OPINIÓN

Educación para la democracia

La formación para lograr una ciudadanía democrática responsable debe contribuir decididamente a defender, fortalecer y profundizar el sistema participativo y deliberativo en la Unión Europea

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Archivo - Arquivo - Nenos, alumnos, escolares, educación, escola, centro escolar.

Archivo - Arquivo - Nenos, alumnos, escolares, educación, escola, centro escolar. / XUNTA DE GALICIA - Archivo

La humanidad se enfrenta actualmente a un gran desafío, la llamada crisis del antropoceno, y necesita encontrar soluciones para afrontar problemas complejos relacionados entre sí como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la erupción de pandemias y el aumento de la pobreza y las desigualdades sociales. Estas graves dificultades presentan un alto grado de daño potencial y requieren soluciones urgentes pero equitativas.

Las perspectivas futuras también están moldeadas por el rápido ritmo de la innovación digital y su creciente presencia en todas las esferas sociales, la crisis socioeconómica iniciada en 2008 y profundizada desde 2019 por la pandemia del covid, así como la guerra en Ucrania y sus impactos inciertos y amplios en todos los niveles -político, social y económico, incluida la posibilidad de conflicto nuclear y guerra global-. Este complejo escenario pone en riesgo creciente el modelo de democracia pluralista y liberal de la Unión Europea (UE), que se ha visto erosionado en las últimas dos décadas, como lo demuestra la aparición de movimientos no democráticos y de extrema derecha, el aumento de la desconfianza en las instituciones democráticas y la investigación científica, las creencias conspirativas y el desapego político. La pregunta ahora, para algunos grupos sociales, es si la democracia liberal es realmente el mejor modelo para afrontar los desafíos sociales actuales.

Frente a este escenario, la educación en general, y en particular la educación para una ciudadanía democrática responsable, debe contribuir decididamente a defender, fortalecer y profundizar la democracia liberal en la UE. La democracia liberal está en el núcleo de los valores y principios de la UE, que están alineados con los establecidos por la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

Identidad europea

El ODS 4 (garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos) establece que la educación debe promover estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía global y la apreciación de la diversidad cultural. De manera similar, los principios de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE (2012) y el Tratado de la Unión Europea (2016) se refieren al respeto por la dignidad humana, la libertad, la igualdad, la solidaridad, los derechos de los ciudadanos y la justicia. Estos valores y principios forman el núcleo de la identidad europea.

La Comisión Europea se compromete a promover la democracia participativa y deliberativa, basándose en el nuevo Consenso Europeo sobre Desarrollo (2017), el Pacto Verde Europeo (2019) e iniciativas ciudadanas relacionadas como el Pacto Europeo por el Clima. La democracia liberal es el eje del modelo europeo de sostenibilidad ambiental y social y una condición previa para una transición justa hacia el desarrollo sostenible.

Así pues, la democracia es el único modelo político que debe aprenderse, ya que los ciudadanos son los principales agentes de cambio para consolidar, reforzar y mejorar las democracias liberales. Una educación para una ciudadanía democrática responsable no solo se refiere al conocimiento de las reglas formales de los sistemas políticos democráticos. Más bien, requiere adoptar un enfoque holístico y humanista, basado en los valores fundamentales de la democracia y la centralidad de la agencia ciudadana. Se necesita un diseño bien elaborado y sólido para apoyar, ya desde la infancia y durante todo el proceso vital, el desarrollo de los ciudadanos como agentes democráticos que puedan actuar de manera significativa y constructiva y con integridad, a pesar de las turbulencias.

Por eso, la educación para la democracia se centra en las competencias (que abarcan conocimientos, habilidades y actitudes) para construir una ciudadanía democrática responsable. Activar de forma decidida esta educación para la democracia es una estrategia clave para impulsar y reforzar una democracia sostenible en la UE. Con este objeto, la Comisión Europea ha impulsado en los últimos años diferentes iniciativas. Es el caso, por ejemplo, del proyecto Democrat, en el que participan diferentes universidades de referencia, entre ellas la Universidad de Barcelona. El objetivo es fortalecer la democracia liberal en la UE apoyando su integración y sostenibilidad a través del rediseño participativo y la implementación de currículos innovadores y sensibles al contexto de una educación para la ciudadanía democrática responsable y métodos de aprendizaje en la escuela obligatoria, incluyendo el aprendizaje formal e informal, así como la formación para maestros y educadores sociales. 

Marco de competencias

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La idea es desarrollar un marco de competencias multidisciplinares en la UE, como base para establecer planes de estudios para el aprendizaje permanente, para desarrollar y evaluar conocimientos, habilidades y actitudes para una ciudadanía democrática activa y responsable, manteniendo a la vez apertura y flexibilidad para una implementación sensible al contexto en diferentes sistemas educativos formales nacionales y entornos de aprendizaje informal. El proyecto testea planes de estudio y enfoques pedagógicos a través de una serie de proyectos de aprendizaje innovadores locales, reales y abiertos, y propone un conjunto de herramientas para mejorar la educación para la democracia en los estados miembros de la UE y más allá.

En un momento crucial para la UE, debemos no solo fortalecer los cimientos de la democracia liberal en Europa, sino también preparar a las generaciones futuras para afrontar los desafíos complejos del siglo XXI. Al unir fuerzas con diversos actores y al impulsar la innovación en la enseñanza y el aprendizaje, trazaremos un camino hacia un futuro más inclusivo, sostenible y democrático para todos los ciudadanos europeos.