MEDIOAMBIENTE

El poco cristalino negocio del agua embotellada: escasa información y uso masivo de plástico

España es el cuarto productor de aguas minerales de la Unión Europea y su consumo se ha triplicado en las últimas dos décadas

El sector facturó 1.274 millones de euros en 2022, la mayor parte proveniente de Calidad Pascual, Danone, Vichy Catalán, San Benedetto y Nestlé

Botellas de agua de plástico.

Botellas de agua de plástico.

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En los supermercados llenan hileras enteras con variantes de agua mineral y en las televisiones sus botellas inundan la publicidad de cualquier cadena. Son patrocinadores de eventos y están presentes en reuniones, comidas y en las mochilas de los turistas. Y sin embargo, su actividad es bastante desconocida. El sector del agua embotellada aboga por ser “transparente como el agua mineral”, pero no todo es tan cristalino como parece. No es fácil encontrar informes financieros actualizados de las empresas que concentran la mayor parte de las marcas españolas y tampoco las cifras de volúmenes de agua que se extraen de los manantiales. El uso masivo del plástico y la explotación de las aguas subterráneas, especialmente en un momento donde la sequía afecta a gran parte del territorio, reduce al máximo la transparencia de las empresas del sector por temor a las reacciones medioambientales.

Empecemos por lo que sí se conoce. España es el cuarto productor de aguas minerales de la Unión Europea (UE) y el sector ha facturado 1.274 millones de euros en 2022, una cantidad que representa solo el 11% del conjunto del sector de bebidas en nuestro país. El volumen de producción se situó en 6.300 millones de litros en el último año, un 5% más que en 2021, aunque todavía lejos del récord conseguido en 2018 (8.200 millones). Su consumo se triplicó en las dos últimas décadas: tan solo en 2022, la demanda creció un 10,8%, según datos del Ministerio de Consumo. Aunque cada vez hay más marcas de agua envasada a la venta, la mayor parte pertenecen a las mismas empresas. Calidad Pascual, líder en España, es dueña de Bezoya, Pedras y Agua Lunares, mientras que Danone controla Lanjarón Evian, Font Vella y Fonter. Vichy Catalán, por su parte, aglutina a 12 marcas bajo su paraguas y Grupo Mahou-San Miguel vende Solán de Cabras y Del Valle de la Orotava. Grandes multinacionales como Nestlé o Coca-Cola también tienen presencia en el sector de las aguas embotelladas y compiten con San Benedetto o Grupo Damm.

Ahora bien, los últimos datos públicos de facturación de estas firmas se remontan al 2021 y no ha sido posible recabar las cifras de 2022 para este reportaje porque no han contestado o porque han declinado a responder. Grupo Fuertes explica que no es posible proporcionar el dato “porque aún no se ha publicado”, mientras que Nestlé explica que no desglosan los ingresos por países. En el caso de Calidad Pascual, remite a la Asociación de Aguas Minerales de España (ANEABE) para cualquier cuestión sobre el sector. Si se pregunta a ANEABE sobre las compañías del agua embotellada, afirman que “la política de la asociación es ser transparentes como el agua mineral con datos concretos que recogen ‘negro sobre blanco’ el impacto de nuestra actividad en materia económica, social y medioambiental”, pero ofrecen en realidad pocos datos.

Explotación de recursos

¿Por qué hay tan poca información actualizada sobre el sector? La respuesta podría encontrarse en el origen de su producto. El último informe global de Naciones Unidas denuncia la falta de transparencia sobre los volúmenes de agua extraídos. “Los impactos locales sobre los recursos hídricos pueden ser significativos”, alertan los investigadores. Uno de los casos que se exponen en el documento de Naciones Unidas es el de Danone, que extrae 10 millones de litros al día de Evian-les-Bains en los Alpes franceses. En un momento donde la sequía asola a media España, no está bien visto dar a conocer la cifra de litros extraídos. “La sequía no afecta al consumo ni, por tanto, al precio del agua mineral natural”, sentencian desde la asociación nacional y aseguran que los efectos meteorológicos puntuales no alteran el nivel de agua de los acuíferos. El aumento del 7% de su precio en los tres primeros meses del año se debería, según ANEABE, “a la inflación” y al impuesto del plástico que entró en vigor el 1 de enero de 2023.

Desde ANEABE declaran que las aguas minerales envasadas en España representan tan solo en 0,03% del total de recursos hídricos subterráneos disponibles. Greenpeace lo corrobora: “Ahora mismo no pone en riesgo directo a la mayor parte de los manantiales de nuestro país porque están regulados”, afirma Julio Barea, responsable de agua de la organización. Sin embargo, sí han denunciado la ley sobre la explotación de manantiales de aguas minero-medicinales. Actualmente, las compañías deben inscribirse en el Registro General Sanitario de Empresas Alimentarias y Alimentos a través de las consejerías de sanidad de la comunidad autónoma donde se localice el manantial. Las concesiones son otorgadas en función de los años de explotación, pero Greenpeace sostiene que deberían darse en relación a los litros embotellados porque “se declaran menos envases de los que se dice a Hacienda”.

Embalajes poco sostenibles

Si bien el sector apuesta por visibilizar el agua como bebida saludable para incrementar su consumo, su actividad se mantiene al margen para no empañar su imagen. El principal escollo es el uso del plástico. Según las estimaciones de Naciones Unidas, esta industria produjo alrededor de 600.000 millones de botellas y envases de plástico en 2021, un equivalente de 25 millones de toneladas de residuos PET. Es decir, equivaldría a la acumulación de los residuos generados por Madrid durante 20 años. A ello, “cabría añadir la contaminación atmosférica por los procesos industriales de producción de esos envases y de embotellamiento y por los sistemas de distribución de esas botellas”, apunta Gonzalo Delacámara, profesor y director del Centre for Water & Climate Adaptation de IE University.

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Debido al uso de estos embalajes, es inevitable que ciertas partículas se mezclen en el contenido: un estudio publicado en junio por la Universidad del Estado de Nueva York en Freedonia encontró hasta 10.000 partículas de plástico en cada litro de agua embotellada. Desde la asociación nacional señalan que el 100% de los envases de agua mineral en España “son 100% reciclables” y que el sector “ya utiliza un 36% de PET reciclado (como media) en sus botellas", un porcentaje que supera los objetivos establecidos por la UE del 25% para el 2025. Por eso, para avanzar hacia la economía circular plena, ANEABE pide que “el consumidor español ponga de su lado y deposite nuestros envases en el contenedor amarillo”.

Delacámara asegura que la regulación es exigente en torno a las empresas de agua envasada por ser un producto de consumo humano. “Los controles de calidad del agua embotellada son recurrentes y precisos”, asegura, pero añade que “es cierto que las empresas embotelladoras pasan menos controles que los servicios públicos de agua: los análisis son menos frecuentes y cubren menos parámetros de calidad”. Esto no implica que exista riesgo en su consumo, más allá de algunos casos esporádicos ocurridos en el pasado. El Gobierno ha aprobado recientemente una normativa que refuerza la seguridad y el control de las aguas envasadas preparadas y las de manantial para atajar este limbo legislativo.