El sector agroalimentario tira de innovación para resolver sus desafíos

Futuribles’ aterrizó en Zaragoza para abordar la situación del sector agroalimentario, así como los retos y las oportunidades pueden llegar de la mano de la innovación para lograr el necesario equilibrio entre la sostenibilidad ambiental, económica y social que requiere toda actividad. ‘Futuribles’, el proyecto de innovación tecnológica promovido por Prensa Ibérica, grupo editor de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, celebró su segunda edición en Aragón el pasado 26 de abril en el World Trade Center de Zaragoza, con la colaboración del Gobierno de Aragón, Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, Alcampo, Cajamar y Grupo Térvalis.

La jornada comenzó con la ponencia inaugural de la directora general de Innovación y Promoción Agroalimentaria del Gobierno de Aragón, Carmen Urbano, quien apostó por una “Industria 5.0” donde las “personas estén en el centro de todo”. “No perdamos de vista que la tecnología solo es una herramienta. El futuro depende de las personas, que son el principal alma y arma de la innovación”, destacó.

Urbano abogó por la colaboración entre las instituciones públicas y las empresas, a quienes consideró como “las principales protagonistas”. “La estrategia se tiene que definir desde el sector agroalimentario y es importante que haya una participación activa de todos los miembros de la cadena de valor alimentaria”, manifestó.

Entre los grandes proyectos impulsados por el Ejecutivo autonómico en el ámbito agroalimentario figura la “promoción de los alimentos” para “aumentar el valor de la marca alimentaria” a través del sello ‘Aragón, Alimentos Nobles’. “Es una marca con valores. Hemos querido humanizarla para que los alimentos y productores transmitan lo que somos los aragoneses: gente noble. También los alimentos tienen que ser seguros, sostenibles, saludables...”. En este sentido, “necesitamos un valor, una diferenciación y, para ello, la innovación es importantísima”, recalcó. 

Además, Urbano destacó la puesta en marcha de “alianzas claves e innovadoras” desde el Gobierno de Aragón con la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón (AIAA), las cadenas de distribución, las denominaciones de origen, el canal Horeca y Turismo Aragón, así como proyectos pioneros y campañas de promoción del sector agroalimentario aragonés.

Innovación y modelo empresarial

Tras la intervención de Carmen Urbano, la jornada se artículo en torno a dos mesas con presencia de responsables institucionales, empresas y centros de investigación que debatieron sobre ‘Innovación y transformación en el sector agroalimentario’ y sobre ‘El modelo empresarial de Aragón para la mejora de la productividad y la economía agroalimentaria’. 

El cierre de ‘Futuribles’ llegó de la mano del consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, para quien la innovación exige “un liderazgo, que debe impulsar el sector agroalimentario”.

Aragón está jugando un papel de liderazgo a nivel nacional en la agroalimentación y, en este escenario, la comunidad cuenta con importantes centros de innovación, como el CITA. “La aplicación de tecnología y metodologías innovadoras permiten optimizar los procesos a lo largo de toda la cadena de valor agroalimentaria”, recordó el director de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, Nicolás Espada. “Las alianzas empresariales y la cooperación público-privada son claves para impulsar nuevas investigaciones. Aragón es capaz de ejercer ese papel destacado. Todos debemos creer en nuestras posibilidades porque las tenemos y lo que EL PERIODICO DE ARAGÓN pretende con la celebración de estas mesas de debate es transmitir que hay materia para poder confiar en nosotros y seguir trabajando para crecer”, añadió Espada.

‘Futurible’ es aquello que ocurrirá en el futuro, solo si se dan unas condiciones determinadas. Y eso es lo que expertos, empresas, centros de innovación y representantes institucionales del sector de la agroalimentación quisieron poner sobre la mesa de la mano de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN.

La agroindustria busca sinergias para transferir la investigación al campo

La agroindustria se encuentra ante un momento crucial. El cambio climático y sus estragos ponen en jaque a toda la cadena alimentaria, mientras que la guerra de Ucrania y la inflación han desequilibrado la globalización y el mundo entero piensa y repiensa sobre cómo alimentar a los casi 10.000 millones de personas que habitarán el planeta en 2030. Para ello el sector debe transformarse, y sobre eso versó la mesa de debate ‘Innovación y transformación en el sector agroalimentario’ en el marco de ‘Futuribles’.

“Con la comida no se juega. La agroindustria es estratégica, con mayúsculas, subrayado y en negrita”, resumió Ricardo García, el director de Cajamar Innova, para incidir en lo que justo antes había suscrito el director de Desarrollo Rural del Gobierno de Aragón, Jesús Nogués, quien insistió en ese carácter “estratégico” del sector agroganadero que “ahora se enfrenta a tiempos de cambio”, mientras que Lucía Soriano, la directora gerente del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), llamó a leer el contexto actual “en un escenario de emergencia climática”. 

La cuestión radica, según coincidieron los cuatro ponentes, en reducir el uso de insumos a base de eficiencia y en invertir en la mejora de los regadíos. Pero el paso debe iniciarse desde abajo, con los pequeños agricultores a la cabeza, aunque las inversiones son cuantiosas por lo que la financiación se vuelve absolutamente necesaria.

Jesús Nogués llamó a dar “el salto tecnológico” en la agricultura familiar, la gran “asignatura pendiente” puesto que las corporaciones agroalimentarias lo tienen más sencillo por su capacidad económica. Incidió Nogués en “la importancia del segundo pilar de la Política Agraria Común”, el que otorga ayudas para la mejora de las infraestructuras y la eficiencia a través de esos 580 millones de euros que llegarán a Aragón con los Planes de Desarrollo Rural. Carlos Franco, asesor técnico para el Desarrollo Tecnológico y la innovación (CDTI), puso el acento sobre “la necesidad de apoyar a las cooperativas y a las pequeñas y medianas empresas” a base de ayudas. “Deben ser los actores del sector, aquellos que mejor conocen la actividad, quienes apuesten por unas u otras tecnologías”, indicó.

Lucía Soriano llamó además a no confiar ciegamente en que la ciencia disipará los nubarrones y subrayó que la ciencia “no puede quedarse en su torre de marfil, sino que debe dar servicio público”. “La ciencia no va a resolver todos los problemas de la industria. El reto es entender los límites biofísicos, saber hasta dónde podemos producir e incluso regresar en la medida que se pueda a ese modelo similar a la agroecología”, dijo.

Por ello, se apeló a la colaboración público-privada como la herramienta más eficaz para transferir conocimiento. El director de Cajamar Innova señaló que a través de iniciativas como esta salen los casos de éxito, aunque llamó a la paciencia. “Innovar no es barato y la rentabilidad se obtiene en el medio-largo plazo”, afirmó García. Jesús Nogués incidió en la creación de “grupos de cooperación para que el propio sector sea el que dirija hacia dónde van las investigaciones”. 

El modelo empresarial de Aragón

La segunda mesa de ‘Futuribles’ estuvo dedicada a ‘El modelo empresarial de Aragón para la mejora de la productividad y la economía agroalimentaria’ y en ella estuvieron representados los distintos eslabones de la cadena agroalimentaria, desde las cooperativas agrarias y alianzas empresariales, hasta la industria y las grandes cadenas de distribución, quienes resaltaron la importancia de colaborar para hacer frente a los retos comunes del sector.

José Víctor Nogués, presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, destacó la necesidad de asesoramiento y cooperación que tienen los pequeños productores para abrirse a nuevos mercados, así como el momento actual que vive el campo, con la sequía que ya está mermando cosechas. Luis Villamayor, presidente de la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón (AIAA), indicó que “en la situación actual de emergencia climática, la innovación es esencial, entendida ésta como la capacidad para adaptarnos a los cambios del entorno”. Tanto Villamayor como Nogués señalaron como uno de los principales escollos de los productores el “exceso de normativas” que llegan desde Europa, muy rígidas y alejadas de la realidad local, que al mismo tiempo abocan a una mayor dependencia del exterior. 

Desde Fertinagro Biotech, el director de Investigación, Ignasi Salaet, aseguró que la colaboración en el sector es imprescindible hoy en día y que la sostenibilidad engloba muchos aspectos, no solo el ecológico sino también el económico y social. Por tanto, “las innovaciones han de ir encaminadas a lograr una mayor eficiencia pero también a lograr más rentabilidad”. 

Sobre sostenibilidad y rentabilidad también habló el responsable de Alcampo Producción Controlada, Sergio Román, quien aseguró que los grupos de distribución “no podemos ser ajenos al tejido productivo”, sino que ambos deben “cooperar” e “ir de la mano para que se produzcan las innovaciones que han de ayudar a ser más sostenibles”.

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Para el presidente de la AIAA, Luis Villamayor, la sequía es uno de los mayores retos del sector, para el cual resulta fundamental “la modernización y ampliación de la superficie de regadío, que permita regular y aprovechar el agua de manera más inteligente”. Aunque la dificultad para encontrar personal cualificado, seguir formando a los jóvenes para que exista ese relevo generacional y abrirse a la inmigración también son otros desafíos que enumeró Villamayor.

Por su parte, Sergio Román, apuntó que aunque la inflación depende de factores externos hay otras decisiones que pueden influir sobre el precio final de los productos, cómo dónde compras, a quién compras y tu circuito de proveedores. “A través de ello es posible minimizar el impacto del alza de precios en los clientes y mantener una oferta variada”, señaló. Idea con la que coincidió Ignasi Salaet, quien apuntó a la necesidad de “concienciar al consumidor sobre la importancia de consumir productos de cercanía”, ya que “cuanto menos dependencia tengamos del exterior, menos nos afectarán las perturbaciones”.