ANÁLISIS

Netflix y la sabia decisión de rectificar

La empresa ha asumido sus errores y ha logrado ofrecer a los inversores una estrategia para recuperar el crecimiento en el corto plazo con una visión de negocio a largo plazo

Series de Netflix.

Series de Netflix. / Europa Press

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Joaquín Robles

La plataforma de streaming norteamericana Netflix ha revolucionado el mercado del entretenimiento durante la última década, ofreciendo a sus clientes un contenido a la carta. Desde su salida a bolsa en 2002, llegó a revalorizarse más de un 1500%, lo que la llevó a codearse con las grandes compañías tecnológicas al ser incluida en el exclusivo grupo de las FAANG. Pero tras los máximos alcanzados a finales de 2021, sufrió un desplome superior al 75% ante la caída de suscriptores, el aumento de competencia y la dificultad para incrementar la rentabilidad

Durante los primeros años de una compañía tecnológica, los accionistas están dispuestos a asumir grandes pérdidas a cambio de una gran capacidad de crecimiento, pero cuando el negocio madura, empiezan a demandar resultados. En los primeros años, a los inversores sólo parecía importarles la evolución del número de suscriptores. Y esto funcionó hasta que empezó a perder usuarios, momento en el que los inversores se empezaron a hacer más preguntas. Netflix fue una de las grandes perjudicadas por las altas expectativas despertadas durante la pandemia, ya que cuando empezaron las restricciones, el número de suscriptores creció vertiginosamente. 

Pero tras la reapertura, muchos clientes empezaron a dar de baja sus suscripciones, momento que también coincidió con el cierre de sus servicios en Rusia por la invasión en Ucrania. El pánico se desató cuando después de perder más de 200.000 suscriptores en un trimestre, dijera que esperaba perder otros dos millones en el transcurso del año. Los inversores, que tan solo esperaban una desaceleración en el crecimiento, empezaron a sopesar otros riesgos como la proliferación de otras plataformas como Disney, Amazon Prime o HBO y la dificultad para seguir recaudando dinero para financiar la inversión en contenido para dar valor añadido a sus suscriptores.

Esta situación generó un cambio de paradigma, lo que obligó a la compañía a tomar decisiones. La clave ya no estaba en el crecimiento de los suscriptores, sino en la rentabilidad por suscriptor. Lo primero que hicieron fue una reducción de costes, lo que supuso una reducción de personal y una reubicación de sus sedes. Posteriormente se centró en explorar nuevas fórmulas para incrementar los ingresos, como la subida de tarifas, la persecución de las cuentas compartidas y la creación de una cuenta con anuncios. Todas estas medidas le han servido para recuperar el crecimiento de los suscriptores, mejorar su beneficio y, sobre todo, recuperar la confianza de los inversores.

No todas las compañías se atreven a tomar decisiones drásticas en momentos tan delicados, pero fue precisamente esa iniciativa la que premió el mercado. Ahora es fácil valorar el éxito de estas medidas, pero perseguir cuentas compartidas o lanzar cuentas de menor precio con publicidad podría haber supuesto una caída de los suscriptores y los ingresos. Netflix asumió sus errores y logró ofrecer a los inversores una estrategia para recuperar el crecimiento en el corto plazo con una visión de negocio a largo plazo. Los inversores siempre están buscando grandes recuperaciones y este es un claro ejemplo de ello.

Incremento del valor

Desde los mínimos del pasado 2022, las acciones de Netflix han subido cerca de un 300% y desde principios de año lo hacen cerca de un 30%. Para este año, los inversores esperan un fuerte crecimiento de los suscriptores, aunque desde la compañía rechazan ofrecer un pronóstico sobre el número de suscriptores, ahora están centrados en el crecimiento de los ingresos como métrica principal para la evaluación del crecimiento. Netflix ha superado los 260 millones de suscriptores, lo que la sitúa como líder del mercado en la industria de los servicios de streaming.

Aunque esta situación puede cambiar en cualquier momento, la competencia es cada vez más alta y es tan fácil suscribirse, cancelar los servicios. Por este motivo es tan importante la inversión en contenido, esto ha llevado a la compañía a buscar nuevas alternativas como los eventos en vivo. Recientemente anunció un acuerdo para retransmitir los combates de WWE durante los próximos 10 años. Aunque durante los últimos años había rechazado la emisión de eventos en directo, los acuerdos de Amazon Prime con la NFL, del Apple + con la MLB y la intención de Disney de integrar la ESPN en su plataforma Disney +, la han llevado a probar nuevas colaboraciones.

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Las acciones de Netflix se encuentran a tan solo un 15% de máximos históricos, y a pesar de las vertiginosas subidas, sigue teniendo potencial. El tipo de cuenta con anuncios ya acumula más de 20 millones de suscriptores y supone más del 30% de las nuevas altas. Los ingresos por anuncios compensan el precio más bajo de la suscripción y se espera que continúen creciendo. A diferencia de varios de sus competidores que se encuentran reduciendo su inversión en contenido para mejorar la rentabilidad, Netflix se ha comprometido a invertir hasta 17.000 millones de dólares en contenido de una manera más inteligente y responsable.

Mirando los números, se encuentra en una buena posición financiera, tiene una deuda de 14.000 millones, pero cuenta con más de 7.000 millones de efectivo. Para este año se espera un crecimiento de doble dígito en los ingresos y una generación de flujos de caja libre superior a los 6.000 millones. Aunque seguirá dependiendo del éxito de sus contenidos, todavía tiene potencial de crecimiento en otros mercados y siempre cuenta con la posibilidad de subir las tarifas a pesar de que haya suscriptores que no acepten precios más altos. Netflix parece haber vuelto a encontrar el equilibrio, pero tendrá que mantenerse alerta si no quiere despertar viejos fantasmas.