PERFIL

Elena González-Blanco, la filóloga que enseña español a la IA

"Las máquinas no se pueden quedar en un español estándar sin ningún tipo de matiz lingüístico y cultural", afirma esta experta

Elena González-Blanco, cofundadora y CEO de Clicars y Clibrain.

Elena González-Blanco, cofundadora y CEO de Clicars y Clibrain. / 'activos'

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A Elena González-Blanco ya no le sorprende que le pregunten cómo ha conseguido fusionar su doctorado en Filología Hispánica, su especialidad en transformación digital y su espíritu emprendedor. "Ha sido una evolución natural", relata. Confiesa que estuvo a punto de estudiar Física, pero le gustaban las lenguas. Dice que en la Universidad de Harvard, donde estuvo dos años, se dio cuenta de las oportunidades que surgían al combinar la investigación en humanidades con la tecnología. A partir de ese momento, su carrera laboral comenzó a vertebrarse en torno a las tecnologías del lenguaje y a la transformación digital en el texto. Es decir, alrededor de la inteligencia artificial (IA). Quince años más tarde, asegura orgullosa que su sueño se ha cumplido con su último proyecto, Clibrain: las máquinas ya hablan como los humanos y además en español.

La puesta en marcha de Clibrain no se entiende sin conocer la trayectoria de esta experta en IA. Tras su paso por Estados Unidos, decidió volver a España para especializarse en transformación digital en la Universidad Carlos III de Madrid y desarrollar una línea de investigación sobre esta tecnología aplicada al lenguaje, hasta que Indra le hizo una oferta «en un momento en el que los chatbots estaban en un punto candente del mercado y las tecnologías no funcionaban bien, sobre todo en español". "Necesitábamos buscar una solución para todos aquellos clientes del mundo hispanohablante porque muchas veces el márketing que se hacía desde empresas americanas no funcionaba correctamente cuando lo bajabas al terreno", señala. También ha tendido puentes entre tecnologías y otras áreas en la start-up especializada en seguros Coverwallet y en el Banco Santander.

Un millón en tres meses

Los múltiples usos de las inteligencia artificial empujaron a González-Blanco de nuevo hacia el mundo de la start-up, esta vez desde la automoción. Pablo Fernández, fundador de la empresa Clicars, el concesionario digital vendido a Stellantis, le propuso aplicar la tecnología y sus conocimientos bancarios a los vehículos. Así es cómo nació Clidrive en enero de 2023. En palabras de su cofundadora y CEO, y bajo el concepto de car mining, se trata de una empresa que utiliza la tecnología para dar acceso al mundo del crédito a aquellos que tienen un coche y pueden utilizarlo como aval para conseguir mejores condiciones que las ofrecidas en el mercado. !La IA que hemos podido incorporar en los procesos para generar eficiencia nos ha ayudado a crecer y escalar enormemente", explica. Tanto, que en apenas tres meses consiguieron facturar su primer millón de euros.

A los clientes les sorprendían sus procesos internos. "Un día llegó una entidad bancaria grande y nos preguntó por la herramienta que utilizábamos para gestionar las conversaciones de nuestro call center. Le dijimos que no estaba en nuestros planes, pero nos dimos cuenta de que esa y otras herramientas podían interesar a personas que nos rodean", expone. 

Ese fue el germen de Clibrain. Como las herramientas de IA se crean en inglés y no funcionaban correctamente en español, Clibrain las desarrolla directamente en este idioma. "Queremos democratizar el uso de la IA en español", señala González-Blanco, que compagina ser CEO de este proyecto con liderar Clidrive. Su lanzamiento ha sido todo un éxito: en 24 horas se apuntaron a su lista de espera 200 empresas de lo más variopintas (pymes, las big four, colegios, autónomos y start-ups, entre otros). Su objetivo es que las máquinas entiendan correctamente el español y posicionen nuestra economía. "No se pueden quedar en un español estándar sin ningún tipo de matiz lingüístico y cultural", afirma.

Acercamiento cultural

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González-Blanco cree que todavía veremos avances muy significativos desde el punto de vista tecnológico pero "ya no nos van a sorprender tanto como lo que hemos visto hasta ahora". Para ella, el reto de la inteligencia artificial no es su desarrollo, sino su adopción. "Hay que integrarla en nuestro día a día y ver cómo impacta en los números, en los modelos de negocio y en las formas de trabajar", recalca. 

El mayor obstáculo de las empresas respecto a la IA es "la falta de formación a todos los niveles", de un entendimiento sobre cómo funciona esta tecnología y cómo puede aumentar la productividad de las distintas áreas y ámbitos de negocio con su uso. De ahí que una de sus prioridades sea el "acercamiento cultural", tanto de la inteligencia artificial como del español, para generar empleo, desarrollar oportunidades "y cambiar de verdad la sociedad y la forma de hacer las cosas, no solo desde un punto de vista de generación de riqueza, sino también de cambio de chip y educacional", manifiesta.