Fuentes renovables

Isigenere: energía solar que nace en el agua

La firma alicantina Isigenere suma medio centenar de plantas fotovoltaicas en balsas de riego y embalses hidroeléctricos en 12 países

La instalación que Isigenere ha realizado para la hidroeléctrica de Urra, en Colombia

La instalación que Isigenere ha realizado para la hidroeléctrica de Urra, en Colombia / 'activos'

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¿Y si en lugar de competir por los terrenos con la agricultura y la ganadería se aprovechara la superficie de embalses y pantanos para generar la energía solar que tanto demanda la transición ecológica? Esa es la propuesta con la que trabaja desde hace más de 15 años la compañía alicantina Isigenere, una de las pioneras en el desarrollo de instalaciones fotovoltaicas flotantes, que ya acumula más de medio centenar de proyectos en una docena de países.

Una idea que, en realidad, nació ante la necesidad de los agricultores del interior de Alicante de frenar la evaporación en las balsas de riego y proteger un bien tan preciado en la zona como es el agua. Fue entonces cuando los miembros del equipo fundador -Emilio Pons, Miguel Redón y Juan Carlos Hernández- empezaron a desarrollar una cubierta flotante, que más tarde pensaron que podían aprovechar para la instalación de placas solares y reducir los costes de bombeo de los sistemas de riego.

Travesía del desierto

Así fue cómo en 2009 inauguraron en el municipio alicantino de Agost la que se considera como la segunda instalación fotovoltaica flotante del mundo, tras la que puso en marcha una firma norteamericana en el valle de Napa, en California. Pero a pesar de ese primer éxito, la crisis derivada del estallido de la burbuja inmobiliaria y el freno a las primas de las renovables en España llevaron a la compañía a pasar por su particular travesía del desierto, hasta que, primero, el accidente nuclear de Fukushima (Japón) y, luego, la emergencia climática hicieron resurgir el interés por las renovables.

Los fundadores de la compañía se dieron cuenta de la necesidad de hacer escalable el negocio, que hasta entonces habían centrado en pequeñas instalaciones, y buscaron nuevos socios. Fue entonces cuando se incorporó el actual CEO, Andrés Franco, un ejecutivo e inversor que había desarrollado buena parte de su carrera en el grupo Santander y que buscaba nuevos retos.

Desde entonces, Isigenere ya ha participado en más de medio centenar de iniciativas, que suman una potencia conjunta de más de 40 megavatios, según explica el directivo. Unos trabajos que abarcan hasta una docena de países, entre otros, Portugal, Alemania, Polonia, Países Bajos, Israel, Kenia, Chile y Colombia. 

Más allá de las placas solares, que compran en el mercado, la clave del negocio está en el sistema de estructuras flotantes y anclajes que han desarrollado bajo el nombre de Isifloating y que son las que deben permitir que el conjunto se adapte a las subidas y bajadas del nivel del agua, el oleaje y las corrientes. Unas estructuras que fabrican con polímeros de alta resistencia 100% reciclables en el municipio de Castalla, muy cerca de donde tienen su sede, en Beneixama. 

La compañía ha desarrollado el proyecto de la portuguesa EDP en el mayor embalse de Europa Occidental

Además de los embalses de riego -segmento en el que se ha multiplicado la demanda con el aumento del coste de la electricidad-, la firma también ha desarrollado proyectos para la industria. Por ejemplo, el que han instalado en una de las balsas que la cementera alemana Heidelberg tiene en una de sus canteras. Asimismo, participa en el que se ha adjudicado Ferrovial para construir una planta flotante en Torrelaguna (Madrid ) para el Canal de Isabel II. Pero, sin duda, una de las vías de crecimiento más importantes pasa por el desarrollo de trabajos de energía solar flotante en embalses hidroeléctricos, lo que supone un auténtico paso de gigante para esta tecnología. Como recuerda Franco, la mayoría de estas presas no utilizan toda su capacidad de conexión a la red y, además, su producción fluctúa en función de la disponibilidad de agua y otra serie de factores. Las instalaciones solares flotantes permiten complementarlas, aprovechando esa capacidad de conexión existente y con una producción más regular. 

El próximo paso, ¿el mar?

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En este segmento, Isigenere puso en marcha el año pasado la que supone la mayor planta flotante en un embalse en Europa, la que construyó para la portuguesa EDP en Alqueva, con una potencia de cinco megavatios. Además, la compañía también ha construido otra instalación similar en Urra, Colombia. Así, según el ejecutivo, únicamente utilizando entre el 3% y 5% de la superficie de agua de los embalses existentes se podría duplicar la producción eléctrica de los mismos.

El próximo paso es trasladar su tecnología al mar, aunque el CEO de la firma deja claro que sus plataformas no son aptas para el oleaje que se produce en aguas abiertas. Sin embargo, sí apunta que están desarrollando un proyecto que podría instalarse en una bahía de una isla del pacífico.