ENTREVISTA

Roberto Verino: "La moda es primero ética y después estética. Jamás lo importante para mí fue la cifra de negocio"

El histórico modisto acaricia los 78 empapado de la misma ilusión, obsesionado por volcar su conocimiento en los nuevos talentos

Roberto Verino, en la inauguración de la exposición sobre su empresa, en Verín.

Roberto Verino, en la inauguración de la exposición sobre su empresa, en Verín. / Activos

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Julio Pérez

El histórico modisto acaricia los 78 empapado de la misma ilusión, obsesionado por volcar su conocimiento en los nuevos talentos. Celebra sus más de cuatro décadas al frente de su propia marca de ropa recorriendo España con 40+1, la muestra retrospectiva de una empresa que nació de la mano de la sostenibilidad mucho antes de que se pusiera de moda. Aunque eso le costase más de un disgusto con los financieros. "Desde el inicio pretendemos que la gente compre productos de calidad para un armario emocional -dice-. Más que nostalgia, estos recuerdos nos hacen entender el logro de que muchas de nuestras propuestas se han convertido en normas".

PREGUNTA (P.) Cualquiera de las piezas de la exposición podría hoy estar en un escaparate. ¿La atemporalidad es su éxito?  

RESPUESTA (R.) Es que esa es una de las características del estilo Verino y hace auténtico nuestro discurso, que en absoluto intenta acaparar la actualidad. Está desde el inicio, demostrando que la atemporalidad solo se construye cuando se trabaja con modelos funcionales. Lo aparente todo lo tapa, ¿no? Ese ejercicio de sencillez, de funcionalidad, de buenas calidades y acabados permite que piezas hechas hace 40 años sigan vigentes hoy. Insisto mucho en la necesidad de hacer una buena inversión y no un mal gasto frente al concepto de usar y tirar, que degeneró a tal nivel que no ha quedado otra que decir basta. Estamos destruyendo mucha materia prima y entrando en un juego perverso. No puede ser que una prenda cueste menos que una barra de pan. 

P. La exposición recoge campañas con todopoderosas top models de los 90, de Christy Turlington a Yasmeen Ghauri. En traducción milenial, es como si contrata a las hermanas Hadid. Eso es Roberto Verino y la historia de la moda de este país. 

R. Lamentablemente, las circunstancias de los últimos años no nos permitieron seguir en la misma línea. Los 2000 fueron económicamente muy duros. Sufrimos las crisis y las superamos siendo mejores, como ahora con todo el maremágnum de la pandemia. Hemos mejorado ya al año 2019. ¿Y por qué? Porque somos de verdad y estamos consiguiendo dar al consumidor, que es muy inteligente, lo que realmente necesita con el mayor nivel cualitativo y de servicio. 

P. ¿Han superado los niveles de venta prepandemia?

R. Afortunadamente, este pasado año. 

P. Fue durísimo para el sector. 

R. Y lo sigue siendo. No acabaron todos los problemas. La vida es un bumerán: si tú das cariño, recibes cariño. Tener en el centro de la diana al consumidor genera estos retornos. La fidelidad nos ayudó a no estar tan deteriorados como otros, los clientes siguen siendo nuestros mejores aliados. A veces digo que mi cliente es el rey, pero no el Rey de España.

P. Bueno, la Reina sí lo es. 

R. [Ríe]. Mis clientes son mis reinas y si tengo la oportunidad de que la Reina de España también lo sea, genial. Al final soy capaz de convencer a muchos estratos sociales diferentes. Valoro muchísimo a las que solo me pueden comprar en rebajas porque a lo mejor hacen un esfuerzo mayor que los que compran al principio de temporada. 

P. ¿Le queda recorrido a la fast fashion?   

R. Por mucho que nosotros nos peleemos, parece que la competencia en ese terreno es aún mayor. Cosa que sorprende porque los más jóvenes exigen que seamos hasta ecológicos en la utilización de materias primas que, por nobles, ya son convenientes. Luego van a una tienda low cost y con 20 euros salen con una bolsa llena. No es fácil cambiar las cosas de un día para otro, pero llegarán a entenderlo. 

P. ¿Qué es la moda para alguien que lleva 40+1 años creándola? 

R. La moda es primero ética y después estética. Jamás me ha interesado que lo importante fuera la cifra de negocio, sino que los consumidores sean felices. Obviamente, mi dimensión es la que es, pero prefiero ser pequeño y reconocido.

P. Ahora lidera una aceleradora, VíaTextil, con la Zona Franca de Vigo. En su presentación defendió la búsqueda del bien general. ¿De dónde sale esa vocación de formar?

R. Yo, que tuve que pasar por todas las fases de aprendizaje, entiendo la importancia de colaborar con jóvenes talentos. Son la garantía de futuro. No he descubierto nada. Es una consecuencia de esa visión de buscar el bien general. 

P. Y en esta generosidad... 

R. No es generosidad. Las dos partes salimos beneficiadas. Estamos en un país tan cainita que, en lugar de ayudarnos, nos estamos clavando siempre el cuchillo. Es muy triste. Yo quiero ser feliz e intento hacer felices a los demás.

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P. En esa búsqueda de la felicidad, supongo que hay que respirar profundo tras una pérdida tan dura [la hija de Roberto Verino, Cristina, murió el pasado julio a causa de una leucemia].

R. Pues, mira, eso es lo más triste, lo más fastidiado, pero también te puedo decir que ahora Cristina me está exigiendo que no me rinda porque todo este proyecto estaba dirigido por ella. Si me tengo que multiplicar, lo hago con tanto entusiasmo y ganas como pueda. Estar en la pelea de cada día me evita pensar en la tristeza de haber perdido a una hija.