El público español acentúa sus maniobras de ahorro y empieza a prescindir de desayunos y aperitivos fuera de casa

Los esfuerzos por mantener un estilo de vida lo más regular posible, independientemente de la inflación y de las complicaciones macroeconómicas, tienen nueva maniobra. Después de meses manteniendo el número de visitas a cafeterías o restaurantes y trabajando, sobre todo, en reducir el gasto en ellos, el público empieza a rebajar también su recurrencia. Lo hace, sobre todo, recortando los momentos en que acude a ellos para picar algo entre horas (desayuno, aperitivo, café por la tarde…), lo que cambia “dramáticamente” la estructura del mercado, la evolución de las distintas categorías y el tipo de consumidor.

Así lo ha explicado la vicepresidenta de Food Services para Europa de Circana, Edurne Uranga, en un encuentro organizado por la asociación Marcas de Restauración este martes en Barcelona. En primer lugar, esta analista ha explicado que, hasta abril del 2024, el consumidor nacional está visitando un 0,4% menos los restaurantes que el año anterior. El negativo no preocupa del todo a la experta (a la práctica, dice, es un porcentaje prácticamente plano), lo que sí lo hace es que el dato se enmarca en una gráfica de visitas y gasto que no cesa de ir a la baja.

“Hemos llegado a la estabilidad del tráfico, pero el consumidor gasta cada vez menos por tique: está intentando mantener las ocasiones de consumo, pero acelerando los ajustes que lleva haciendo los últimos meses”, ha radiografiado Uranga, quien ha advertido que una de las grandes complicaciones a la hora de llegar a conclusiones taxativas es que el consumidor se polariza. “Hay una parte de la población que dice que puede incrementar la frecuencia de visita a bares y restaurantes [el 24%, con datos de mayo, frente al 21% de hace un año], pero también se incrementa la parte de la población que dice que no puede mantenerla [el 22%, ahora, y el 19%, entonces]”, explica.

“Todo esto redunda en el -0,4% de visitas que estamos haciendo este año”, ha agregado la analista de Circana que tiene datos suficientes como para saber que las maniobras de ahorro tienen una clara víctima: el consumo entre horas. “Mantenemos comidas y cenas, pero estamos empezando a reducir cierta parte de las ocasiones de consumo ‘leissure’ [ocio]: aperitivos, fines de semana, desayunos, media tarde…”, apunta.

Restauración de marca, al alza

Esto ha beneficiado, en buena medida, al público al cual se dirigía Uranga, la restauración de marca. De nuevo según datos de Circana, la mitad del consumo que se hace en este tipo de cadenas suelen ser comidas principales, mientras que en los establecimientos independientes, el picoteo entre horas pesa más. En parte por eso, en un contexto de caída general, los negocios con marca ven crecer las visitas un 1,5% en comparación con el año anterior.

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El otro elemento que explica este crecimiento es la expansión en número de locales, aunque Uranga ha asegurado que no es una cuestión matemática. "La marca de restauración que más crece en tráfico no es la que más locales está abriendo", ha ejemplificado.

“La apertura de establecimientos es clave y necesaria, pero no es suficiente: el ‘Top 20’ de marcas están creciendo en torno a un 5% en visitas y el 70% de ese crecimiento viene de apertura de más establecimientos, pero el 30% viene de conseguir rotar más en cada establecimiento”, ha afirmado la misma. “Es clave la apertura, pero tenemos que entender qué es lo que hace al consumidor entrar más en cada uno de nuestros establecimientos”, ha añadido, antes de terminar su exposición con un augurio en positivo. “La mala noticia es que el consumidor ajusta gasto –ha reconocido–. La buena es que empezamos el verano con un consumidor optimista y que no cree que su economía personal vaya a ser afectada estos próximos meses”, ha concluido. Y, también, que vienen Eurocopa, Juegos Olímpicos y, en Barcelona en concreto, Copa América de Vela.