Opinión | APUNTE

Mango, gestión y familia

La separación ente gestión y propiedad no se resuelve de igual manera en todas las empresas familiares

Toni Ruiz.

Toni Ruiz. / EFE

Tras el duro mazazo que supuso el fallecimiento del fundador y presidente de honor de MangoIsak Andic, la nave sigue su rumbo. Además de confirmar como presidente a quien sigue siendo consejero delegado, Toni Ruiz; el primogénito de Andic, Jonathan y sus dos hermanas, Judit y Sara, pasan a ser presidente y vicepresidentas de el hólding con el 95% del grupo. El otro 5% es de Ruiz.

Por una parte está la gestión, en manos de Ruiz, una persona de la máxima confianza del fallecido y el que ha catapultado al grupo. Además se ha incorporado en el consejo a Manel Adell, el protagonista del 'boom' de Desigual a pri9ncpios de los 2000. Y por la otra parte está la familia, que retiene el control y con Jonathan Andic en el consejo de la sociedad que gestiona la cadena como vicepresidente.

La separación ente gestión y propiedad no se resuelve de igual manera en todas las empresas familiares. Un coloso como Puig, la multinacional de coméstica, moda y perfumería que cotiza en el Ibex desde hace unos meses, tiene dos miembros de la saga propietaria como presidente y vicepresidente: Marc y Manuel Puig, respectivamente.

En Almirall se optó porque un miembro de la familia que tiene la mayoría del capital, Carlos Gallardo, fuera presidente en sustitución de su padre, Jorge. En cambio en las otras farmacéuticas, Uriach; y Esteve, que abrieron su capital a terceros, ejecutivos ajenos a las familias son los que llevan las riendas: Oriol Segarra; y Staffan Schüberg, respectivamente.

En Fluidra, en cambio, otra cotizada del Ibex con cuatro familias como principales accionistas (Garrigós, Planes, Serra y Corbera), el presidente es miembro de una de ellas, Eloi Planes, hijo del recientemente fallecido Joan Planes, un pionero. Y en Grifols, tras los vaivenes en la bolsa, se optó por un ejecutivo externo, Nacho Abia.

No hay una receta válida para todas las empresas. Cada una debe probar su modelo porque ser hijo, nieto o sobrino del fundador de un negocio brillante no es un seguro para el éxito. Hay compañías que fracasan por el mero hecho de aferrarse a esa práctica.