OPINIÓN

Abrazar el turismo con una visión social

El turismo requiere de acciones urgentes, tanto desde las administraciones como desde de las empresas, que den respuesta efectiva a unos desafíos crecientes que, si no se abordan con propiedad y celeridad, pueden suponer un deterioro gradual de este nuestro privilegiado motor económico

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Turistas pasean por las calles de Málaga, la ciudad andaluza con más viviendas turísticas.

Turistas pasean por las calles de Málaga, la ciudad andaluza con más viviendas turísticas. / Europa Press

Al tiempo que las luces navideñas alumbran múltiples ciudades, convirtiéndolas en atractivos destinos turísticos, se encienden unas primeras señales de alerta que avisan de un potencial retraimiento del consumo privado y su consecuente impacto sobre las contrataciones. Recientes informes señalan que en esta campaña navideña se cerrarán un 3,5% menos de contratos que en igual período del año anterior. Pero con una excepción: el empleo en el sector turismo, que va a experimentar un crecimiento por encima del 10%, especialmente en la hostelería, pero también en el resto del sector.  

Una vez más, el turismo se revela como la palanca clave para el impulso de la economía y el empleo nacional. A falta de datos de actividad de este último trimestre, cuya tendencia está siendo también altamente positiva, la estimación de EXCELTUR en Octubre era que el turismo cerraría el año aportando más de 180 mil millones de euros a la economía. Ello representaría prácticamente y en términos de PIB una contribución alrededor del 20% del total de crecimiento de la economía española durante 2023.

Sin embargo, las luces multicolores de este final de año no deben opacar las sombras que acechan a nuestro sector. El turismo requiere de acciones urgentes, tanto desde las administraciones como desde de las empresas, que den respuesta efectiva a unos desafíos crecientes que, si no se abordan con propiedad y celeridad, pueden suponer un deterioro gradual de este nuestro privilegiado motor económico.

El reciente cambio de gobierno con el nombramiento de un nuevo ministro de Industria, Turismo y Comercio no debería provocar una demora en la toma de decisiones que afectan al sector. Asuntos como la regulación del alquiler de pisos turísticos, ya replanteada parcialmente desde la UE y que deberá ser objeto de adaptación en cada país miembro, o la aportación de fondos NEXT GEN para la mejora del sector, como han solicitado los empresarios turísticos, habrían de figurar en el capítulo de prioridades en la agenda del nuevo titular del ministerio. Y tan importante como estas actuaciones es impulsar desde el ministerio una nueva gobernanza y profunda reestructuración en la gestión público -privada de sus entidades vinculadas (TURESPAÑA, SEGITTUR), así como una acción mejor coordinada con sus homólogos de Economía, Hacienda y Trabajo, entre otros, para, junto con las empresas del sector, adecuar múltiples normativas a las singularidades y exigencias competitivas del sector.

Pero más allá de cualquier aspiración para la mejora competitiva del conjunto de la cadena de valor del turismo, se encuentra una obligada reflexión sobre la manera de abordar y garantizar la adaptación del sector a la más relevante hoy de sus exigencias: reconciliar y recuperar la mayor empatía de la ciudadanía con el turismo, haciéndola sentir parte del éxito que le beneficia y no un mero espectador que “soporta” algunos excesos puntuales, atribuibles a la masificación, deterioro del entorno o gentrificación. 

En estas fechas navideñas, miles de turistas nacionales e internacionales volverán a poner a prueba la actitud de los residentes de las zonas de mayor concentración turística, como ya ocurriera en diversos destinos durante el período estival, con la consecuencia de un creciente desapego e incluso intolerancia hacia el turismo.

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Por ello, empresas individuales, asociaciones sectoriales y administraciones públicas en sus tres niveles, debemos promover acciones conjuntas, desde una visión de Estado, para promover las mejores prácticas e impulsar decididamente la visión más social del turismo. Una nueva visión que priorice y ponga al residente en el centro de atención de las nuevas políticas turísticas, favoreciendo sus expectativas de empleo, progreso y bienestar, respetando la convivencia y el cuidado por los espacios públicos de disfrute común y preservando las identidades propias de los destinos. Sólo así se abrazará al turismo con el mayor resplandor y se difuminarán los riesgos que hoy lo ensombrecen.

No ser conscientes y no buscar formas constructivas para ello abriría un camino que pondría en riesgo la viabilidad futura del sector por falta de la calidez y capacidad de acogida ciudadana hacia el turista: un gran atributo turístico de España. De todo ello y para mejorar la ordenación y gobernanza público-privada que resulta imprescindible, tratará el XII Foro de Liderazgo Turístico de EXCELTUR, que la víspera de FITUR 2024 congregará un notable elenco de Autoridades al máximo nivel del Gobierno, CCAA y Ayuntamientos, junto a múltiples lideres empresariales nacionales y extranjeros.