Industria automovilísitca

Coche chino y eléctrico: ¿es el futuro del sector?

  • El gigante asiático produce una tercera parte de los vehículos que se fabrican en el mundo. En medio de la transformación radical del sector, aterrizan ya en Europa

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Varios vehículos en el Automobile de Barcelona

Varios vehículos en el Automobile de Barcelona

En un reciente encuentro con representantes de uno de los líderes españoles del sector de proveedores del automóvil, la conversación viró hacia China. Si en Europa no espabilamos, los fabricantes chinos se comerán todo el mercado en poco tiempo. ¿Qué es poco tiempo? Diez años para ser realistas. Podría ser incluso menos.

El país asiático es desde hace una década la gran fábrica mundial del sector. En 2022 se produjeron en China 27 millones de unidades de automóviles. EEUU, en segunda posición, fabricó 10 millones. China produce una tercera parte de los coches del mundo.

En aquel país, junto a los fabricantes, ya llevan instaladas desde hace muchos años sus plantas las principales empresas de componentes mundiales, incluyendo españolas como Ficosa, Gestamp -presente desde 2007- y Antolín -se instaló en 2003-. El reciente salón del automóvil de Shanghái ha sido el centro de las miradas del sector este año. A su lado, el de Barcelona inaugurado esta semana, queda minimizado. El centro de gravedad del mundo económico viró hacia Oriente hace tiempo. La pandemia de covid y el cierre de China durante dos años y medio fue un breve paréntesis. La recuperación se ha acelerado.

SAIC Motor, con 5,3 millones de coches vendidos en 2022, es el primer fabricante de aquel país. Un millón de los vehículos vendidos eran eléctricos, según informa la propia empresa. SAIC cuenta con joint ventures estratégicas con General Motors y Volkswagen para producir los modelos de estas empresas en China. En la feria de Shanghái presentó 130 modelos nuevos de automóvil, de ellos, la mitad eran eléctricos.

La evolución de la industria dependerá del factor geopolítico y también de cómo avancen las relaciones comerciales con Pekín


Las últimas cifras de facturación conocidas de SAIC, de 2021, fueron de 121.000 millones de dólares al cambio. Es ya la novena automovilística del mundo en ingresos, lista que lideran aún el grupo japonés Toyota y el alemán Volkswagen. Aparte de sus marcas chinas, cuenta con la británica MG. Otra marca europea, la sueca Volvo, está en manos de otro de los grandes fabricantes chinos, Geely. También es propietario de Lotus y tiene el 7,6% de Aston Martin, la marca fetiche de las películas de James Bond. BYD, otro de los grandes fabricantes chinos ya lidera la producción de coches eléctricos por delante de la estadounidense Tesla. Los hechos y las cifras marcan de forma imparable la tendencia.

Un informe que acaba de publicar la consultora McKinsey señala: "En la próxima década, los cambios en el sector del automóvil serán más rápidos, con mayor impacto y fuerza que nunca". Y señala cuatro factores que transformarán, si no lo están haciendo ya, el negocio: la conducción autónoma, la conectividad, la electrificación y la movilidad inteligente compartida. Las dos T, tecnología y talento, serán claves. McKinsey señala que el 46% de los empleados actuales que trabajan en el sector pueden desaparecer en seis meses. Sus habilidades ya no son necesarias. Están obsoletas. Se necesitan urgentemente otras capacidades y China está mejor preparado que nadie.

La evolución del sector dependerá de elementos geopolíticos y económicos impredecibles. Lo han demostrado la guerra de Ucrania, el aumento del precio de las materias primas vitales y la ruptura de la cadena de suministros. Hay otro factor hoy impredecible: la evolución de las relaciones políticas y económicas con China. Un deterioro que podría venir causado por el apoyo del gigante asiático a Rusia en la guerra o, peor aún, un incremento de las hostilidades -lean, invasión- entre China y Taiwán cambiarían radicalmente el panorama. Mejor no pensar en el peor escenario ni en, otra opción, el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en enero de 2025 si vuelve a ser elegido presidente.

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¿Y Europa? El debate sobre la sustitución de los vehículos de combustión fósil por los eléctricos sigue. La fecha prevista de sustitución definitiva, 2035, se alargará. Países como España, donde la venta de vehículos eléctricos puede ser del 5% del total del parque en 2023, están muy atrás en el desarrollo de infraestructuras energéticas para coches. Si no hay suficientes enchufes -desde en aparcamientos de comunidades de vecinos hasta en las carreteras- el vehículo eléctrico no avanzará. ¿El precio? Seguro que irá a la baja. Una de las apuestas de las compañías chinas será vender los coches eléctricos más baratos del mercado. El consumidor no mirará dónde se han fabricado.

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