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SUBIDA DE LOS PRECIOS

La crisis energética se ceba con los hogares pobres: el FMI pide cambiar el enfoque de las ayudas

En la mayoría de los países europeos, el aumento de los precios de la energía impone una carga aún más pesada a los hogares con bajos ingresos, ya que gastan una mayor parte de su presupuesto en electricidad y gas.

Una mujer afectada por pobreza energética, en su piso de Nou Barris, en Barcelona.

Una mujer afectada por pobreza energética, en su piso de Nou Barris, en Barcelona. / Carlos Montañés

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Estrategias de Inversión

La subida de los precios de la energía ha aumentado considerablemente el coste de la vida de los europeos, y todo parece indicar que se mantendrán por encima de los niveles anteriores a la crisis durante algún tiempo. Sin embargo, un reciente ‘paper’ del Fondo Monetario Internacional (FMI) revela cómo esta subida se está cebando en los hogares más desfavorecidos.

Los economistas del FMI creen que los Gobiernos europeos deberían “pasar de un apoyo generalizado, como los controles de precios, a una ayuda específica, como las transferencias a los hogares con menores ingresos, que son los que más sufren el aumento de la factura energética”.

De acuerdo con los cálculos de la institución, “el hogar europeo medio experimentará un aumento del coste de la vida de alrededor del 7% este año en relación con lo que esperábamos a principios de 2021”, si bien hay “grandes diferencias de impacto” entre los países que “reflejan las diferentes regulaciones, respuestas políticas, estructuras de mercado y prácticas de contratación”.

En la mayoría de los países europeos, el aumento de los precios de la energía impone una carga aún más pesada a los hogares con bajos ingresos, ya que gastan una mayor parte de su presupuesto en electricidad y gas.

En Estonia y el Reino Unido, por ejemplo, el coste de la vida del 20% de los hogares más pobres aumentará aproximadamente el doble que el de los más ricos. Por ello, “es prioritario” poner en marcha medidas de ayuda a los hogares de bajos ingresos, que son los que menos medios tienen para hacer frente al aumento de los precios de la energía, señala el FMI.

Para la institución, “la supresión de la repercusión en los precios minoristas no hace sino retrasar el necesario ajuste a la crisis energética al reducir los incentivos para que los hogares y las empresas conserven la energía y mejoren la eficiencia. Mantiene la demanda global de energía y los precios más altos de lo que serían”.

Además, “el coste creciente de estas medidas está reduciendo el limitado espacio fiscal de las economías mientras los precios altos persisten. En muchos países, el coste superará el 1,5% del PIB este año, sobre todo a causa de las amplias medidas de contención de los precios".

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“Los responsables de la política económica deberían abandonar las medidas de amplio alcance y adoptar políticas de ayuda específicas, como el apoyo a los ingresos de los más vulnerables”, creen los autores. Por ejemplo, compensar totalmente el aumento del coste de la vida para el 20% de los hogares más desfavorecidos costaría a los gobiernos un 0,4% del PIB de media para todo el año 2022. Compensar por completo al 40% más pobre costaría el 0,9% del PIB.

No obstante, lo ideal sería que estas ayudas se diseñaran de forma que se evitara el “efecto precipicio”, con beneficios que disminuyeran gradualmente en los niveles de renta más altos, matiza el FMI.