es en algún momento a lo largo del último trimestre", apunta Diego Fernández Elices, director general de inversiones de A&G Banca Privada.

En Estados Unidos, la inflación ya ha empezado a bajar (el pico del 9,1% fue en junio), aunque más despacio de lo esperado. Pero en la zona euro dicho máximo no parece inmediato. El IPC de la unión monetaria ha subido del 5,1% de enero al 10% de septiembre y el Banco Central Europeo (BCE) prevé que no afloje en lo que resta de 2022. La Reserva Federal, así, estima que su inflación se situará de media en el 5,4% este año, 2,8% el próximo y 2,3% en 2024, mientras que el BCE calcula un 8,1%, 5,5% y 2,3%, respectivamente.

La autoridad monetaria del euro, que comenzó a subir tipos aún más tarde que la FED, los ha llevado del 0% al 1,25% y se espera que siga subiéndolos al menos hasta marzo, a un nivel que podría situarse entre el 2,5% y el 3,5%. Pero el mercado no descarta que el frenazo de la economía le obligue a cambiar de planes.

De este modo, Europa, más expuesta al encarecimiento de los precios energéticos y a los efectos de las sanciones a Rusia por la guerra de Ucrania, tiene unas perspectivas económicas más sombrías que las estadounidenses. La Reserva Federal prevé un crecimiento del 1,2% el año que viene, mientras que el escenario central del BCE es que la zona euro crezca un 0,9%, pero en el adverso sufriría una recesión de igual magnitud. Generali prevé ya una caída del 0,3% en el escenario más probable, pero no descarta desplomes del PIB superiores al 3% en función de la evolución del precio y el suministro del gas natural, que ya se ha encarecido un 160% en los mercados mayoristas desde enero.

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Las bolsas europeas han sufrido las consecuencias. Desde sus máximos históricos de enero, los índices de referencia del mercado de valores alemán y francés han bajado en torno a un 20%, en línea con la devaluación del italiano y del Eurostoxx 50 (que reúne al medio centenar de mayores cotizadas del continente). Por su parte, el Ibex 35 ha bajado menos, en torno a un 14%, por la menor exposición de España a la crisis de Ucrania y por la menor subida del índice en los años previos.

Consejo experto

Pese a la peor situación relativa de la economía europea respecto a la de Estados Unidos, los expertos estiman que las bolsas del continente volverán a subir cuando lo haga Wall Street. "Nuestro escenario central apunta a potenciales de revalorización del 20% en el Ibex 35 al cierre de 2023. Sin embargo, la tendencia de las bolsas vendrá marcada, como casi siempre, por el mercado americano y, por tanto, será EEUU el que marcará el cambio a mejor del apetito inversor", han apuntado desde Bankinter.

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