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INVERSIÓN

Cédulas hipotecarias: ¿opción atractiva y segura de inversión ante las subidas de tipos?

El fin de los programas de compra de activos del BCE va a tener en las cédulas un impacto mucho menor que en los bonos soberanos

Una promoción de viviendas en Oviedo.

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Las cédulas hipotecarias habían ido perdiendo cuota y atractivo como alternativa de inversión en los últimos años después de haber sido uno de los principales componentes de las carteras de renta fija durante la primera década de los 2000.

“La escasez de oferta al estar muchas de ellas retenidas en el balance de los bancos, su escasa rentabilidad en un entorno de tipos cero o negativos y la baja actividad emisora durante los años posteriores a la crisis financiera” fueron las principales razones de su caída en desgracia, explican los analistas de Bankinter Gestión de Activos, que destacan que ahora vuelven a ganar atractivo.

“La vuelta de los tipos de interés positivos, su condición de activo refugio en un entorno de inestabilidad derivado de la guerra de Ucrania y el interés emisor de los bancos buscando adelantar su financiación en previsión del fin de las subastas TLTRO son algunos de los factores que están propiciando su resurgimiento”, señalan los expertos de la gestora en un informe.

Aunque las cédulas hipotecarias son títulos de renta fija privada, “su comportamiento en el mercado está más ligado a la evolución de los tipos de interés que a la de los diferenciales de crédito, en la línea de lo que ocurre con los bonos gubernamentales”, explica Bankinter.

Además, “la sobrecolateralización y la doble protección que ofrecen rebajan mucho su riesgo de crédito y les otorgan la consideración de activo seguro”. De hecho, “en 200 años de historia ninguna cédula hipotecaria ha incurrido en impago”, señalan los expertos.

“Un buen ejemplo de su comportamiento en circunstancias de máxima tensión lo tuvimos durante la crisis financiera (ver gráfico superior derecha) el bono soberano griego llegó a cotizar al 20 de precio y sufrió una reestructuración, pero las cédulas hipotecarias del National Bank of Greece se fueron recuperando progresivamente hasta amortizar al 100 de su valor”.

Asimismo, el 8 de julio de este año entró en vigor la nueva normativa española sobre cédulas en virtud de la cual las entidades emisoras deberán contar con un colchón de liquidez suficiente para pagar todos los vencimientos de los siguientes 180 días y los intereses que se produzcan en el periodo.

Por otro lado, “la presión de oferta que esperamos para las cédulas lo que queda de 2022 es mucho menor que la que se espera para los bonos de gobierno”, señala la gestora de Bankinter. “Los bancos se han apresurado a emitir los tres primeros trimestres del año en previsión del fin de las TLTRO y se espera que la emisión neta del segundo semestre esté próxima a cero”.

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“El diferencial de rentabilidad entre cédulas y gobiernos está en niveles máximos no vistos en 10 años, lo que las convierte en una alternativa de inversión muy atractiva en términos de rentabilidad riesgo”, concluyen los expertos.