Círculos Concéntricos

Las gasolineras compiten entre el 'low cost' y la fidelidad

La compra de Ballenoil por parte de Cepsa ha puesto en el foco la transformación de un negocio que compite por el último céntimo de euro

Estación de servicio de la red de Ballenoil.

Estación de servicio de la red de Ballenoil. / Ballenoil

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Diez años y la liberalización del mercado han sido suficientes para darle la vuelta al sector de las estaciones de servicio de combustibles para vehículos. Múltiples nuevos entrantes, desde cadenas de supermercados hasta pequeñas gasolineras de propiedad familiar que han creado su propia marca, han revolucionado un sector que vive atento a la fluctuación de los precios del petróleo y de la negociación con los intermediarios que distribuyen la gasolina y el gasoil. Las estaciones de los incumbentes, liderados por los cinco grandes (Repsol, Cepsa, BP, Disa/Shell y Galp) contra las gasolineras low cost. La compra por parte de Cepsa de las 220 estaciones de servicio de bajo coste Ballenoil, antigua Ballena Azul, ha abierto un nuevo escenario. En el sector no dudan de que otras operaciones similares se están poniendo en marcha.

La Asociación Española de Operadores Petrolíferos (AOP) calculó que a finales de 2022 había 12.084 gasolineras en España, un 16% más que en 2012, que sumaban 10.424. El peso de las empresas asociadas a la AOP en el conjunto del mercado, entre las que se encuentran algunas de las grandes, ha caído del 62% al 55%. "En estos años el sector se ha dualizado, generando una mayor diversidad de opciones de compra al cliente", explica José Barreiros, director ejecutivo de movilidad de Repsol.

El líder español en estaciones de servicio no ha querido ni estudia entrar en el sector low cost. Su estrategia pasa, explica Barreiros, por "diferenciarse, fidelizar al cliente generando acuerdos con otras empresas asociadas y crear valor ofreciendo un producto multiservicio y multienergía". Para Cepsa, propiedad del fondo soberano Mubadala de Abu Dhabi, la entrada en Ballenoil forma parte de la estrategia para diversificar la oferta de venta de combustible. "Nuestro objetivo es consolidar Ballenoil como marca destacada del modelo low cost", decía en un comunicado el director de movilidad de Cepsa, Pîerre-Yves Sachet. 

Desde la OCU se considera gasolinera de bajo coste aquella que ofrece en que el precio es entre 10 y 20 céntimos inferior al de la gasolinera tradicional. ¿A qué se deben estos precios más bajos? Desde la Aesae (Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas), que calcula que la media es once céntimos más baratos, se dan distintas circunstancias: ubicación de la gasolinera en zonas más baratas -especialmente polígonos en las afueras de las ciudades- y menores costes de estructura ya que no suele haber tienda ni personal.

Nuevas estaciones

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Luis Nieves es propietario junto a su hermano José del grupo energético Nieves, que cuenta con 25 estaciones propias en España, con la previsión de abrir más. Otras cien estaciones permiten el uso de su tarjeta de carburante, a las que hay que agregar 1.600 en el resto de Europa que lo permiten. Nieves también preside otra de las asociaciones que representa al sector, la UPI (Operadores Independientes del Sector Energético), en cuya web cita el "fraude" que ejercen algunos intermediarios mayoristas al vender combustible a estaciones de servicio. María Ortiz, secretaria general de la UPI (entre los asociados están Disa/Shell, Dyneff y Meroil, además de Nives), señala que el fraude no es en calidad del producto, sino en el incumplimiento de las obligaciones legales, desde fiscales a medioambientales. Cifra entre el 20 y el 25% el consumo de consumible que está subvencionado por el fraude. "Este es un mercado muy desordenado que genera muchas distorsiones", afirma Ortiz.

¿Se ha tocado techo con algo más de 12.000 estaciones? En el sector consideran que la concentración será inevitable. Sólo hay un límite: la autoridad que defiende la competencia estima que una marca no puede controlar más del 30% de una provincia. La transformación energética obligará a transformar la oferta del servicio. Y, en esto, coinciden tanto en Cepsa como en Repsol. "Las estaciones no solo ofrecerán gasolina y diésel, sino que irán aumentando la oferta energética (de recarga eléctrica a biocombustible", explica Barreiro.La batalla por adaptarse solo acaba de empezar.