Un mensaje de optimismo en el Cercle d'Economia

Joaquín Duato (Valencia, 1962) es hermano de la actriz Ana Duato y primo del bailarín Nacho Duato. También es el español que más lejos ha llegado en la cúpula de una de mayores empresas del mundo. Es presidente y CEO de Johnson & Johnson, el líder de productos sanitarios del planeta. Duato lleva 37 años haciendo carrera dentro de ella. Esta empresa estadounidense ocupa la posición decimoquinta por capitalización bursátil: 400.000 millones de dólares. En 2022 Duato tuvo una remuneración de 19,9 millones de dólares frente a los 10,4 millones que ganó como vicepresidente un año antes.

“En los próximos diez años avanzaremos más en el combate contra las enfermedades que en los últimos cien años. Nunca habíamos visto resultados como ahora gracias al uso de una triple convergencia: átomos, genes y bytes (datos). Muchas de las enfermedades producidas por el cáncer que consideramos incurables serán crónicas o curables.” Duato realizó estas declaraciones en una de las mesas redondas durante las jornadas del Círculo de Economía que compartía con Belén Garijo, presidenta y CEO del grupo alemán farmacéutico Merck, y con Wayne Griffiths, presidente de Seat. Garijo incidió en que la conexión y la captura de sinergias entre distintas tecnologías sería clave para acelerar la innovación científica. Tanto Duato como Garijo señalaron que sus compañías habían decidido crear principios de gobernanza de Inteligencia Artificial (IA).

Durante dos días y medio, esta histórica asociación nacida en Barcelona en 1958 como grupo de análisis y opinión, reúne a un millar de profesionales, empresarios, financieros y académicos. Escuchan y dialogan entre ellos e invitan a cargos políticos de distintos ámbitos. El objetivo es vislumbrar de dónde venimos y hacia dónde vamos en medio de las eternas incertidumbres. Lo preside Jaume Guardiola, ex consejero delegado de Banco Sabadell, que sustituyó en el cargo en 2022 al financiero Javier Faus.

Las palabras de Duato y Garijo fueron las más optimistas, al menos hasta este martes por la noche, en medio de un ambiente corroído por la situación geopolítica internacional, el panorama económico, las rivalidades comerciales y el temor a que la IA gobierne al ser humano en un futuro. En medio de todo tipo de fantasmas, un tema recurrente: el clima político español. La decisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de avanzar las elecciones al 23 de julio, alimentaba corrillos y debates donde, al estar en Barcelona, se mezclaba con una pregunta tópica: ¿quién será alcalde de la ciudad tras el resultado del pasado domingo?

La alcaldesa, aún, de Barcelona, Ada Colau, dio la bienvenida a los asistentes. Dio una lista de las bondades de su legado -entre ellos, diversificar la ciudad más allá del turismo- y manifestó que en el nuevo ayuntamiento habrá 24 concejales “progresistas” (así los definió) que representarán al PSC (diez), Comuns (nueve) y ERC (cuatro). Al día siguiente, el flamante ganador de las elecciones locales, Xavier Trias (Junts) fruncía el cejo cuando se le preguntaba (algunas personas le felicitaban directamente) si sería alcalde. “Será muy difícil”, respondió.

Si no hay acuerdo entre los otros partidos, Trias, al ser el más votado, volverá a liderar la alcaldía de la segunda ciudad española. ¿Puede apoyar ERC al candidato del PSC, Jaume Collboni? Era la pregunta del millón. El consenso: poco viable teniendo en cuenta el avance de las elecciones generales. ¿Otra opción? Un pacto entre Junts y PSC para que Trias gobierne dos años y Collboni lo haga otros dos. Cosas más raras se han visto en la política catalana.

Es habitual desde hace muchos años que el presidente del Gobierno de turno cierre las jornadas del Círculo, en las que siempre participa el jefe de la oposición. La decisión a última hora de Pedro Sánchez de anular su visita a Barcelona, donde cerró la campaña electoral, cogió por sorpresa a los organizadores del evento. En su lugar se espera este miércoles a la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño. Quien sí asistirá es Alberto Núñez Feijóo, a quien muchos de los asistentes a las jornadas empiezan a poner cara de presidenciable tras la indiscutible victoria del PP en las elecciones del domingo pasado.

La auténtica estrella de las jornadas fue otro político: el alcalde de Varsovia, Rafał Trzaskowski. Recibió de manos del Rey de España el premio a la Construcción Europea que en los dos años previos recibieron el ex gobernador y ex primer ministro italiano Mario Draghi, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. En un inglés impecable y atreviéndose a hablar en catalán y castellano hizo una admirable defensa de la construcción europea y de la necesidad de apoyar a Ucrania en su lucha por la libertad. ¿Candidato a sucederle en el premio? Ya circula un nombre: Josep Borrell.

Por encima del lío

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Josep Borrell, responsable de política exterior y seguridad de la UE. "Con el covid nos dimos cuenta que en Europa no se fabricaba paracetamol; con la invasión de Ucrania descubrimos los riesgos de que el 90% del gas procediera de Rusia. Hay que tener cañones para poder tener mantequilla. Hay que gastar más en Defensa", aseguró. "Daremos aviones F-16 a Ucrania. Empezamos dando cascos. Teníamos que haber sido más rápidos en las ayudas. Si dejamos caer Ucrania, ¿que viene después?", preguntó.

Para acabar de rematar la jornada, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, insistió en la necesidad de hacer un "frente democrático entre fuerzas independentistas y soberanistas" en las próximas elecciones para enfrentarse "a la amenaza de un Gobierno de PP y Vox." Audiencia en silencio.