Círculos Concéntricos

Mango busca un espejo en que mirarse

El fallecimiento de Isak Andic pone encima de la mesa la necesidad de otorgar todo el poder al CEO, Toni Ruiz

Los empresarios en los que se puede inspirar Mango y la familia de Isak Andic.

Los empresarios en los que se puede inspirar Mango y la familia de Isak Andic.

Martí Saballs Pons

Martí Saballs Pons

En el año 2000, el grupo Inditex facturó 2.620 millones de euros frente a los 775 millones de Mango, 3,3 veces más. La cifra de negocios del grupo gallego fue de 35.947 millones, la del catalán sumó 3.104 millones. La diferencia en trece años se había ampliado a 11,5 veces. Inditex, que salió a bolsa el 23 de mayo de 2001, es la empresa española más valorada, 156.000 millones. En 2025 cruzará la barrera de los 40.000 millones en ventas. La ambición de Mango es alcanzar los 4.000 millones en 2026.

Amancio Ortega, fundador de Inditex, aún matiene un 59,29% de la empresa, presidida por su hija Marta Ortega. En el pasado, en pleno proceso de crecimiento y salida a bolsa, confió en un ejecutivo externo, José María Castellano, como su mano derecha; pero, no fue hasta julio de 2011 donde decidió ceder la presidencia ejecutiva a PabloIsla, por entonces vicepresidente y consejero delegado. Actualmente, el consejero delegado es Óscar García Maceiras, otro externo a la familia.

Desde sus orígenes a comienzos de los ochenta, Isak Andic tuvo como persona de confianza, hasta 2015, a Enric Casi, fallecido el año pasado. La decisión de Andic de retirarse del día a día de la empresa para dedicarse a sus aficiones e intereses sociales y artísticos, confiando el timón a su hijo mayor, Jonathan, estuvo a punto de hundir Mango. Su regreso urgente vino acompañado por dar las riendas ejecutivas a Toni Ruiz, que empezó en la textil en 2015 como director financiero para acabar siendo consejero delegado y darle un 5% de la compañía. 

A lo largo de este año, 40 aniversario del nacimiento de Mango, Andic no paró de alabar a Ruiz. Con él, Andic había encontrado a su Pablo Isla. Ruiz apostó por mayor transparencia informativa, alineando un nuevo equipo, desarrollando una estrategia y un cambio radical de imagen de una marca que no hacía más que recular frente a las enseñas de su competidor más cercano: Inditex.

Tras su trágico fallecimiento, el futuro de Mango y Ruiz queda en manos de su hijo y sus dos hijas, Judith y Sarah, presuntos herederos del 95% del capital. No les faltarán asesores. En el consejo de Administración se sientan académicos como el ex director general de Iese, Jordi Canals; Jordi Constans, con amplia experiencia en multinaciones, de Danone a Louis Vuitton; el financiero Jorge Lucaya, AZ Capital, muy cercano a Isidro Fainé, presidente de Fundación Caixa y Criteria; y Marc Puig, presidente del grupo Puig, la única gran salida a bolsa en 2024.

El grupo Puig es el único gran grupo familiar catalán, donde se ha mantenido el poder ejecutivo máximo en manos de la siguiente generación, aunque Puig ha desvelado que tras él, el poder ejecutivo quedará en manos de alguien ajeno a la familia. La amistad entre Isak Andic, que tenía en Mariano Puig Planas, fallecido en 2021 y padre de Marc Puig Guasch, un referente, ha sido destacada estos días.

El poder ejecutivo también ha caído en manos externas en otras dos importantes sagas catalanas que han sufrido el fallecimiento de miembros destacados de la familia. Una es el grupo Planeta, con 2.000 millones de facturación. Una mayoría de las ramas accionariales de la familia decidió en 2015 dar el poder ejecutivo del grupo editorial, formación y comunicación a José Creuheras. Este era la mano derecha de José Manuel Lara Bosch, su presidente, fallecido en enero de 2015. Una de las ramas de la familia puso a la venta el 33% de Planeta hace un año sin haber encontrado comprador. El grupo Borges, 120 años de historia, propiedad de la familia Pont, también decidió ceder la presidencia ejecutiva a su CEO, David Prats, con más de treinta años en la empresa, al año de fallecer Ramon Pont, uno de los miembros de la tercera generación.

Otros casos han ido apostando por vender. Freixenet, contra la voluntad de quien fue su presidente José Ferrer Sala, fallecido en noviembre, decidió ceder en 2018 el 50,6% del capital al grupo alemán Henkell, propiedad de una rama de la familia Oetker. La decisión tuvo que realizarse por los distintos intereses entre las familias accionistas Ferrer, Hevia y Bonet. José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España es presidente de Honor de Freixenet. Su primo Pedro Ferrer es vicepresidente y co consejero delegado junto al primer ejecutivo, el alemán Andreas Brokemper.

Otras ventas destacadas fueron la de la mayor empresa familiar de Girona, la distribuidora Miquel Alimentació, en 2015 al grupo chino Bright Food, que acabó vendiendo al suizo Transgourmet. O la acerera Celsa, que tras el fallecimiento de su patriarca, Francisco Rubiralta, inició una crisis que ha acabado con el poder tras intervención judicial en manos de la banca y los fondos acreedores y la presidencia de Rafael Villaseca, ex primer ejecutivo de Gas Natural. A Mango no le faltan referentes.