INFLACIÓN

El subidón de los precios de los alimentos: las ayudas no frenan la escalada y tampoco el declive del campo

  • El sector agroalimentario ha perdido en el último año el 8% de las empresas por el encarecimiento de los costes de producción, que superan el 45% desde 2021

Los alimentos que más suben de precio en los últimos 12 meses / S.M.

Los alimentos que más suben de precio en los últimos 12 meses
Los alimentos que más suben de precio en los últimos 12 meses.

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Ese medio kilo de cebollas que hace un año se compraba al agricultor por 0,06 euros ahora cuesta el 400% más. Y la media docena de huevos, que se vendía a 1,02 euros en origen, hoy es el 86,27% más cara. Cuando estos productos lleguen a la balda del supermercado, costarán todavía más por la suma de costes de su transformación, transporte y venta al público. 

El sector agroalimentario es el primer eslabón de la cadena de valor y el que sufre la primera embestida del incremento de precios. Por esta razón, el Gobierno ha destinado más de 1.800 millones de euros en ayudas directas y medidas de liquidez, como la reducción del precio del combustible, las rebajas fiscales y el abaratamiento del agua desalada. "Benefician directamente a agricultores, ganaderos, pescadores y explotaciones acuícolas por el incremento de los costes de la energía y el encarecimiento de insumos y materias primas, que se han visto agravados por la guerra en Ucrania y por la situación de sequía que vivimos", explican desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. 

En 2023, además, se entregarán otros 660 millones por la crisis de precios energéticos. Sin embargo, estas cifras no han conseguido su cometido: el sector ha perdido 9.330 pymes en un año, el 8% del total, según datos ofrecidos por la Seguridad Social, y los precios no han visto frenado su incremento. Pese a estas cifras, la agroalimentación aportó 99.792 millones de euros a la economía española en 2021, el 9,2% del PIB total, según el último informe elaborado por el Ivie y Grupo Cajamar. 

Tormenta perfecta

Desde enero de 2021, los costes agrarios han crecido más del 45%. Si se toma como referencia el inicio de la guerra en Ucrania (finales de febrero de 2022), los cereales y los aceites se han encarecido el 130%; los fertilizantes, el 170%; la energía, el 53%, y los materiales de envase, el 57%. "A esta crisis de costes han de sumarse otros factores, como las cargas regulatorias inoportunas [como el impuesto al plástico], la subida de los costes del gas y de la luz, y de insumos, como el cartón, el plástico y la mano de obra, entre otros", especifica Luis Calabozo, director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL). Respecto a este último punto, el salario mínimo interprofesional se ha incrementado el 47% en los últimos cinco años y corresponde al 40% de los costes totales para el sector. También afectan las importaciones de terceros países: "Estamos asistiendo al abandono de algunas pymes lácteas, que componen el 99% de empresas del sector lácteo, y a situaciones de ERE porque no pueden competir con el producto exterior de menos valor", explica Calabozo, porque los costes "han estrechado enormemente los márgenes de las empresas", argumenta.

La sequía extrema de los últimos meses ha impactado de lleno en la oferta de algunos productos, en algunos casos reduciéndola a la mitad. Esta escasez "ha ocasionado la subida de precios que estamos sufriendo", explican desde la patronal del gran consumo Aecoc. En zonas como en el Guadalquivir y en Murcia, los cultivos se han reducido por este motivo. "Hay agricultores que han dejado de sembrar cebollas por encadenar años de crisis y por la sequía", apunta Andrés Góngora, de la Comisión Ejecutiva de Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).

Diferencia más baja

Desde Aecoc recuerdan que, actualmente, la diferencia entre los precios pagados en origen y el precio de venta al público de los alimentos "es la más baja de los cinco últimos años", lo que indica que "los diferentes eslabones de la cadena están aplicando todas las medidas posibles para contener los precios". Para Paco Lorente, profesor de ESIC Business School, el encarecimiento de los precios se nota más en los últimos eslabones de la cadena de alimentación, el de la distribución, "aunque en la parte intermedia, la que corresponde a los mayoristas, siempre es más opaco conocer sus incrementos". 

Fuentes de la distribución apuntan a una subida del 20% de los precios en la industria y del 16% en los precios de venta, aunque desde la COAG ven un encarecimiento "sobre todo en el último eslabón de la cadena, en los supermercados, y cuando llega al consumidor". "Los costes de producción han subido, pero hoy el que nos viene a comprar no tiene en cuenta nuestros costes de producción a la hora de fijar el precio", lamenta Góngora, ya que las cadenas de supermercados son quienes modifican el precio según la oferta del producto: sube si falta, baja si hay sobreproducción. Para Aecoc, los incrementos de precios no se deben "en ningún caso a aumentos de los márgenes de los diferentes eslabones de la cadena agroalimentaria".

De todos los productos, Juan José Álvarez, secretario de organización de Asaja, las frutas y las hortalizas son los que más se han encarecido. "Son sectores que no han tenido ayudas directas, ni de fertilizantes ni de ningún otro tipo, y además se han incrementado una barbaridad los costes de producción", señala. Y añade que "las ayudas ni siquiera han compensado las pérdidas de los incrementos de costes". "Como primer eslabón de la cadena, las empresas del sector primario son las primeras que han tenido que ajustar al máximo sus precios para seguir siendo competitivas", defienden desde Aecoc.

Regalo envenenado

Los apoyos económicos anunciados por el Gobierno son vistos como un regalo envenenado por el sector: "Si solo hablamos de ayudas, estamos enviando un mensaje peligroso: como os llegan ayudas os bajamos los precios", esgrime Góngora. "Las ayudas son bienvenidas para quien las cobre, pero lo que hay que hacer es tomar medidas sobre el reparto de la riqueza a lo largo de la cadena y que nos pongan un precio que cubra los costes de producción", añade. 

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Desde la distribución celebran las ayudas públicas. Fuentes del sector señalan que la regulación "garantiza que se cubran esos costes de producción en los precios de venta para no perjudicar a los productores". En 2020 se modificó la ley de la cadena alimentaria para imponer precios mínimos a los productos agrarios. El cambio se introdujo a raíz de las huelgas del sector, que reivindicaban unos precios justos en origen para evitar vender a pérdidas. Tres años después, este decreto-ley ha quedado obsoleto.

"Los agricultores siguen denunciando la pérdida de rentabilidad pese a las ayudas, pero es cierto que los precios de los insumos siguen su escalada y la meteorología no ayuda a muchas producciones", justifica Lorente. Las organizaciones agroalimentarias explican que no se ha repercutido tanto en origen como se habría podido hacer y reclaman al Ejecutivo medidas efectivas a toda la cadena alimentaria. "Tiene que haber un equilibrio, no puede beneficiarse uno más que otro", manifiesta Álvarez.

Alimentos básicos que más han aumentado de precio en un año

/ S.M.