Industria

La empresa de defensa Escribano adquiere un 3% del capital de Indra

  • La operación es fruto de "una clara apuesta por la solidez de la industria española de Defensa, un sector puntero y estratégico para el desarrollo socioeconómico de nuestro país", según Escribano

Plantilla de Escribano

Plantilla de Escribano

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La empresa familiar española Escribano Mechanical & Engineering, que se dedica a la innovación y las tecnologías de defensa, ha comprado el 3% del accionariado de Indra por más de 65 millones de euros. Con esta inversión, Escribano se convierte en el quinto principal accionista de Indra.

Por delante tiene a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), con el 25,16% del total; Fidelity Management Research, que posee el 9,96%; Amber, con el 5,13% y SAPA, que tiene el 15% de las acciones.

Escribano destaca que esta operación es “una clara apuesta por la solidez de la industria española de Defensa, un sector puntero y estratégico para el desarrollo socioeconómico de nuestro país, con el que Escribano tiene un fuerte compromiso y en el que quiere aportar su experiencia”.

La empresa liderada por los hermanos Ángel y Javier Escribano consigue de esta manera consolidarse como uno de los actores de referencia en defensa, tras experimentar un notable crecimiento en los últimos años. Actualmente, dispone de 700 trabajadores y prevé una facturación de unos 140 millones de euros para este año, con operaciones en más de 20 países.

Para lograrlo, Escribano desarrolla una intensa colaboración con el ámbito académico, promoviendo sinergias con universidades y centros de formación profesional de la Comunidad de Madrid, ha explicado la empresa.

Actualmente, la marca fabrica todos sus productos en sus instalaciones de Alcalá de Henares (Madrid), donde está construyendo un centro tecnológico, que se espera que tenga una superficie de unos 3.000 metros cuadrados para actividades de formación e investigación.

Política de investigación

Escribano Mechanical & Engineering, fundada en 1989, inició su actividad como taller de mecanizado tradicional. Su historia representa una historia de adaptación y perseverancia en tiempos de crisis.

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El secreto de su éxito, según la propia empresa, se basa en una apuesta por la integración vertical de su capacidad de fabricación, junto con la mejora constante de sus instalaciones, la innovación, la vocación al cliente y por ser, en la actualidad, un referente en tecnología avanzada. En 2010 comenzó una política de I+D+I incorporando a ingenieros y perfiles técnicos para poder controlar toda la cadena de producción de sus productos, lo que potenció su crecimiento.

La irrupción en el capital de Indra sucede cuando la cotizada española está buscando un nuevo consejero delegado después del anuncio, a principios de marzo, de la salida de su anterior responsable, Ignacio Mataix. El precio de las acciones de Indra cerraron este lunes a un precio de 11,79 euros, con una bajada del 0,5%.