GOBIERNO CORPORATIVO

Los consejos de administración buscan altos directivos

Las personas que destaquen por su experiencia en procesos de transformación, especialmente corporativos y en los ámbitos digitales y tecnológico, también tendrán más posibilidades de ser consejero de una empresa

La CNMV critica por insuficiente la presencia de mujeres en la alta dirección y los puestos ejecutivos del Ibex.

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Alto directivo o antiguo primer ejecutivo de una empresa, con experiencia en procesos de transformación, especialmente corporativos y en los ámbitos digital y tecnológico. Así es el candidato preferido de las empresas para ocupar un puesto dentro de su consejo de administración en España, según el estudio 'Gestión de transición de directivo a consejero', elaborado por Centro de Gobierno Corporativo de Esade. Y los mejores facilitadores de este proceso de transición son, como en puestos parecidos de relevancia, contar con una buena red de contactos personales y gestionarla correctamente, la construcción de un buen relato de su experiencia profesional y la adquisición de conocimientos clave del consejo. Otros aceleradores son el desarrollo de relaciones para conseguir la prescripción de los miembros influyentes del consejo y el aprendizaje de nuevos estándares en gobierno corporativo.

De todas las trayectorias profesionales, haber pertenecido a equipos de alta dirección es lo más premiado (19%) seguido de contar con la experiencia en procesos de transformación empresarial (18,4%) y haber sido primer ejecutivo (17,9%). Según el informe de Esade, la recomendación de inversores y accionistas priman a la hora de nombrar un nuevo consejero (32,2%) seguido de miembros y presidente del consejo (29,5%) y del consejero delegado o la alta dirección de la empresa (18%). Si nos centramos en la paridad de los consejos, cada vez es más importante la labor de firmas de 'executive search' para ascender a directivas (21,4%) y en el de los ejecutivos que entran en su primer consejo (12,3%). El estudio también destaca que la edad de acceso al primer consejo está descendiendo: más de un tercio de los nuevos consejeros no superan los 50 años y solo el 7% es mayor de 60.

“La transición de directivo a consejero es una oportunidad para seguir aportando valor al éxito de una empresa, pero también exige asumir nuevos retos de desarrollo personal tanto en conocimientos como en habilidades que faciliten su consolidación en el nuevo rol, así como cambios de enfoque respecto al ejercicio de las responsabilidades que asumirá como consejero”, declara Mario Lara, director del Centro de Gobierno Corporativo de Esade y coautor del informe. Por esta razón, los conocimientos ligados a estrategia, al propio sector o industria de la compañía o la gestión de riesgos son las áreas de conocimiento más valoradas por las firmas españolas. En cambio, la gestión de personas aún no son prioritarios, algo que, según los autores del informe, pone de manifiesto la poca importancia que todavía se le concede a la gestión del talento.

La integridad y la confianza hacia los accionistas y grupos de interés son habilidades y competencias buscadas por las empresas para incluirlas en sus consejos de administración, así como la contribución con criterio al consejo y al equipo ejecutivo para tomar decisiones y emprender acciones complejas. Asimismo, se valora con creces contar con una opinión informada y una visión panorámica sobre la empresa, el negocio, los mercados y su entorno en escenarios difíciles. Esta es la razón por la que el rol de ejecutivo y consejero son claramente diferentes: "Como directivo, puede haber estado más centrado en la gestión diaria de la empresa, mientras que, como consejero, su rol es más estratégico y orientado a largo plazo”, esgrime Antonio Núñez, senior partner de Parangon Partners y coautor del estudio.

Factores externos

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Existen factores externos que pueden facilitar u obstaculizar la transición de directivo a consejero. Dentro de los parámetros positivos, que la persona sea introducida por su empresa como consejero en alguna filial o participada contribuirá a su candidatura, así como que la firma referencie al candidato para otros consejos directamente o a través de cazatalentos u otros actores, o le introduzca como patrono de alguna fundación o junta directiva de asociación en su representación. “La transición de directivo a consejero se debe valorar como un reto multidimensional, en el que los componentes de experiencia previa, facilitadores, competencias, habilidades y recursos intangibles son clave para configurar una adecuada transición”, resume Néstor U. Salcedo, investigador del Centro de Gobierno Corporativo de Esade y coautor del informe.

Sin embargo, algunos factores pueden perjudicar al posible nuevo miembro del consejo de administración. Por ejemplo, la incompatibilidad con los valores, propósitos e intereses entre el ejecutivo y la empresa (28,5%), y con la visión y los objetivos estratégicos de los accionistas principales de la compañía (13,4%), o el riesgo reputacional ante 'stakeholders' relevantes, la sociedad o el entorno (10,8%).