CRIPTODIVISAS

Un año del ‘criptoinvierno’: “Invertí 10.000 euros, llegué a ganar 25.000 y hoy solo tengo 3.000”

En noviembre se cumple un año de la quiebra de FTX, una de las mayores plataformas de ‘exchange’ del mundo

El bitcoin se desplomó un 64% de su valor en 2022 y aún está a un 52% de sus máximos históricos

"El 99% de las criptomonedas es una estafa": del dinero fácil al pánico (y la regulación)

Sam Bankman-Fried, fundador de FTX y uno de los protagonistas del hundimiento del bitcoin en 2022.

Sam Bankman-Fried, fundador de FTX y uno de los protagonistas del hundimiento del bitcoin en 2022.

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Cuando supo que el famoso bróker Josef Ajram daría una conferencia en Valencia, Ángel (nombre ficticio para preservar su identidad) se apuntó sin pensarlo con un compañero de universidad. Era abril de 2014 y las criptomonedas aún no eran conocidas en España. Allí aprovecharon para preguntarle si el bitcoin era una buena inversión. “Hay que ver cómo evoluciona este mercado porque aún es muy incipiente”, contestó el inversor catalán. Y siguieron el consejo a pies juntillas hasta enero de 2021, cuando se lanzaron a invertir por primera vez en su vida.

La pandemia catapultó a las criptodivisas en 2020 y vivió un auténtico frenesí alcista en 2021 con máximo histórico incluido en noviembre en los 66.000 dólares por bitcoin. En ese momento, empezó a circular mucha información y publicidad en redes sociales sobre las criptodivisas. Millones de jóvenes entraron en este mercado atraídos por la alta rentabilidad. Pero en 2022 llegó el fiasco: los bancos centrales movieron ficha contra la inflación, empezaron a subir los tipos de interés y dejaron sin liquidez a las criptodivisas por la espantada de los inversores que depositaban su dinero en activos de riesgo. Las caídas llegaron aliñadas con la bancarrota de FTX, que derrumbó al bitcoin un 25% entre el 5 y el 9 de noviembre. “Empecé haciendo compras pequeñas hasta llegar a invertir unos 5.000 euros, conseguí retornos de unos 1.000 euros y ahora tengo unos 3.000 euros”, lamenta.

Muchos de los jóvenes que confiaron en las criptomonedas desconocían qué era la Bolsa, pero el boca a boca les animó a invertir parte de sus ahorros. Al fin y al cabo, ¿qué podría salir mal si todos conseguían duplicar la cantidad inicial? Eso pensaba María hace dos años. Su amigo quería aprovechar la fuerte escalada del bitcoin, cuya cotización rondaba los 56.000 dólares, mediante la inversión de 25.000 euros. Otros conocidos habían ganado así dinero, así que él replicaría el movimiento a lo grande. Al final, María no lo vio claro y prefirió mantener sus ahorros en la cuenta corriente, pero su amigo perdió todo el dinero. Él utilizó los últimos resquicios de esperanza que le quedaban para invertir un poco más, por si volvía a subir. También lo perdió. “Quién lo iba a pensar si veías las estadísticas y el precio del bitcoin subía”, recuerda María.

Esa es la trampa que convenció a tantos menores de 35 años a invertir parte de su dinero en el bitcoin y otras criptomonedas. El año 2021 fue el mejor de toda la historia para las criptodivisas gracias a los bajos tipos de interés y a los estímulos monetarios de los bancos centrales tras el Covid-19. Desde la firma de inversión estadounidense WisdomTree explican que “la cotización del bitcoin está muy correlacionada con el tensionamiento o relajación de las condiciones financieras: cuando la Reserva Federal inundó el mercado con liquidez, el bitcoin se comportó bien, y cuando lo tensionó, hizo lo contrario”. El bitcoin también está estrechamente relacionado con el comportamiento del índice tecnológico Nasdaq y de las grandes tecnológicas de Wall Street. “Su volatilidad lo hace además poco atractivo como medio de pago y como reserva de valor”, añaden desde WisdomTree.

Desde entonces, las monedas digitales han vivido unos cuantos sustos. En marzo de 2022 comenzó un declive que se profundizó el 12 de mayo con la desaparición repentina de las criptomonedas Terra y Luna. A estos descalabros se sumó la quiebra de FTX a comienzos de noviembre del mismo año. El bitcoin cerró el 2022 con un 64% menos de su valor registrado 12 meses antes, por debajo de los 17.000 dólares. Este 2023, la calma parece que ha vuelto al mercado de las criptodivisas tras las quiebras de Silicon Valley Bank y Signature Bank, aunque sin tanta euforia como en 2021, pero con subidas del 73%. Una cifra que supera de lejos al índice tecnológico estadounidense Nasdaq, que acumula en el año un 28%, o a la rentabilidad del Ibex 35 que se anota con un 12%. Eso sí, no se confíen: la volatilidad de estos activos no descarta un nuevo ‘criptoinvierno’ en los próximos días. Pese a sus alzas, aún está a un 52% de sus máximos históricos.

Los jóvenes, entusiastas de las ‘cripto’

La idea del “milagro de las criptomonedas” se extendió como la pólvora entre miles de jóvenes que desconocían los principios básicos de invertir en Bolsa. “En 2017 y durante el 2018, hubo un efecto reclamo de ganar mucho invirtiendo poco”, relata Víctor Ronco, experto en monedas digitales, “es el mayor reclamo para quienes no tienen muchos conocimientos de educación financiera”. Es el caso de Fernando (nombre ficticio para preservar su anonimato). “Pensaba que era rentable”, lamenta este inversor que perdió 3.600 euros hace dos años. Fue decisión suya, se informó por su cuenta y no fue suficiente.

Y pese a las pérdidas, el efecto se ha prolongado hasta hoy: según el último estudio Retail Investor Bear elaborado por eToro, el 51% de los españoles entre 18 y 34 años está invertido en criptoactivos y el 23% ve probable un aumento de sus inversiones en los próximos tres meses. “No hay ninguna otra clase de activo que acapare un porcentaje tan alto de respuestas positivas, ya que en segundo lugar quedan a mucha distancia las divisas (15%) y las inversiones tradicionales como las cuentas de ahorro, renta variable nacional y bonos españoles, todas ellas con un 10%”, desgrana Tali Salomon, directora regional de eToro para Iberia y América Latina.

Covid-19: inicio de la fiebre inversora

El ‘boom’ de la inversión llegó en 2020: “Había muchos jóvenes encerrados en casa que podían ahorrar, se suspendieron las apuestas deportivas y las condiciones macroeconómicas eran buenas, con tipos muy bajos”, explica Ronco. Al mismo tiempo, las plataformas de ‘exchange’ de criptomonedas iniciaron una campaña agresiva de publicidad en las televisiones, en las marquesinas de los autobuses y también en las redes sociales, donde captaban el interés de más jóvenes. “La gente joven es mucho más influenciable a las emociones y a las redes sociales. Un jubilado no cae en trampas de ganar dinero rápido”, describe Ronco.

También llegó un momento en el que la inversión en criptomonedas se entremezcló con el entretenimiento para captar a los jóvenes. Carlos (nombre inventado) llegó en el verano de 2021 a Axie Infinity, un videojuego que funcionaba a través de una red blockchain, una base de datos descentralizada, y en la que se utilizan como divisas del propio juego las cripto AXS y SLP basadas en ethereum, la segunda mayor moneda digital. El juego es similar a Pokémon: los jugadores deben criar y entrenar a animales virtuales llamados Axies para hacer frente a las batallas, cuyo valor en el juego fluctúa, sobre todo, en función del mercado de los criptoactivos, de la destreza del jugador y de los genes del animal digital. 

Cuando empezó a jugar, los Axies tenían un valor medio de 1.000 dólares al cambio y sus ‘hijos’ se vendían a otros jugadores por 400 dólares. Ahora se venden por cinco dólares. “Empecé con una inversión de 10.000 euros, llegué a unos 25.000 euros y hoy tengo alrededor de 3.000 euros”, relata. “En el mundo ‘gamer’ se vivió una auténtica locura, videojuegos que se basaban en darle a un botón y en el que su economía no era sostenible porque se basaba en que cada vez hubiera más participantes que invirtieran en la criptodivisa vinculada al juego. “Algunos eran una estafa”, lamenta.

Sin publicidad pero con formación

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A raíz de las pérdidas en Bolsa, en algunos casos millonarias, y a los múltiples fraudes operados con criptomonedas, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dio luz verde en 2022 a una regulación sobre las campañas publicitarias masivas de criptoactivos. Justo antes del fin de FTX, la CNMV también advirtió a los ‘influencers’ por difundir recomendaciones de inversión sin cumplir la normativa. Desde entonces, los anuncios que bombardeaban cada esquina de las ciudades se esfumaron, los ‘influencers’ ya no dedican tiempo a las criptomonedas y la publicidad en redes sociales es señalada por el regulador.

¿Y los inversores? Tal y como ha ocurrido con otras burbujas generadas en los mercados, muy pocos jóvenes han aprendido de su mala inversión. Ronco especifica que si bien en 2022 no se optó por mejorar los conocimientos sobre la Bolsa, la formación ha mejorado en 2023. Uno de esos nuevos estudiantes fue Carlos: “A base de leer e invertir he aprendido un poco el funcionamiento de las criptodivisas, aunque si lo hubiera sabido hubiera vendido antes”, sentencia.