MACROECONOMÍA

La inflación subyacente alcanza su máximo, pero descenderá a menor ritmo que la general

El indicador se redujo hasta el 7,5%, una décima respecto a febrero, por la disminución de los precios energéticos, la normalización de las cadenas de suministro y la apreciación del euro

Un cliente en un supermercado de Alcoy.

Un cliente en un supermercado de Alcoy. / Juani Ruz

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Los últimos días de marzo han sorprendido positivamente con una reducción de la inflación al 3,3% interanual, casi la mitad que el mes anterior y tres veces menos que en 2021, según el indicador adelantado publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, no todo son buenas noticias. Los analistas señalan que este drástico recorte se debe al efecto base, es decir, que los precios habían subido mucho el mismo mes del año pasado, principalmente por el encarecimiento del 18% de la energía. Por esta razón, a lo largo de los próximos meses, habrá repuntes periódicos en el índice de precios de consumo (IPC), algo que no ocurrirá con el dato subyacente, el que excluye los precios de la energía y de los alimentos no elaborados. "Es posible que se haya alcanzado el máximo", apunta Manuel Hidalgo, senior fellow de EsadeEcPol, "pero la dinámica de bajada será más lenta".

En un mes, la inflación subyacente ha descendido una décima hasta el 7,5% debido a unas menores presiones inflacionistas, "aunque siguen siendo superiores a lo habituales antes de que surgiera este brote inflacionista", explica María Jesús Fernández, economista senior de Funcas, "y esta moderación no significa que se vaya a mantener así en adelante". El desplome de los precios energéticos, en especial el del gas, la normalización de las cadenas de suministro y la apreciación del euro han sido los impulsores a la baja de esas presiones inflacionistas externas. Si la tendencia se mantiene, las previsiones apuntan a una inflación subyacente por debajo del 5% para diciembre del ejercicio actual, pero todo depende del contexto internacional.

Dentro de esos factores externos hay dos caras bien diferenciadas. Por una parte, el precio del gas y de los combustibles se han estabilizado y se espera que continúen descendiendo, aunque cualquier recrudecimiento de la guerra en Ucrania puede dar la vuelta a esta situación. Por otro, el coste de los alimentos, que no dejan de aumentar. En marzo alcanzaron un nivel récord del 16,6%, en parte por productos como la leche, los huevos y el trigo que continúan al alza. "Parece que muchos de ellos han llegado al máximo", señala Hidalgo, pero advierte que su escalada puede seguir si sigue aumentando la temperatura y si la sequía se complica, elementos que han disparado el coste de producción de alimentos como el aceite.

Volatilidad en la inflación general

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Respecto a la inflación general, se esperan altibajos a lo largo del 2023 por el efecto base. "A lo largo de este año habrá varios efectos de este tipo, algunos meses al alza y otros a la baja, porque el año pasado hubo mucha volatilidad en los precios energéticos", resume Fernández. Un ejemplo de ello será abril, pero esta vez al alza, porque tras la subida del 18% del precio de la energía en marzo hubo una caída del mismo del 13% en abril, "de modo que en abril de este año eso se reflejará en una subida de la tasa de inflación".

Los cambios bruscos del IPC también se deberán a las ayudas del Gobierno: "Los precios se mantuvieron estables en la segunda mitad de 2022 gracias a la mano estatal, principalmente a través de subsidios", recuerda Pablo Duarte, analista senior del Instituto de Investigación Flossbach von Storch, como el relativo al precio del combustible. En el escenario positivo, la inflación seguirá reduciéndose hasta el 3%, pero si se complica, podría escalar hasta el 6%. "Los precios están retomando su dinámica inflacionista y no serán fáciles de controlar", asegura Duarte, especialmente por el anuncio del Banco Central Europeo (BCE) de estar más pendiente de las condiciones financieras a la hora de tomar sus siguientes decisiones de política monetaria. Por el momento, los datos españoles han sido unos de los primeros en Europa, "por lo que de servir como referencia podría significar un respiro para el BCE)", explica el analista de XTB, Joaquín Robles. Este mismo mes el organismo subió otros 50 puntos básicos los tipos de interés, y según el analista de XTB, se espera que se pueda suavizar el ritmo de subidas por los buenos datos.