Círculos concéntricos

Telefónica: en nombre de la seguridad nacional

La entrada de la SEPI en Epicom y el aumento de su participación en Indra anticiparon un cambio en la participación del Estado en las empresas. 

Archivo - Exterior de la sede de Telefónica

Archivo - Exterior de la sede de Telefónica / Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

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El pasado 22 de septiembre, la Sociedad Española de Participaciones Industriales (Sepi) anunciaba su última operación. Cedía el 60% de su su opción de compra de Epicom a dos empresas: Indra y Grupo Oesía. Cada una de estas dos compañías se quedaban con el 30% de Epicom, considerada de interés estratégico para la seguridad nacional. La Sepi ya tenía bajo su control el 40% de Epicom desde el 5 de marzo de 2021. El valor de la operación: 5,3 millones de euros. ¿Su significado? Muy superior.

Hasta la entrada de la Sepi, Epicom era filial al cien por cien del grupo industrial Duro Felguera (DF), que estaba imerso en una dura crisis financiera agravada por la pandemia. En 2020 había perdido 172 millones de euros y el Estado había salido a su rescate con la aportación de 80 millones en préstamo. La empresa asturiana inició un proceso de reestructuración que ha incluido una ampliación de capital de 90 millones coprometidos -aún queda aportar dos terceras partes- por dos grupos mexicanos: Prodi y Mota Engil. La entrada de estas dos empresas obligó a DFa vender Epicom. Creada hace treinta años, esta compañía está especializada en dispositivos criptográficos -cifrado de información- destinados a la industria de Defensa y administraciones públicas.

Como presidente de la nueva Epicom, Sepi nombró a Donato Martínez, que ocupaba el cargo de Chief Technology Officer de Navantia, la empresa de construcción de buques de guerra y sistemas de defensa propiedad al 100% del Estado. Para Indra, participada en un 28% por la Sepi, entrar en Epicom era una pata más para ir consolidando el sector de defensa en España. Como compañero de viaje, el grupo Oesía -244 millones en ventas, 19, 6 millones en Ebitda y 3.300 empleados- es de capital privado español, donde más del 90% pertenece a un solo accionista, Luis Furnells. Con su entrada en Epicom a través de su filial Cipherbit, Oesía ya controla un 65% del mercado español de comunicaciones cifradas. 

Antes de la operación de Epicom, la Sepi solo había movido sus tentáculos en Indra, donde en junio amplió su particupación al comprar el 3,21% que aún tenía la Corporación Financiera Alba, perteneciente a Grupo March, y que compró por 11 euros. La empresa de defensa presidida por Marc Murtra vale hoy en Bolsa 2.300 millones, con lo que la participación de Sepi son 645 millones.

Participaciones en empresas públicas

Indra, junto a sus participaciones en Redeia, Enagás, IAG y Airbus, son las más señaladas que tiene la Sepi en Bolsa. ¿Quiere más? La comunicación de la Sepi a la CNMV de que "está llevando a cabo un análisis exploratorio interno relativo a una eventual adquisición de una participación accionarial" en Telefónica tras el anuncio de la entrada de la compañía saudí STC, con opción de comprar el 9,9%, abrió la caja de los recuerdos. De cuando la Sepi era el Instituto Nacional de Industria (INI)y Telefónica su empresa más valiosa, primera española en facturación. Hoy, un 5% de Telefónica está valorado en 1.050 millones. La participación de BBVA y grupo Caixa suma un 10,86%. 

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La gobernanza de la Sepi no se asemeja a ningún otro holding empresarial ni fondo soberano. Depende del ministerio de Hacienda y su presidenta, María Gualda, fue colocada por la ministra María Jesús Montero, con quien había trabajado en distintas consejerías en la Junta de Andalucía. El vicepresidente, Bartolomé Lora, se incorporó al grupo en 1990 cuando aún era el INI y ha hecho toda la carrera en esta sociedad. Hay trece consejeros, todos funcionarios del Estado (secretarios, subsecretarios y directores generales). Según el volumen de la operación, debe ser siempre autorizada por el consejo de Ministros.

El debate sobre el futuro de la Sepi, su actividad y gobernanza estará encima de la mesa del próximo Gobierno. La justificación: defender las empresas consideradas de seguridad nacional para evitar la entrada de accionistas que no sean de la Unión Europea. Epicom ha sido un primer ejemplo, empezar a concentrar alrededor de Indra el negocio de defensa, ya sea con la selección de los accionistas o con compra total o parcial de compañías, ha sido el segundo. "Reconocemos de Indra la capacidad tractora en el negocio de defensa", reiteran fuentes del sector. La puerta, abierta.