Mercado laboral

La jornada de 37,5 horas semanales ya es la habitual en Euskadi y Navarra: "No es casualidad, son las huelgas"

Un mayor peso de la industria en el conjunto de la economía y más conflictividad laboral, entre otros, explican que la mayoría de convenios en las autonomías vasca y foral tengan menos tiempo de trabajo

Imagen de archivo de una huelga convocada en el País Vasco.

Imagen de archivo de una huelga convocada en el País Vasco. / EFE

Gabriel Ubieto

Si una persona tiene a un familiar ingresado en una residencia de ancianos de la ciudad de Barcelona y entra un día y le pregunta a un empleado del centro cuántas horas trabaja, este le responderá que 1.784 horas al año; o lo que es lo mismo 39,2 horas a la semana, según establece el convenio colectivo estatal de servicios de atención a las personas dependientes. Si esa misma persona tiene otro familiar ingresado en una residencia de Bilbao y repite allí esa misma pregunta, el homólogo vasco, con unas funciones casi idénticas, le dirá que trabaja 1.592 horas al año; o lo que es lo mismo, 35 horas a la semana, según recoge el convenio de dicha provincia.

Si una persona entra a un bar de Girona y pide un café, el camarero que se lo sirve, siempre que esté a jornada completa y cumpla legalmente su horario, le dirá que trabaja 1.791 horas al año, o lo que es lo mismo, 39,4 horas semanales, tal como marca el convenio de la industria hostelera en Cataluña. Si en vez de entrar en un bar de Girona, entra en uno que esté en Gipuzkoa, el camarero le dirá que faena 1.723 horas, o lo que es lo mismo, 37,8 horas a la semana, según fija el pliego de dicha provincia.

“No es casualidad, son las huelgas. En 1999 nosotros ya montamos una para reclamar las 35 horas”, afirma el responsable de negociación colectiva del sindicato ELA, Pello Igeregi. En conversación con El Periódico, este dirigente de la central con mayor número de delegados en todo el País Vasco recuerda como tras 68 días de huelga lograron desbloquear el año pasado ese convenio de residencias en Bizkaia, que rige para unas 5.000 trabajadoras (la mayoría son mujeres) y que, entre otros, consolidó una reducción de jornada a esas 35 horas semanales.  

Y es que mientras a nivel estatal el Ministerio de Trabajo le ha dado dos semanas a la CEOECCOO UGT para que digan si apoyan o no una norma que reduzca la jornada laboral máxima a las 37,5 horas semanales, hay dos territorios donde este ya es el tiempo de trabajo ordinario: Euskadi Navarra.

Según los datos actualizados mensualmente por el propio Ministerio, la jornada media de los convenios pactados en Euskadi es de 37,2 horas semanales, media hora menos de lo que pretende el Gobierno que sea norma para todo el mundo en 2025. Navarra, por su parte, está en las 37,7 horas, solo unos minutos por encima del objetivo de Yolanda Díaz.

Y es que Euskadi y Navarra no solo tienen un modelo de financiación particular, sino también un modelo de relaciones laborales singular, con una negociación colectiva con distintos actores y un peso de la industria sustancialmente más elevado que en otras latitudes.

Alta conflictividad

“El convenio del metal de Gipuzkoa es muy emblemático, con una de las jornadas más bajas y los salarios más altos… Y el año pasado logramos renovarlo sin conflictividad”, apunta la directora del departamento jurídico y relaciones laborales de la patronal vasca Confebask, Virginia Múgica. Y es que esas condiciones singulares no se entiende, tal como reconocen tanto sindicatos como patronal, sin la apuesta por los sindicatos vascos, con ELA como mayoritario, por el conflicto antes que la concertación. 

Según los datos recopilados por el Ministerio de Trabajocuatro de cada 10 huelgas convocadas en toda España tiene lugar en Euskadi. Y no solo son las huelgas, sino el volumen de participantes en las mismas. En 2023, el 5,8% de los trabajadores vascos participó en algún momento del año de una huelga, en España dicho porcentaje fue del 1,4% -cuatro veces inferior.

En Navarra la fuerza sindical mayoritaria es UGT, seguida por ELA. La secretaria de política sindical 'ugetista', Marisol Vicente, destaca que ellos han logrado reducciones de jornada superiores a la media española sin llegar a los niveles de conflictividad de sus vecinos. “Hay conflictividad, pero mucho menor”, afirma. Así lo constatan los datos del Ministerio de Trabajo: el 2% de los navarros participaron en algún momento del 2023 en alguna huelga, casi tres veces menos que los vascos, pero el doble que los catalanes. 

La dirigente sindical navarra pone el acento en esas mejores condiciones laborales en el fuerte peso de la industria, punto en el que coinciden con Euskadi. “Somos un territorio muy pequeño e industrializado, cuya economía pivota y se ha ido desarrollando alrededor de la fábrica del grupo Volkswagen [ubicada en el polígono de Landaben, al oeste de Pamplona]”, explica. En Navarra la industria aporta el 29,1% del PIB, en Euskadi el 24,5% y en el conjunto de España el 15,5%, según los últimos datos disponibles del INE.

“Navarra es una Comunidad muy industrial y esto hace que muchos convenios colectivos ya incluyan una jornada laboral como la que se está planteando en el ámbito estatal. Por ejemplo, el convenio colectivo del sector del metal, pactado con hasta 2026, ya contempla un total anual de trabajo de 1.695 horas para toda la vigencia del convenio [37,2 horas semanales]", afirman fuentes de la Confederación Empresarial Navarra (CEN).

La industria es un sector tractor de la economía y de las mejoras laborales luego en otros sectores. “Aquí hay una cultura muy instaurada de una racionalización de los horarios, las empresas de todos los sectores, también de la hostelería que ahora está ganando peso, tienen que ofrecer buenas condiciones porque sino no son competitivas para encontrar gente para trabajar”, apunta la dirigente de UGT.

También tendrá afectación

La directora de relaciones laborales de Confebask señala que pese a que el País Vasco pueda tener, de media, una jornada laboral inferior a la media del resto de España, también habrá una parte importante de trabajadores que se verán afectados por la ley. Según los datos que manejan en el Consejo de Relaciones Laborales de Euskadi, del millón de trabajadores en activo -contando a los empleados públicos-, un tercio trabaja actualmente más de 37,5 horas semanales. 

En el territorio donde menor afectación tendrá la norma, los patronos cargan igual de duro contra la misma que sus representantes estatales. “Nuestros asociados están que no se lo creen, no conciben que lo que pactaron en sus convenios colectivos salte por los aires por una ley. Rompe todos los equilibrios de la negociación colectiva”, afirma Múgica. “Van a implantar un ‘café para todos’ de hoy para mañana que va a generar muchos problemas”, insiste. 

"Entendemos que no se puede adoptar una solución macro para situaciones micro. La casuística y la particularidad del tejido empresarial navarro es tremendamente variada y no se puede legislar para todos con la misma medida. No tiene nada que ver un comercio, con un bar, con una fábrica, con un despacho de abogados, con un servicio de limpieza, un gabinete de ingeniería o una empresa de desarrollo de software, por poner diferentes ejemplos", se quejan de la patronal navarra.

“No entiendo la actitud patronal, no estamos pidiendo nada desorbitado. ¡Ni que reclamáramos bajar a las 32 horas [la semana laboral de cuatro días]!”, replica la secretaria de política sindical de UGT. “¿Por qué no le damos la vuelta y vemos lo que puede aportar a la economía en términos de mejora de la salud de las personas y, en consecuencia, reducción de las bajas? ¿No les preocupa tanto ese tema a los empresarios?”, añade.

El negociador de ELA explica así el enroque de la patronal vasca: “A nosotros la ley nos va a servir de palanca para reclamar reducir más la jornada laboral y mantener el diferencial que ahora tenemos con España. Lo vemos también como la aportación sindical a la transición ecológica, que tiene que pasar por trabajar menos y producir menos”, afirma.